A la mañana siguiente, Su Jin llegó primero a la sucursal junto con el ayudante Zhang, que fue a recibirla.
Era la segunda vez que Su Jin venía aquí, así que no parecía sorprendida. Fue el ayudante de Zhang quien explicó a Su Jin que, debido al pequeño tamaño de la provincia de G y al hecho de que la sucursal acababa de establecerse, el lugar era muy pequeño, pero la composición del personal también era sencilla.
Su Jin hizo una mueca, la composición del personal era bastante sencilla, pero recordó que aquí había una extraña supervisora, que se había apuntado a la exposición en su vida anterior, probablemente porque Su Jin era joven y guapa y se le daban bien las lenguas extranjeras, así que sintió que le habían robado el protagonismo. Aunque el negocio fue desechado más tarde y la extraña supervisora fue degradada como resultado, Su Jin todavía se siente incómoda cuando piensa en esa gente. De todos modos, esta vez no iba a estar en el candelero, así que podía evitarlo si podía.
Como la exposición estaba a punto de comenzar, todos los demás de la sucursal ya habían llegado, así que el ayudante Zhang llevó a Su Jin directamente al despacho del director general y le hizo una presentación. Wang Zhu, el director general de la sucursal, recibió amablemente a Su Jin y le entregó el pase de exhibición que había preparado de antemano.
Su Jin se colgó con cuidado el pase al cuello, pues no había venido a perder el tiempo, sino a por este pase. Al fin y al cabo, este tipo de centro de exposiciones situado en la capital de la provincia no era algo en lo que cualquiera pudiera entrar. Tiene que ser un expositor o una empresa que haya recibido una invitación para participar.
Después de unas cuantas charlas, los tres deciden dirigirse juntos a la exposición. En el camino, el asistente Zhang seguía conduciendo.
Wang Zhu se sentó en la parte trasera del coche y dio golpecitos con su cuaderno de trabajo nada más entrar. Su Jin se sentó a su lado y no estaba dispuesta a hablar para perturbar su trabajo. Incluso el ayudante Zhang no estaba tan hablador como antes.
En este momento, una voz femenina mecánica vino de la navegación en el coche del Asistente Zhang: ruta más rápida encontrada adelante, casi 8 minutos, ¿quieres cambiar la ruta?
El ayudante Zhang estaba a punto de dar un golpe de timón, pero fue detenido por Su Jin en la última fila.
Su Jin también se dio cuenta de que de repente se estaba comportando mal, e incluso Wang Zhu, a su lado, dejó de teclear y miró a Su Jin con extrañeza.
"Eh, lo que quiero decir es que no suelo cambiar cuando me encuentro con este tipo de situaciones, porque todo el mundo utiliza esta navegación, y si todos cambiamos cuando lleguemos aquí, estará aún más congestionado" Su Jin se sintió avergonzada por dentro, pero sólo pudo explicarlo con el labio superior rígido.
No podía decir eso porque en su vida anterior había tomado la ruta cambiada, el coche que iba delante de ella tuvo un choque de cuatro coches, y aunque su coche estaba bien, estuvieron atascados en el tráfico durante dos horas a causa del accidente y al final llegaron tarde al lugar de celebración y ni siquiera llegaron a la concentración.
El ayudante Zhang se culpó de ello y su cara se puso roja.
Después de escuchar la explicación de Su Jin, aunque el ayudante Zhang se arrepintió un poco de no haber tomado el camino más rápido, siguió diciendo con una sonrisa que estaba bien.
Los tres llegaron al recinto ferial sin problemas.
En esta exposición de maquinaria participaron cientos de empresas, grandes y pequeñas, y se dividió en ocho exposiciones temáticas, la empresa de Su Jin participó en la exposición temática de medición industrial. Los expositores de este tipo de temática se situaban principalmente en el centro del recinto a la derecha.
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Renacimiento de los últimos días: Llevo a mi familia a luchar contra los zombis
FantasyLa familia pensó que Su Jin se había espabilado tras su matrimonio y que estaba a punto de formar un grupo para golpear a la "escoria", sólo para descubrir que el mundo había cambiado y que los billetes de avión y el dinero que tenía en la mano se h...