Murder Drones

Herida

Espero que les guste~

Uzi recuerda que el seudo médico que tenía la colonia se negó a curarla después de una cierta cantidad de accidentes con sus primeros prototipos de su amada arma y desde entonces, aprendió a tratarse a sí misma. Tenía un soldador para heridas grandes, había tenido que morder algo para evitar gritar en esa época porque dolía como el maldito infierno. También tenía una cinta aislante para heridas más pequeñas, del tipo que no era tan grandes para ser peligrosas pero que aún eran visibles, usando eso para cubrirla y evitar perder algún tipo de aceite.

Los robots obreros tiene un sistema de auto-curación, no tan rápido como el de los cazadores pero al menos, lo tenían. Era lento y podía llegar a tardar días, siempre dependiendo de la lesión pero al menos, la ayudaba un poco con sus heridas.

Así que lastimarse no es algo nuevo para ella.

-¡Bite me!- retrocedió bruscamente ante el repentino dolor, gruñendo entre dientes mientras acunaba su mano contra su pecho. Maldijo, abriendo la mano solo para ver el gran y profundo corte que se hizo en la palma, frunciendo el ceño ante el aceita que empezaba a gotear. Había enganchado algo afilado y su movimiento brusco sólo lo empeoró. -Carajo...- sabía que lo mejor era soldar porque no tenía cinta aislante, todo había quedado en su habitación. -Mierda...- se levantó de donde estaba y miró a su alrededor, le habían entregado su soldador hace pocos días y funcionaba perfectamente. -¿Dónde estas, basura?- bufo, sabía que había dejado esa cosa a plena vista, estaba segura de ello.

-¿Uzi?- no se volteo pero reconoció la voz con facilidad. Además, solo tenía un compañero que se movía libremente y caminaba silenciosamente.

-Hey N, ¿viste mi soldador?- preguntó, molesta de no poder encontrar por su propia cuenta.

-¿Tu soldador?- él lado la cabeza, confundido. -No lo vi, ¿para que lo necesitas?-

-Porque me lastime y no tengo cinta aislante- y solo entonces se volteo, alzando su mano para mostrar su herida, frunciendo el ceño. Tenía que encontrar esa cosa pronto porque perdía aceite.

-Tu...- no noto la rara expresión en el rostro se N, mucho menos pudo ver su tensión repentina. Él no se veía para nada feliz con sus palabras, moviéndose rápidamente y antes de que ella pudiera seguir buscando su soldador.

-¡Hey!- reclamo cuando él agarro su muñeca con firmeza pero sin llegar a lastimarla. -¡¿Qué rayos te pasa?!- lucho pero el asesino era mucho más fuerte y no pudo detenerlo, solo observando como acercaba su mano herida a su rostro. No tenía miedo pero estaba confundida. -¿Qué estas...?- se tenso, haciendo una mueca de asco cuando N sacó su lengua, observando la extraña escena de cómo él lamia lentamente su herida. Dolió pero sólo por un momento. -Oh...- parpadeo, viendo como el corte cerraba rápidamente. Se sintió estúpida, se olvidó de que él podía hacer eso.

-¿En serio ibas a soldarte a ti misma?- la miró con el ceño fruncido, apretando firmemente la muñeca ajena y negándose a soltarla. -Eso te iba a doler- no le gustaba pensar en ella adolorida, mucho menos por algo que él podía solucionar con facilidad.

-Lo he hecho antes y lo volveré a hacer si es necesario- respondió a la defensiva, aunque era más bien para ocultar su nerviosismo. Es la primera vez que lo veía molesto y serio, demasiado acostumbrada a su expresión alegre. Además, hace mucho que alguien no se preocupaba por ella por una simple herida.

-Pues no lo vas a necesitar, me tienes ahora- había una promesa entre líneas, podía sentirlo. N movió ligeramente su rostro, Uzi sobresaltándose al ver y sentir como él dejaba un suave beso contra su palma recién curada.

-Eres tan raro...- murmuró, desviando la vista, ignorando lo más parecido al rubor de vergüenza que estaba brillando en su visor y por debajo de sus ojos. Él rio, alegre ante la falta de respuesta negativa por su acción, presionando su mejilla contra la mano ajena y frotando, ignorando como la vergüenza de ella aumentaba.