𝐜𝐡𝐚𝐩𝐭𝐞𝐫 𝐱𝐯

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𝔖𝔬𝔟𝔯𝔢𝔳𝔦𝔳𝔢.

03 11 2022

Espectro - UNKNOWN

Las Almas, México

2334 hrs (UTC-6)

Unas luces en el horizonte captaron la atención de algunos militares enfundados en equipo negro como la noche, eran ellos.

—Ve a tu puesto.

—Sí, señor —Se burló la mujer sacándose su casco y dando media vuelta para entrar a la calidez que la caseta le brindaba.

Miró unos segundos las cámaras de seguridad asegurándose que todo estuviera en orden, la base era suya y se habían llevado a todos los mexicanos, los panoramas eran tranquilos y no detectaba movimiento.

Dejó sus cosas en el escritorio sintiendo su espalda descansar un poco, estaba siendo un largo día.

No pasó mucho cuando escuchó unas camionetas que se detuvieron afuera, podía ver los vehículos negros detenerse y su Comandante salir de una de ellas con algunos compañeros que no reconoció. De la otra salieron los de la 141 y el líder mexicano.

La mujer de tez bronceada arrugó sus cejas sabiendo que la cosa estaba por ponerse fea si no cooperaban como esperaban, los Shadows tendrían que intervenir.

—Ahora, eso me hace preguntarme qué más no sé de tu afiliación con una narcotraficante. 

Cambió la imagen presionando una tecla, el mexicano se estaba acercando peligrosamente a su superior, sin embargo uno de los europeos lo había detenido, no se preocupó sabía que sus compañeros se encargarían de meterles una bala de ser necesario.

Suspiró cerrando sus ojos y acercándose a la otra ventana lateral, la vista era deprimente con toda la maleza húmeda.

Expulsando un resoplido por su nariz recargó su espalda en el borde de la ventana y abrió uno de los compartimientos de su placa rebuscando por un buen cigarro, sus dedos estaban fríos y acalambrados por estar tanto tiempo sacando mexicanos bajo la lluvia.

No esperaba para terminar con aquella situación e irse a casa.

La discusión entre Phillip Graves y los otros parecía seguir, sus voces se mezclaban con las gotas de lluvia que caían sobre el techo de lámina y los truenos lejanos.

El viento sopló sobre su nuca enviándole un escalofrío que bajó por toda su columna vertebral.

No tenía frío.

Una mano salió de la oscuridad de la noche y presionó su boca con fuerza haciendo que su adrenalina subiera hasta tocar el cielo.

Como un rayo, la hoja brillante de un cuchillo rasgó su cuello haciendo que la sangre dejara sus arterias y salpicara el suelo, en segundos murió con su cuerpo inerte sobre un charco carmín que se había formado en el suelo.

Una silueta esbelta deslizó sus piernas por el borde entrando con la cautela digna de un felino acechando a su presa.

Echó un vistazo por la otra ventana, agachándose para evitar ser vista.

—El General Shepherd manda sus saludos. Me dijo que no tomarían esto bien.

Ese era Phillip hablando del otro lado, confirmando sus sospechas y haciendo que su sangre hirviera en el momento.

—¿Él sabe de esto? —Inquirió una voz inconfundiblemente gruesa, de un acento nativo de Manchester.

Las luces blancas de la caseta iluminaban un cabello claro con un líquido espeso en las puntas, era sangre y no suya. Para su suerte nadie estaba prestando atención, por lo que desarmar a la difunta fue pan comido.

𝐄𝐬𝐩𝐞𝐜𝐭𝐫𝐨 | simon rileyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora