Capítulo 30- Nuevos lazos

690 110 5
                                    

-Jin XuanYu... -Lan XiChen saludó al nuevo integrante de la secta Jin.

-ZeWu Jun... -Wei Wuxian le respondió con una respetuosa reverencia.

-Me alegra mucho que hayas encontrado tu lugar en la secta de tu padre.

-Gracias, ZeWu Jun... -dijo Wuxian. Había algunas personas alrededor de ellos, por lo que solo pudieron mirarse a los ojos sin hablar más que lo necesario.

-¿Te has adaptado bien al cambio de secta?

Por la cara de Wei Wuxian cruzó una sombra de tristeza: extrañaba mucho a Lan Zhan, al que no había vuelto a ver desde su salida de WeiLan, y al que había podido saludar solamente con una reverencia, sin poder darle un abrazo y un beso como hubiera querido. Lan Zhan le había hablado de temas triviales mientras lo miraba con un fuego en los ojos que apenas pudo soportar.

-La secta Jin es algo diferente a WeiLan, pero estoy trabajando mucho y adaptándome a mi nueva vida -respondió.

-Quiero que sepas que si tienes un problema o necesitas un consejo, puedes contar conmigo, Jin XuanYu.

-En realidad sí tengo un par de dudas. Tal vez usted podría ayudarme a aclararlas...

Así, con la excusa de conversar, Lan XiChen y Wei Wuxian lograron apartarse de los demás:

-¿Por qué no fuiste a GusuLan con Wen Ning, Wuxian?

-Lo siento... Hablé con él, y ya teníamos decidido ir a Descanso en las Nubes para hablar con usted, pero la invitación de Jin GuangYao para unirme a su secta y darme su apellido me tomó por sorpresa.

-Pero, ¿por qué aceptaste cambiarte de secta y alejarte de WangJi?

-Porque necesito quitarme la maldición de los cortes. Es probable que el causante del último esté aquí, -La nueva vida de Wei Wuxian no era tan fácil: delante de Jin GuangYao todos lo trataban bien, pero cuando estaba solo podía sentir el desprecio de la mayoría de los cultivadores, y a diferencia de WeiLan, en donde podía vivir tranquilo y ser libre, en ese lugar debía mantenerse alerta, por las dudas de que alguien quisiera hacerle daño. Se mantuvo en silencio: no quería decirle al líder de GusuLan las cosas que le estaban pasando.

-Necesito hablar con Wen Ning, Wuxian -le dijo XiChen.

-Lo sé, pero desde aquí no puedo hacer nada. Tal vez si habla con Lan Zhan...

XiChen hizo un gesto negativo con la cabeza, y miró a Wuxian, disgustado:

-Él no va a recibirme en su casa.

-Pero tal vez puedan arreglar que un cultivador lleve a Wen Ning a GusuLan en secreto...

Era una buena idea, salvo que XiChen tenía que hablar con Lan WangJi para pedirle autorización.

-Intentaré hablar con mi hermano...

***

Después de la charla con el líder de la secta Lan, Wei Wuxian se encaminó al salón en donde se llevaba a cabo la reunión, mientras XiChen fue retenido por otro cultivador que deseaba hablar con él. Wuxian tenía que atravesar un pasillo bastante largo, en el que no vio a ninguna persona. Se puso alerta: desde su llegada a la residencia Jin había tenido que huir varias veces de acosadores, que pensando que era una presa fácil, querían abusar de él. Nunca se lo había dicho a Jin GuangYao para no crearse más problemas. Para protegerse, cargaba varios talismanes protectores dentro de su hanfu. Aún así no pudo evitar que, al pasar por la puerta de la biblioteca, ésta se abriera de golpe y una mano lo tomara con fuerza y lo arrastrara para adentro.

-¡Suélteme! -gritó, mientras sacaba con prisa uno de los talismanes para tirárselo al acosador, que lo mantenía atrapado entre sus brazos. Pero su resistencia se acabó cuando lo oyó hablar:

-¡Wei Ying! ¡Soy yo!

-¡Lan Zhan! -Emocionado, Wuxian giró dentro de los brazos que aún no lo soltaban, y se apretó contra el cuerpo de su amado, temblando-. ¡Te extrañé mucho...!

WangJi no le contestó con palabras: un beso fuerte y lleno de pasión fue su respuesta, mientras sus manos recorrían el cuerpo del muchacho que se retorció sintiendo el calor de los dedos que buscaban su piel por debajo de la ropa.

-¡El uniforme...! -fue lo único que alcanzó a decir, temeroso de volver al salón con las huellas de lo que estaba haciendo marcadas en el traje dorado de la secta Jin.

WangJi tampoco le habló esta vez: con prisa y sin ningún cuidado, abrió el cinturón de Wei Wuxian y lo tiró al suelo. Pronto lo siguió el hanfu dorado y su propio hanfu negro, que quedó descansando junto al de la peonía bordada, en el piso, mientras sus dueños se besaban en la biblioteca, con toda la pasión que llevaban contenida desde hacía semanas.

Apurado, mientras sus últimas prendas caían al suelo, Wei Wuxian tomó uno de sus talismanes y lo arrojó contra la puerta de entrada, para que nadie pudiera oírlos desde afuera ni entrar a la biblioteca. Después se entregó por completo a Lan WangJi.

***

-¿Has visto a mi hermano? -le preguntó Jin GuangYao a uno de sus subordinados.

-No, Su Excelencia. ¿Quiere que lo busquemos?

-No. Lo que tengo que decirle no es de importancia. Retírate.

Viendo que Lan XiChen regresaba al salón, se fue a conversar con él. Pero el líder de la secta Lan le hizo una pregunta que lo llenó de contrariedad:

-A Yao, ¿Has visto a WangJi? No puedo encontrarlo.

-Yo tampoco puedo encontrar a mi hermano, Da Ge.

Lan XiChen trató de no sonreír:

-Tal vez se fueron a conversar tranquilos a algún lugar.

-Sí, tal vez... -Disimulando su contrariedad, Jin GuangYao le hizo una seña a su hermano jurado para ingresar al salón y seguir con las celebraciones.

Desde que, con artimañas, había logrado sacar a Mo XuanYu de WeiLan y alejarlo de la protección de Lan WangJi, lo había dejado solo varias veces, esperando que alguno de sus cultivadores acabara con su vida, para evitarle tener que ensuciarse las manos con la sangre de su hermano, la única persona capaz de disputarle el puesto de líder de la secta Jin.

Negro sobre blancoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora