Dia 3
Día 3/7. Próxima misión: rememorar cosas que solían hacer en la infancia. Si, Milo solía decir que cada día era una misión distinta, misiones que si o si debían salir perfectamente exitosas, pues en el día 7 su amado cubito dejaría el santuario por un largo tiempo, dejaría todo incluyéndolo a el. Aunque tampoco era su culpa, eran órdenes del patriarca, y nada puede pasar por sobre su palabra les guste o no.Para este día el escorpión tenía algo planeado, algo para recordar los viejos tiempos o mejor dicho sus infancias, ¿Y por qué no? Si esa era una parte muy linda de sus vidas.
Ahora que ambos habían despertado y desayunado, Milo se iría a su templo a organizar todo lo que tenía preparado para ese día. Tenía previsto que llevaria a su cubito a los campos que solían ir, pero ese ya era un lugar muy concurrido por la pareja, por lo que después de pensarlo unos minutos recordó un lugar, el lugar en donde había comenzado su noviazgo. Exacto, esa playa a la que lo había llevado cuando tenían 13.
Una vez todo listo, con algo de comida en una canasta y unas cuantas manzanas, salió de su templo directo al de acuario.
Toc, toc, toc.
Camus: Milo? Adivino, Tienes otra salida preparada para mí ¿No es así?
Dijo apoyándose en el marco de la puerta con una sonrisa levemente ladina.
Milo: si, la tengo pero está es algo diferente. Ya sabrás el por qué.
Acuario sin saber lo que le esperaba lo acompañó, salió de su templo agarrando la mano de el peliazul para así dejarse guiar. Ya estaban a unos cuantos metro de aquella playa, pero unas hojas y arbustos grandes tapaban la vista del lugar.
Camus: Milo ¿A dónde nos trajiste? Es solo un muro de hojas.
Literalmente era así, pues con el paso de los años nuevas plantas crecieron y prácticamente se habían formado un muro de hojas que confundía a cualquiera.
Milo: abrelas y descubre por ti mismo, yo se que te traje al lugar correcto.
Finalizó dejando duda en camus, quien comenzó a tratar de ver atravez de ese gran muro de hojas, y al parecer unos pocos rayos de luz pasaban atravez de aquellas grandes hojas, sin duda había algo detrás de eso. Cómo lo dijo Milo, con ambos brazos trato de apartar las hojas y los arbustos, y para no lastimar sus blanquesinos brazos trato de congelar un poco lo que tocaba. Finalmente, ejerciendo un poco de fuerza, hizo un agujero en esos arbustos. Había quedado impresionado al ver ese lugar y lo primero que se le venía a la mente fue ese día tan especial para ambos.
Camus: Milo esto es...
Milo: te dije que te había traído al lugar correcto.
El peliturquesa estaba perdido en la belleza de esa playa a la que no asistía hace años. Ambos cruzaron la pared de vegetal por el agujero que camus había hecho. El sol resplandecia en lo alto queriendo ocultarse, por qué la noche se avecinaba. Milo pensó en ese momento del día por qué quería que su Cam tuviera una vista periférica de un atardecer bonito y una noche estrellada, junto al olor del agua salada y el sonido del mar llendo y viniendo, justo como cuando eran más jóvenes.
Llegando al lugar, camus se sentó en la arena disfrutando del aire fresco que corría por la zona. Un buen momento que lo hizo olvidarse de su deber como caballero.
Camus: recuerdo que justo en un atardecer me trajiste aquí también. Y nos habíamos quedado hasta la noche, al parecer planeas eso de nuevo.
Miró a su pareja que se acercaba con dos manzanas, una para el y otra para Milo.
Milo: si ¿Verdad? Haremos lo mismo ahora que somos adolescentes casi adultos jajaja.
Camus: me encanta recordarlo, pasaron muchas cosas ese día.
Milo: si, por ejemplo tu dejaste tu miedo al mar, ajajajaja, aún recuerdo cuando te obligué a qué entraras y tu solo hacías berrinche.
Camus: *dándole un codazo* ya cállate
Ambos rieron por ese recuerdo gracioso que los transportaba de vuelta a ese momento, en donde nada les dolía, en donde solo eran ellos concentrados en su felicidad.
Camus: y... Recordando que ese día deje mí miedo al mar...
Comenzó a pararse del suelo para alejarse un poco y mirar a su pareja.
Camus: ¿te gustaría entrar?
Dijo levantando un brazo, para ofrecerle su mano y que la tomara para levantarse el también.
Milo: me encantaría
Tomó la mano de su pareja y se levantó; antes de entrar al agua, se sacó su chaqueta para dejarla seca. Unos minutos más tardes y ya parecían niños jugando entre ellos, ambos metidos en su mundo, donde la felicidad no tenía límites, y nada más existía más que solo ellos.
Cómo añoraban esas calidas noche de verano en donde se la pasaban jugando, momentos lindos que permanecerán por siempre en la memoria de ellos.
De un momento para el otro ya había salido para la arena dado a que se habían cansado mucho de jugar con el agua. Pues ya era de noche y debían volver a sus templos. Antes de dejar que Camus entre a su casa, lo abrazo y lo beso dulcemente para finalmente dejar que descansará.
Milo: buenas noches mí mago del hielo.
Camus: descansa Milo.
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Holis gente, cómo están ¿Bien? Eso espero, Weno gracias por esperarme y pos apoyarme con esta historia. Finalmente estoy de vacaciones, así que comenzaré a publicar más seguido. Cómo dije, gracias por todo. Hasta mañana 😘
Milo esperando que camus le diga "buenas noches mí manzanita*
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Mí alma gemela.(2ᵈᵃ Temporada)
FanfictionDespués de perder a sus hijos a manos de saga, Camus tratará de seguir adelante junto a Milo, aunque no les será tan fácil. Secuela de Mí alma gemela