capítulo 4

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Varios días pasaron desde que la pareja había perdido a sus hijos. Todas las mañanas eran desanimadas y depresivas , pues esos niños, luego de su nacimiento, habían traído alegría a sus vida más de lo que se imaginaban. Ahora que ya no estaban sus vidas había cambiado, las noches eran sombrías, melancólicas y silenciosas. No hacía falta hablar; con una sola mirada de parte de ambos se transmitían el sentimiento mutuo de vacío que hacía presente en sus corazones.

Camus casi no salida de su templo, excepto cuando tenía que ir a entrenar debido a que debía recuperar los casi nueve meses en los que no podía asistir. Su mirada ya no expresaba la alegría que lo caracterizaba de niño, sus ojos ya no tenían el brillo que le solían dar vida los ojos de los niños, sus labios ya no cargaban con esa sonrisa que solía poseer, simplemente ya no era el mismo, en casi ningún aspecto. Milo rápidamente se percató del notorio cambio de su amante y, aunque el también este perdido en un laberinto al que le intentaba dar sentido, no dejaría que el estado emocional de camus cayera, no si el estaba vivo, aunque eso significará que su alma se rompa más de lo que estaba, haría lo que fuera por qué su querido camus sea feliz. Por otro lado, Milo, desde que sus amados niños desaparecieron (el aún considera que sus hijos siguen con vida ya que no es capas de aceptar aún que ellos hallan muerto) cambio muy poco, quizás no lo demuestre mucho de día, pero por las noche se dedicaba rezarle a athena; que si sus bebés aún seguían con vida que los protegiera, varias noche había derramado sus lágrimas pensando en la posibilidad de que que en verdad estaban muertos y el solo creía una fantasía. Mientras que camus se sumia en el dolor, Milo parecía recuperado rápidamente de la tragedia, a tal punto de parecer extraño, ante la vista del acuariano.

Esto a camus no le agrado mucho, puesto que si Milo decía que tanto los quería, ¿Por qué estaría saliendo con sus amigos y riendo a carcajadas tan rápido después de el trauma que ambos sufrieron como si nada?, En ese momento a camus no se le cruzó por la cabeza que esa extraña actitud era una máscara que ocultaba todo el dolor que siente, para procesar la pérdida y poco a poco pudiera restablecer su vida normal.

Milo no le explicó que su comportamiento carismático y feliz, que ocultaba su dolor, lo hacía para que camus volviera a sonreír, pues había notado como la felicidad de camus se deterioraba demasiado rápido, como si a un algodón de azúcar lo sumergieron en agua.

Todos los días, Milo le recordaba cuánto amaba al caballero de acuario, todas las noches le daba un abrazo lleno de cariño, lo besaba tiernamente y de vez en cuando le entregaba un regalo. Con frases románticas como:

𝑑𝑒𝑠𝑐𝑟𝑖𝑏𝑖𝑟 𝑐𝑜𝑛 𝑝𝑎𝑙𝑎𝑏𝑟𝑎𝑠 𝑙𝑎 𝑝𝑒𝑟𝑓𝑒𝑐𝑡𝑎 𝑎𝑟𝑚𝑜𝑛𝑖𝑎 𝑞𝑢𝑒 𝑒𝑥𝑖𝑠𝑡𝑒 𝑒𝑛𝑡𝑟𝑒 𝑡𝑢 𝑠𝑒𝑟 𝑦 𝑡𝑢 𝑖𝑛𝑎𝑢𝑑𝑖𝑡𝑎 𝑏𝑒𝑙𝑙𝑒𝑧𝑎 𝑒𝑠 𝑐𝑎𝑒𝑟 𝑒𝑛 𝑐𝑜𝑛𝑡𝑟𝑎𝑑𝑖𝑐𝑐𝑖𝑜𝑛 𝑐𝑜𝑛 𝑎𝑞𝑢𝑒𝑙𝑙𝑜 𝑞𝑢𝑒 𝑒𝑠 𝑖𝑛𝑑𝑒𝑠𝑐𝑟𝑖𝑝𝑡𝑖𝑏𝑙𝑒

O frases que parecían más una indirecta pero que a la vez sonaban hermosas como:

¿𝑦 𝑠𝑖 ℎ𝑎𝑐𝑒𝑚𝑜𝑠 𝑛𝑢𝑒𝑠𝑡𝑟𝑎 𝑝𝑟𝑜𝑝𝑖𝑎 𝑐𝑜𝑛𝑠𝑡𝑒𝑙𝑎𝑐𝑖𝑜, 𝑒𝑛 𝑑𝑜𝑛𝑑𝑒 𝑙𝑎𝑠 𝑒𝑠𝑡𝑟𝑒𝑙𝑙𝑎𝑠 𝑠𝑒𝑎𝑛 𝑛𝑢𝑒𝑠𝑡𝑟𝑜𝑠 𝑏𝑒𝑠𝑜𝑠?

En fin Milo intento varios métodos para que su amado camus vuelva a ser el mismo de antes, no pensó que ese suceso lo hubiera marcado tanto como para que después de lo que hizo no surgiera efecto alguno sobre acuario.

Mí alma gemela.(2ᵈᵃ Temporada) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora