capitulo 23

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Ambos estaban con la respiración agitada, hace mucho que no hacían el amor y en cuanto se presentó la ocasion no dudaron en tomarla.

Camus: wow... Hace mucho que no lo hacía así

El acuariano miro con una sonrisa a su pareja quien estaba boca abajo mucho más cansado que el mismo francés.

Milo: mmm, no recordaba que había que llegar tan concentrado al final, encerio eres difícil de satisfacer cubito.

Hablo el heleno con una voz ronca, con su rostro incrustado en la almohada mientras su cabello cubría parte de se espalda.

Al escuchar a su pareja, camus frunció el seño y pellizco al peliazul.

Milo: ¡Auch! ¡Camus, no seas malo!

El francés solo sonrió de vuelta mientras miraba a Milo quien ya había levantado su cabeza de la almohada para mirarle.

Camus: ser el que recibe es más difícil que ser el que da.

Milo: ya te haré mover las caderas a una velocidad impresionante y ahí me dirás que es más...

El griego se vio interrumpido puesto que su pareja lo había agarrado de las mejillas para plantarle un beso.

Camus: solo cállate

Este seguía sonriendo y de buen humor, luego de besar al griego una vez más se acostó sobre el pecho del contrario quien no se opuso a las acciones de su amado.

Camus: te amo

Milo: ...generalmente me lo demuestras pero es muy extraño cuando me lo dices ¿Estás seguro que no estás enfermo?

El francés soltó un largo y cansado suspiro tratando de contenerse y no gritarle al griego, quería tener un momento más romántico con el pero su pareja lo echado a perder. Sin embargo trataría de seguir.

Camus: mí corazón no puede soltarte y mí mente no deja de pensar en ti y en cuanto te extrañe cuando no estabas a mí lado. Claro que estoy enfermo. Enfermo de ti.

Milo no pudo evitar no abrazar a su pareja quien ya estaba abrazado a el. Encerio lo había extrañado mientras estaba en el santuario. Ahora que lo tenía a su lado no pensaba en desperdiciar cada segundo que estaba con el, pero claro, sin interferir en el entrenamiento que Camus le proporcionaba a los niños.
Y hablando de los niños, recordó que hace dor horas que no salieron de aquella habitación. Seguramente eran las 10:30 de la mañana y debían preparar la comida para el medio día.

Milo: camus

Este dio señales de que no quería apartarse de su lado pero si tardaban más la comida no estaría a tiempo

Milo: Camus, encerio, nos estamos tardando, tenemos que hacer la comida, no podemos seguir en cama.

Camus: *suspiro* Justo ahora sale tu lado responsable

Milo: pues... No creo que quieras que tus alumnos te vean así conmigo ¿Verdad? Podrán venir en cualquier momento y cuando no te encuentren pensaran que estás aquí

Su pareja tenía razón, aunque no quería salir de su lado camus debe de seguir con el día por sus alumnos. Al francés no le quedó más que levantarse y asearse al igual que Milo. Luego ambos salieron de la habitación aparentando como si nada hubiera pasado.

Milo: ¿Y ahora que hacemos?

Camus: ¿que acaso no llorabas por la comida?

Milo: sii ¿Que necesitas? Lo iré a comprar.

Voluntariamente se ofreció, pues quería contribuir con la ayuda del hogar y tener más tranquilo al francés. Este último le indico todas las cosas que el griego debía comprar para así poder cocinar. Milo no dudo y rápidamente se dirigió al pueblo para comprar todo lo que su cubito necesitaba para preparar la comida. Por los ingredientes se daba cuenta de que prepararía pollo al horno aunque tardaría más de lo esperado.

Mí alma gemela.(2ᵈᵃ Temporada) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora