capítulo 22

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Camus: ¡Bien! Cómo se habrán dado cuenta el día de ayer llego un... Viejo amigo quien nos estará acompañando aproximadamente por un mes y medio.

Ante la presencia del griego, los niños se sintieron intimidados por un momento, pues este se encontraba serio y de brazos cruzados, como si tratará de imponerse. Pero ese miedo se desvaneció cuando al presentarse Milo sonrió.

Milo: bueno, soy Milo y como dice su maestro, me quedaré por unas cuantas semanas acompañándolos, espero que me vean como un amigo más.

Camus: ahora que todos nos conocemos, ustedes dos vuelvan al entrenamiento, está vez intentarán romper ese bloque de hielo con las manos, lo repetirán constantemente hasta que puedan romperlo. No será fácil y seguramente tarden días así que será mejor que comiencen.

El acuariano se cruzó de brazos al lado de su pareja mientras el griego lo miraba con algo de risa y una ceja levantada.

Camus: ¿Que?

Milo: almenos podrías haberles dado un aliento

Camus: no lo necesitan, ellos saben que lo tienen que cumplir a la perfección y yo sé que lo harán.

Milo: pero son unos niños aún, necesitan todo el apoyo y comprensión en esta etapa para que en su adolescencia sepan cómo actuar.

Camus: Ellos deben actuar por su cuenta Milo, no me tendrán en algunos años y deben saber actuar solos.

Luego de las palabras del francés el ambiente se torno silencioso, ambos veían hacía el frente observando a Hyoga e Issac intentando romper el pequeño bloque de hielo, el griego por su parte lanzó un suspiro algo cansado puesto que estar en silencio no le gustaba.

Milo: apesar de que no son mis hijos tus alumnos se me hacen muy familiares camus, no se cómo explicarlo.

Expreso el griego en un murmuró audible para su pareja

Camus: ya te lo dije antes pero no quieres entender

Milo: es que ¿cómo quieres que te crea cuando no tienes prueba de ello?

El francés lanzó un suspiro intentando calmar sus emociones para que estás no generarán acciones inoportunas.

Camus: ¿Que acaso no te resulta extraño el hecho de que se llamen exactamente igual y te resulten familiares? Además no solo es eso. Yo he pasado meses conviviendo con ellos y sus personalidades son exactamente iguales a nuestros hijos, también sus cabellos te lo dice, issac tenía el cabello verde mientras que Hyoga lo tenía rubio justo como ahora. Después de todo eso ¿Dices que quizásmente no sean tus hijos también?

El heleno se quedó sin palabras, debía admitir que camus acertó en todos esos aspectos y tenía razón. Ya no podía refutar, aún así se negaba.

Milo: igual no creo

El peli aguamarina cerro los ojos y suspiró de nuevo

Camus: dura la piedra

Milo: ni que lo digas

Camus lo miro de reojo esperando su reacción después de que su contrario escuchará las siguientes palabras del francés.

Camus: sigo pensando en por qué me enamoré de ti

Claramente el francés uso un tono de voz que marcaba que la frase fue dicha sin mala intención

Milo: por mí belleza tal vez 

Relato Milo mostrando una sonrisa confiada

Camus: no eres afrodita Milo

El griego lo empujó con el hombro causando una leve risa en el galo quien intentaba equilibrarse para no caer al suelo. En eso llega Crystal quien saluda desde lo lejos a la pareja. Al ambos percatarse de la presencia de otra persona se detuvieron al instante y actuaron con normalidad. El peli blanco se percató de la presencia del escorpiano quien estaba junto a su maestro por lo que cortésmente lo saludo con un apretón de manos.

Crystal: bienvenido caballero de escorpión, es una sorpresa encontrarlo por aquí.

Milo: encantado, puedes decirme Milo no hay problema, y respondiendo a lo otro solo vine de visita por un tiempo, espero no te moleste

Ambos estrecharon sus manos amistosamente para seguir hablando

Crystal: para nada, entiendo que necesites un respiro, he oído que las cosas por el santuario son algo duras

Milo: no lo niego aunque para un caballero dorado es soportable.

El griego se giró para ver a su pareja quien observaba serio como siempre

Milo: bien creo que volveré a la cabaña para comer algo. Adiós

Comenzó a caminar en dirección a la cabaña sin mirar atras, por alguna u otra razón camus tenía quería ir con el, recuperar el tiempo perdido y ponerse al día y aprovechando que estaba Crystal allí le encargo que se quedará con los niños.

Camus: Crystal, quedas a cargo de ellos, yo... Tengo algo que hacer

Camus salió trotando para alcanzar al griego quien ya se encontraba cerca de la cabaña. En unos pocos segundos este alcanzo a su pareja y se puso a la par.

Milo: sabría que vendrías

Se giró para mirar a Camus con una sonrisa.

Milo: pero ¿y los niños con quién se quedaran? ¿se supone que eres su maestro?

Camus: Haa... Por ellos no te hagas problema, Crystal siempre viene para ayudarme con ellos.

El griego esbozo una sonrisa para luego entrar a la cabaña seguido del galo. Los minutos pasaron y ambos hombres se encontraban en la habitación de camus, sentados al borde de la cama hablando.

Camus: Milo... ¿a qué se refería Crystal cuando dijo que sabía que las cosas por el santuario están complicadas?

Milo suspiro mirando hacia el techo

Milo: pues... Desde que te fuiste el patriarca comenzó a ponerse intenso, y quiero creer que no es solo conmigo. Desde que viniste para Siberia el patriarca me ha mandado a hacer muchas misiones aveces sin descanso hasta ahora. También he visto que se pone nervioso y grita cuando le preguntan sobre athena

Camus: según el nuestra diosa se encuentran en el santuario pero nadie la puede ver, nadie más que el.

Milo: exacto, si supuestamente athena está allí no entiendo el por qué de gritar y gar miles de explicaciones

Camus lo pensó un poco, mientras más lo pensaba más se daba cuenta.

Camus: no le creas, es lo único que te puedo decir. Extrañamente el patriarca anterior desapareció y este nuevo tomó su lugar.

Milo: coincido pero ¿Sabes algo?

Mientras el galo pensaba seriamente sobre lo dicho anteriormente y tratando de concertar puntos, no se espero que el griego lo acostase en la cama besandolo apasionadamente.

Milo: no te preocupes por esas cosas ahora, tienes que enfocar tu vista en los pequeños que ahora entrenas.

Sin dejar que camus contestará el heleno volvió a besarlo con pasión por un tiempo para luego bajar y besarle el cuello.

Camus: Milo... No hay tiempo para esto...

El galo por su parte soltaba suspiros tras sentir los labios de su amado bajar cada vez más mientras comenzaba a levantar su ropa.

Milo: hoo vamos Cam, un rápidin no hará daño.

El galo miro al techo frustrado por no poder controlar su mente ni su cuerpo cuando se trababa del peliazul.

Camus: ¿Las ventanas y las cortinas están cerradas?

El contrario miro a sus alrededores para responderle a su amado

Milo: ni te esforzarte en abrirlas.

Camus: no es eso, solo me olvidé

Milo: viniendo de ti suena raro

Camus: ¡Solo cállate y sigue!... ¡y que sea rápido!

El escorpiano sonrió

Milo: por eso me gustas

El resto queda a su imaginación

PD: no fue tan rápido como pensaban

Mí alma gemela.(2ᵈᵃ Temporada) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora