El espejo de Jisung guardaba un gran secreto, a un chico pelirosado que podía concederle cualquier deseo. Pero el deseo que Han quería, tenia consecuencias.
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«Esta es una adaptación, la historia original le pertenece a...
—Dime que es mí imaginación, pero te ves preocupado por tu dueño, ¿Estoy en lo correcto? —El rubio se sentó junto al pelirosa.
—¿De verdad se nota tanto? Mi guardián me lo dijo y ahora tú...No soy bueno disimulando. —Soltó un suspiró y sirvió un poco de té en una pequeña taza para Felix.
—Creí que no lo querías —agradeció la bebida con una ligera reverencia y después bebió un poco de ésta.
—Así era, pero Jisung es realmente... ¿puro quizás? —hizo una mueca no tan convencido— Está sufriendo mucho, es una persona fuerte, y me siento mal al no poder ayudarle totalmente.
—¿Por qué crees que no lo ayudas totalmente?
—Cuando casi me pedía que Changbin se enamorara de él, lo negué.—se encogió de hombros— Y no ha pedido muchos deseos, si mal no recuerdo sólo tres. ¿Soy un mal ángel? Puede desear un trabajo estable, quizás una casa más pequeña que se ajuste a sus comodidades, en su casa sólo tiene la cocina, la sala y su habitación, el resto está prácticamente vacío.
—¿Él trabaja?
—Mh... —asintió— Por ahora está de vacaciones porque la tienda está cerrada, pero trabaja en una tienda de cosméticos y ropa; Recuerdo que Ryujinme dijo eso. —volvió a mirar al castaño.
Soltó un suspiró y se acomodó en la silla—. El hecho de que Jisung no pida tantos deseos no significa que seas mal ángel, en realidad creo que es bueno que no te exija tanto, ¿No lo crees? —Hicieron contacto visual— Jisung es una persona que quiere seguir adelante por sus propios medios.
Se quedó callado unos segundos largos— Sí, él realmente quiere seguir adelante... Con una vida así, cualquier persona ya hubiera pedido desde riquezas, hasta que su familia reviviera.
—Exacto. —sonrió amablemente— No te preocupes tanto por él, enfócate en caerle bien, forzar un lazo con él, créeme que es una de las mejores cosas siendo un ángel. —Despeinó al pelirosa.
—Es verdad, gracias Felix. —se levantó de su silla para acercarse al nombrado y abrazarlo fuertemente.
—Mh, no hay de qué agradecer, Seungmin. —correspondió su abrazo.
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Cuando Jisung entró al baño apareció en el espejo y comenzó a reír mientras lo miraba, su dueño estaba caminando de un lado a otro, su cara estaba roja por la vergüenza y no podía parar de lanzar cualquier maldición al aire. Hyunjin le había dicho lo que Han dijo la noche anterior, cosa que le avergonzó tanto por lo que decidió meterse al baño. El castaño se veía adorable así, debía admitirlo.
—Que lindo te ves avergonzado, ¿Te lo han dicho alguna vez? —obtuvo la atención de su dueño.
—Joder, gran espectáculo viste anoche, maldito mocoso. —tiró un golpe al aire en dirección al espejo, dando entender que quería golpear al pelirosa.
