𝐜𝐡𝐚𝐩𝐭𝐞𝐫 𝐱𝐢𝐢

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𝔔𝔲𝔦𝔢𝔫 𝔰𝔢 𝔞𝔱𝔯𝔢𝔳𝔢, 𝔤𝔞𝔫𝔞.

02 11 2022

Harper "Espectro" Stevens - TF-141, Los Vaqueros, Shadow Company

Las Almas, México

0823 hrs (UTC-6)

—¿Cómo se conocen ustedes dos? —Preguntó Graves intercalando un señalamiento entre Alejandro y la "sicaria".

Valeria se encontraba sentada en una silla de metal, al centro de un contenedor de carga vacío, con un gesto aburrido plantado en su rostro, mientras los presentes la rodeaban.

—"Conocer" es una palabra fuerte.

Los ojos de Harper viajaron del mexicano que se paseaba ansioso, agitando sus brazos y hablando casi en un rugido.

Las palabras fuertes son importantes —Comenzó la pelinegra inclinándose hacia adelante —. Nuestra palabra es nuestro valor.

Alejandro pasó la mano por su barba frustrado, giró sobre su eje de golpe comenzando a dar zancadas hacia la interrogada.

¡Veta a la verga, hija de puta! ¡Te voy a matar-

Antes de que el Vaquero pudiera llegar a ella, el Sargento Parra y Soap lo detuvieron, haciéndolo retroceder a duras penas, entre los dos.

Calmado, Comandante.

—Ya, ¡ya! —Rugió quitándoselos de encima irritado, con una sacudida de hombros violenta.

La agente se mantuvo en una esquina, detrás de la y criminal, junto a Phillip. Analizando el extraño suceso desenvolverse ante ella; El Coronel le había dicho que la conocía, pero no había dicho de dónde, por alguna razón se veía afectado por ella.

Vamos —Incitó Vargas colocando sus manos en su chaleco y alzando sus cejas expectante a la pelinegra —. Diles.

—Ya no recibo órdenes —Soltó casualmente —. Hasta los perros en Las Almas saben que no deben de ladrarme.

La morena giró su mentón mirando de arriba abajo, con desprecio, a MacTavish.

Harper notó el gesto, chasqueó su lengua audiblemente y no tardó en tomarla de los hombros recargándola en el respaldo con brusquedad.

¿Cuándo has visto tú que un perro le ladre a su mierda? —La soltó mirándola con una ceja alzada que le sacó una sonrisa altanera a la sicaria.

Sabía que eras muy buena para ser verdad, blanquita.

Harper no dijo nada y se colocó al lado del escocés de mohawk despeinado. Él le mandó una mirada de no entender absolutamente nada, pero la muchacha se limitó a quedarse de pie con sus labios sellados.

—Es ex-militar. Servimos juntos —La rasposa voz de Alejandro hizo un eco profundo, al que le siguió un silencio.

La interrogada pasó su mirada profunda a sus uñas rosas como si fueran lo más interesante del mundo y no cooperó.

Vargas negó fuera de sus cabales, perdiendo los estribos poco a poco.

—Mira, esto es simple —La Suboficial suspiró impacientada —, te preguntan y tú contestas. Estoy segura que estás familiarizada con la dinámica, ¿verdad, mi morena?

Valeria la miró unos segundos, soltó una risa vacía cruzando una de sus piernas sobre la otra y se acomodó en el asiento hasta estar cómoda.

—Escuadrones diferentes, misma unidad —Respondió finalmente, una sonrisa pícara en sus labios mientras se enfocaba en Vargas —. Ustedes eran los salvajes, eh... "Los Vaqueros".

𝐄𝐬𝐩𝐞𝐜𝐭𝐫𝐨 | simon rileyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora