ɪ ʟᴏᴠᴇ ʏᴏᴜ, ᴇɴɪᴅ

Ｔ２ ＣＡＰÍＴＵＬＯ 28

Era noche de luna llena.

Un cuarteto de lobos aullando y saliendo a cazar.

¿Saben que es lo jodido? Nosotros somos su comida.

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"Ália povs"

-¿Estas lista para mañana?- le pregunté mientras nos preparamos para dormir

Ya saben... "puerta cerrada y siempre alerta"

Hay lobos sueltos. En especial uno que quiere darme una mordida e inyectarme su veneno.

Retrocedamos unas horas antes del día anterior.

Mi padre me había llamado porque al parecer el accidente de Wednesday había sido provocado. En absoluto quedé sorprendida cuando me dijo que el que lo planeó fue Jeremy, el cachorrito de Enid.

Lo golpeé un poco... tal vez me pasé. Lo amenacé y ahora... un día después de esa paliza busca venganza teniendo como refuerzo la luna llena, así que, tengo que evitar que me muerda o moriré.

Típico de lobos. Ya saben lo arreglan todo con mordidas. No saben cuánto los detesto.

Alguien tocó la puerta del otro lado. Sí, mis sentidos se dispararon de inmediato al sentir la presencia de un lobo, pero me calmé al oír la voz de una chica -¿Todo bien por ahí?- era Enid

Tal vez a única lobo que no odie del todo.

Ella al igual que Taylor. Se ofrecieron a cuidar de Wednesday, ya que, no teníamos que ser unos genios para darnos cuenta que, él vendría por ella.

Si antes sólo era un juego para él, yo me había encargado de hacerlo su misión principal lo que queda de luna.

Fue sencillo convencer a los padres de Enid sobre "lo peligroso" que era este tipo. Para eso nos tenemos que remontar unas horas antes, en la mañana.

Desperté como habitualmente suelo hacerlo. De hecho Wednesday me había tirado de la cama y seguramente pasé las dos últimas horas tirada en la alfombra, pero en fin.

Mi chica no despertó como dos horas después de eso, pero yo que no podía conciliar el sueño más, quién sabe porqué, decidí ir a la parte de abajo para robar comida, de igual forma, fue desagradable ver como este tipo ya estaba ahí.

Es como si me estuviera esperando o algo...

Pasé de largo, de todas formas él no me intimida...

-¿No sientes el día raro, Ália?- preguntó mientras bebía su taza, quiero decir, MI TAZA. ¡Estamos en mi casa!

-¿No te quedó claro que tenías que irte?-

-Tienes razón..- dejó la taza en la mesa de la cocina, caminó hasta donde yo estaba y tocó mi hombro. Estaba intentando intimidarme -Pero recuerda, Salvatore. Las noches de luna llena suelen ser muy dementes y más con muchos lobos cerca- aplicó un poco de presión en mi hombro -Mejor cuida a tu novia- con una sonrisa triunfante salió de la casa y se fue silbando mientras su mirada estaba en el piso y sus manos en los bolsillos

Luego de esa acalorada e incomoda conversación, hablé con mi padre y al principio no lo tomamos tan enserio, ya que, tal vez hablaba, pero no actuaba.