𝐜𝐡𝐚𝐩𝐭𝐞𝐫 𝐱𝐯𝐢𝐢

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𝔔𝔲𝔦𝔢𝔫 𝔰𝔢 𝔞𝔱𝔯𝔢𝔳𝔢, 𝔤𝔞𝔫𝔞.

03 11 2022

Harper "Espectro" Stevens - TF-141

Las Almas, México

0417 hrs (UTC-6)

—No seas marica, hombre. 

El escocés recostó su cabeza con un aire de dramatismo en su mueca y sus labios fruncidos con acidez.

—Amarrate las bolas y no te muevas.

—Joder, Jefa. Que bueno que no eres doctora.

—No me lo digas a mí, es Ghost —Susurró aplicando fuerza al torniquete —. Su manejo es igual de bueno que tus intentos de ligarte a alguien. Además, no estás ayudando mucho quejándote,.

La boca del pelinegro se abrió con total sorpresa y ofensa, antes de que pudiera decir algo ahogó un quejido cuando el coche se balanceó saltando un bordo.

—Ghost... —Siseó el paciente espesando la vocal en su boca.

Pasaron unos segundos, la camioneta siguió avanzando por la carretera a toda velocidad perdiéndose bajo el cielo de madrugada.

—Soap.

Harper entrecerró sus ojos para ver sus gestos entre la oscuridad, lucía herido y no sabía si era por su herida o por su orgullo.

—¿Soy malo coqueteando?

—Yo que mierda sé —Refunfuñó el británico en un suspiro —, pregúntale a Stevens.

—Harper, ¿s-

—Sí. Te lo dije, punk —Le cortó de golpe, tomando con gentileza su cabeza sudada entre sus manos y lo colocó en el asiento lo más suave que pudo —. Él está bien, la bala pasó limpia y ya no sangra, por ahora. No podemos descuidarlo mucho, necesita atención médica.

—Bien.

La pelirroja pasó la lengua por sus dientes negando un par de veces, encontrándose con los brillantes ojos del sargento.

—¿Lo mataría preocuparse un poco más?

—Él es así. Es su manera, Shortcake.

Algo le decía que Soap tenía razón, parecían conocerse mucho más. 

Al fin y al cabo ella era una extraña, apenas se estaban conociendo y no había mucho progreso por parte del Teniente, sin embargo cuando lo había retrocedían más.

El escocés notó el extraño cambio en el rostro de la muchacha, a lo que se removió soltando un quejido y captando su atención, buscando su mirada.

—Así como tú tienes la tuya fingiendo que no me amas.

Harper no lo pudo evitar y soltó una risita desde su pecho, casi como un chasquido dejando su boca.

—Oh, no —Se quejó apartándose, limpiando su frente con el dorso de su mano— . ¿Soy tan obvia?

Soap sonrió ladino, mostrando unas perlas cuadradas alineadas a la perfección.

—Muñeca, eres un libro abierto.

Harper rodó sus ojos pasando sus manos por su pantalón en un intento de quitar la sangre de su compañero por completo.

—Esperaba que no te dieras cuenta  —Replicó sin gracia sonriéndole lo mejor que pudo —. Descansa, pero no te duermas. Hay que coserte eso, ¿sí?

𝐄𝐬𝐩𝐞𝐜𝐭𝐫𝐨 | simon rileyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora