1. El significado del no

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La psicóloga con la que sus padres lo habían llevado, solo estaba haciendo preguntas rutinarias y tontas.

Jimin estaba aburrido y se notaba que ella también, era una beta, cuando la vio por primera vez hace ocho minutos parecía alguien muy agradable, además de hermosa, pero entonces se quedaron solos en su oficina que lucía como una sala pequeña y hogareña en tonos madera, y ella había pasado de "muy profesional" a "muy fría".

— Bueno amigo, no estamos llegando a ningún lado— dice ella de repente dejando su libreta y su lapicero con plumas en su escritorio, a decir verdad, Jimin no sentía que estuviera hablando con una profesional de la salud mental, sino con una profesora que intentaba mantener la distancia con su alumno teniendo un enorme pedazo de madera entre ellos— ¿Te comió la lengua el ratón? — continúa ella, Jimin está deseando que los 22 minutos que aún les queda para que acabe la sesión, se acaben de una vez— ¿Te rechazó tu destinado? — ella dijo sarcásticamente y no prestó demasiada atención al principio. Luego lo hizo — oh...— y esa fue la primera "palabra" de simpatía que escuchó de su parte — oye, eso... ¿puedes contarme cómo pasó?

¿Qué le contara? Ahora mismo Jimin tenía un nudo en la garganta del tamaño de una uva, no iba a intentarlo siquiera.

La verdad era que en este mundo encontrar a tu pareja destinada era más que fácil, era imposible no hacerlo, es decir, eran "destinados" y el jodido destino se encargó de unirlo a Min Yoongi.

Ese desagraciado desalmado.

Jimin podría seguir viviendo felizmente y sin preocupaciones si no se hubiera cruzado con ese témpano de hielo en medio del pasillo de la facultad de educación ¿y quien lo mandaba a esa facultad si él estudia ingeniería?

Y quisiera negar que verlo le causó calambres en el estómago, o que le hizo temblar las piernas y acelerar el corazón, quiere decir que no fue así, pero no puede, ver a Min Yoongi fue como lanzarse de un acantilado con toda la intención de estamparse contra el suelo, masoquismo puro e irrefrenable.

Y Jimin pensó que su linda vida simplemente se volvería mucho mejor, su alfa era atractivo, guapo a más no poder, tenía un aura fuerte y protectora, un aroma suave a cocoa y estaba... enojado.

— Soy...

— No— lo interrumpió— No— repitió, pero lo veía con interés, uno amargo y picante a la vez, casi con desprecio, no, ahora Jimin estaba seguro de que eso fue, desprecio, él comenzó a alejarse, Jimin cometió la estupidez de correr hacia él y detenerlo

— Espera, ¿Qué haces? — le dijo con una sonrisa— Mi nombre es...

— Te dije que no— volvió a decir con un tono fuerte y pesado— No me sigas

— Soy Park Jimin y soy tu omega— él no le hacía caso y caminaba a su lado llamando la atención de todos al rededor— ¿Qué es? ¿Tienes novio? ¿Una novia? No te preocupes, podemos...

— No te me acerques— dijo el alfa con más fuerza, casi gritando, asustándolo y asustándose— ¡déjame en paz omega!

Jimin se quedó pasmado mirándolo, se sentía como un gatito abandonado en la lluvia, y quería llorar... se había puesto a llorar.

— ¡Min Yoongi! — la voz de un profesor los interrumpió— Nada de gritar en los pasillos

Y él se fue, aunque unos pasos después volteó a verlo y continuó su camino, pero todos estaban mirando a Jimin mientras lloraba, nadie se acercó y le tomó dos minutos salir corriendo de ahí.

Por supuesto, no le diría eso a la psicóloga, aunque pudiera decirlo en voz alta.

No le iba a mencionar el punzante dolor en su pecho, la sensación de vacío en su vientre, los lloriqueos y súplicas de su parte lobuna por ir a buscar a ese hombre cruel que lo vio con ojos grises, ni las ganas que tenía de responder los mensajes de Hoseok y correr a acurrucarse con él, era su mejor amigo, casi como su hermano, y lo necesitaba, pero también necesitaba estar solo, incluso tiene ganas de decirle a Dahyun que se les una junto a sus comentarios filosos y sarcásticos que a veces lo hacen sentir incómodo, en el hipotético caso en que se reuniera con Hoseok, y les pediría que le hagan un nido y luego que maldigan a Min Yoongi con él y por él.

— Bien, espérame un minuto— ella salió

Jimin sabía que iría a contarle a sus padres ¿y ya que podía hacer? Se encogió en la silla donde estaba sentado y dejó salir sus lágrimas.

Habían sido cuatro días desde que conoció a Min, no había comido, no había ido a clases y no había hablado con absolutamente nadie. Lo siguiente que sintió fue a su padre omega abrazarlo y llorar a su lado, ahora lo sabía, y eso no estaba cambiando absolutamente nada.

"Tiempo en familia, aromas agradables, solo buenas noticias y tres sesiones de terapia semanales" Ese fue el consejo de la psicóloga.

De vuelta en casa Jimin se acomodó en el sillón de la sala, su padre corrió a traerle una manta y prepararle cocoa, que siempre le había gustado, pero ahora solo lo hacía llorar más. Su madre alfa por otro lado, estaba gritando y amenazando al rostro y nombre que aún no conocía.

— Voy a matar a ese imbécil— dijo ella— voy a sacarle todos los órganos y se los haré comer, le voy a arrancar los testículos a ese hijo de perra ¿Qué se cree? ¿Qué te hizo? Mimi ¿Qué te hizo? ¿Se aprovechó de ti? Bebé ¿acaso... estás...?

Jimin negó con la cabeza, sería mucho menos vergonzoso si así hubiera sido y mucho más imposible.

Si su idiota destinado se hubiese tomado la molestia de conocerlo, jamás lo hubiera dejado, son destinados por la diosa luna, el alfa no debió ser capaz de rechazarlo, pero quizás pensó que era muy feo, quizás estaba casado y tenía hijos, quizás solo vio a Jimin y decidió que no lo quería.

— ¿Cómo hay alguien que es capaz de lastimarte tanto? ¿Acaso es imbécil? — continuaba su madre— ¿Cómo se llama? Dímelo hijo, iré a arrancarle la cabeza ahora mismo

— Pero si lo matas...— dijo Jimin apenas, logrando la completa atención de sus padres— yo también moriré— su padre llegó a él con la cocoa, Jimin la sostuvo tibia en sus manos y la olfateo antes de beber un poco y seguir llorando

— Ya, lo torturaré un poco al menos, solo tengo que saber... que fue lo que ese imbécil te hizo

— Nada mamá... el solo dijo no

Jimin se quedó dormido llorando en ese mueble y sin soltar la taza vacía.

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Yo creo, que esto será triste, pero mejorará gradualmente.

Ojalá.

Gracias por leer a quien lo haga <3

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Sí, me gustan las margaritas | YOONMIN omegaverseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora