Al día siguiente ya no encontré a la rubia a mi costado. Solo encontré una pequeña nota rosa que decía lo siguiente:
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Volví a dormir unas horas más hasta que mi despertador sonó incontables veces haciendo que me levantara para apagarlo.
-¡Ya voy!- grité enojada a la nada
Me alisté rápidamente y llegué a la clase de la señorita Thornhill cinco minutos atrasada.
Ya no encontré un asiento visible desde donde me encontraba.
-¿Que pasa, señorita Taylor?- me preguntó la maestra con un suave toque en el hombro
-Intento hallar un asiento libre- respondí -Solo tardará un minuto, enseguida me siento-
-Oh, tranquila- dijo y con un aplauso llamó la atención de todos los alumnos -¡Levante la mano, quién no tiene compañero!-
Vi una mano levantada. Una con pulseras coloridas y con las uñas pintadas como el mismo arcoíris en su máximo esplendor.
-¡Yo no tengo!- respondió aquella dueña de la mano
Sí, era Enid.
La maestra me señaló la carpeta vacía y caminé hacia allá. Me senté al lado de la rubia mientras era observada detenidamente por mi hermana y la señorita a los pocos segundos empezó a hablar.
-Hola- susurró Enid mientras miraba a la pizarra y utilizaba sus lápices de colores para copiar
-Hola- respondí -Leí tu nota-
-¿Enserio?- volteó de inmediato
-Pensé que era algo obvio- volteé a verla -Al parecer tú no dormiste bien, ¿no?- señalé su corbata que estaba volteaba para un costado
-¡Ay!- se exaltó un poco tratando de ocultar su error, pero yo la detuve y la ayude a acomodarse
-Espera- me acerque un poco más y ajuste con cuidado su accesorio que por cierto tenía unas pequeñas perlitas coloridas que acompañaban el color negro de su corbata -¿Esta bien, así?- le pregunté
-Un poco más ajustado- respondió mientras sus ojos no dejaban de verme
-Bien..- le hice caso -Ya esta- volví a prestar atención a la clase
Estaba escuchando a la señorita Thornhill como por 30 minutos, por suerte no hubo nada interesante.
No ocurrió nada interesante hasta en ella tarde.
Yo estaba caminando con Xavier hasta que vi a lo lejos a Enid. Convencí al chico de acercarnos un poco, de hecho quería saber en qué estaba tan concentrada la rubia.
-Señoritas, ánimo. Más empeño en los dientes, ¡Que se noten más enojados! Ese gatito no se anda con rodeos- escuche que les decía a sus compañeras -¡Si Bianca vuelve a ganarme, literalmente voy a sacarme los ojos!-
