Renacimiento de los últimos días: Llevo a mi familia a luchar contra los zombis

Capítulo 42

Poco después de que se vendiera la casa de Lu Hao y Su Jin, también se vendieron, una tras otra, la casa del padre y la madre de Su, así como la de sus tíos. La familia decide entonces elegir una fecha adecuada para mudarse juntos a casa de los abuelos de Su Jin.

Estos días Lu Guanhai también iba a menudo a casa de los abuelos de Su Jin a buscar a Su Xiangzhe, por lo que ya estaba muy familiarizado con la familia.

Especialmente después de conocer a Nie Qing, el maestro de Lu Hao, sintió que su mundo era de repente mucho más colorido: bebiendo té, tenía a alguien que le hacía compañía; jugando al ajedrez, al Go, viendo la televisión, bueno, le hacía compañía a Nie Qing; y el asunto de gastar dinero se lo enseñó la madre de Su Jin, Lin Tianhui.

Su Jin no pidió la tarjeta bancaria de Lu Guanhai en ese momento, pensó que era el momento de que Lu Guanhai comprara algo para sí mismo, así que cuando Lin Tianhui, Lin Tianzhen y Huang Yunxiang fueron de compras juntas, aparte de una Nie Qing, también se encontraba Lu Guanhai.

Lu Guanhai sintió que había hecho todas las compras de su vida en los últimos días, pero la cosecha también fue bastante grande, compró un montón de sus tés favoritos y unos cuantos juegos de ajedrez y go que podría atesorar.

Decidió enseñar a Lu Hao todo el trabajo de su vida después de que hubiera terminado su "período de acaparamiento loco", por lo que era justo que primero recibiera algunas clases.

Lu Hao no sabe que el dinero que le dio a Nie Qing para gastar a su antojo ya ha sido tomado como su matrícula por defecto.

Ahora está en casa de Ban Xiaobo con Su Jin, inspeccionando los tres coches restantes.

Las habilidades de Ban Xiaobo eran irreprochables, y no había nada malo en los tres coches restantes, que sumaban un total de cuatro. Era incluso más barato de lo que Su Jin había esperado.

Los cuatro potentes vehículos blindados estaban aparcados en el garaje de Ban Xiaobo, y cuanto más los miraba Su Jin, más sentía que el dinero estaba bien gastado.

Lu Hao ya había preguntado a Ban Xiaobo por el estacionamiento, y sólo se vigilaba la zona de reparaciones, no el estacionamiento.

Pensó que a Lu Hao le preocupaba que los coches no estuvieran seguros aquí, pero Lu Hao le pidió las llaves de los cuatro coches y le dijo que traería a alguien esta noche para recogerlos, de modo que Ban Xiaobo no tuviera que vigilar aquí.

El dueño del concesionario le había preparado un banquete para celebrar la venta de un gran pedido. No tenía que poner más excusas. Además, podía ver que Lu Hao no quería que le siguiera, así que no quería unirse a la diversión.

Por la noche, Nie Qing siguió de puntillas a Lu Hao y Su Jin y se coló en el aparcamiento de Ban Xiaobo.

"Tío Nie, ¿qué piensas, funcionará?" preguntó Su Jin en un susurro.

"Me parece bien, en cuanto puedan".

Resultó que Lu Hao y Su Jin ya habían discutido esto con Nie Qing, y puesto que Nie Qing podía poner una venda en los ojos en toda la montaña, este pequeño aparcamiento, naturalmente, tampoco era un problema. Nie Qing accedió de golpe, llevaba tanto tiempo comiendo y bebiendo en balde por su aprendiz últimamente, que ya era hora de que él pusiera su granito de arena.

Pero como el estacionamiento era una zona abierta, inevitablemente pasarían algunos peatones, así que Su Jin le pidió a Nie Qing que usara una venda en los ojos para que nadie que pasara la viera guardando el coche en el espacio.

Resultó que la venda de los ojos de Nie Qing había llegado a tal punto que los peatones que pasaban por allí no notaban nada diferente en la zona.

En ese momento, un perrito era conducido por su dueña, y el perrito, originalmente tranquilo, ladró de repente hacia el aparcamiento. La dueña pensó que había algún tipo de peligro, pero cuando giró la cabeza y vio a dos hombres y una mujer que salían del aparcamiento con las manos vacías, todos ellos con miradas extraordinarias, reprendió al perro en voz baja y le dijo que no ladrara.