Magical Mirror  SeungSung

21

—¿Qué vas a hacer si descubre algo más?

El contrario soltó un pequeño suspiro frustrado y cansado, luego tomó asiento e invitó al otro a sentarse en una de las sillas a los costados de su gran escritorio. Minho tomó asiento, puso su diestra sobre la mesa y miró a su Dios para que éste dijera algo o le dé una respuesta sobre su pregunta.

—¿Vas a responder?

—No lo sé. —contestó a ambas preguntas— Seungmin es el ángel más problemático que he tenido, no sé qué hacer, ¿De acuerdo?

Minho bajó su mano y de igual forma suspiró. Sabía perfectamente que Dios también tenía sus momentos de estrés, además, no era alguien que estuviera "capacitado" para ese gran puesto, así que intentaba tenerle paciencia pero por más que trataba, no podía, aunque quizás eso era por culpa de su impaciencia.

—Es aún más difícil con Felix teniéndolo cerca. —murmuró Minho— Con Felix teniendo ese dueño, el origen de Seungmin no está tan lejos de él.

—Sabrás que en mis planes jamás estaba que Seungmin y Felix fueran amigos. —miró al pelinegro— Felix era tan... Diferente, no esperaba que se volviera otra persona, o mejor dicho, que mejorara estando cerca de Seungmin.

—¿Qué haremos? —su superior lo miró— Es asunto mío también, soy el guardián de Seungmin, debo velar por su seguridad.

—También por la de Jisung y no veo que te esfuerces tanto por la de él. —le respondió, el pelinegro se quedó callado— Debes separar tus sentimientos del trabajo como guardián... Sabes que no puedes sentir algo más por nadie.

—¿Por qué no? —soltó una risa leve— Lo único que hacemos aquí es obedecer órdenes de ti, ¿Qué hay de malo con sentir algo?

—Te estás encariñando demasiado con Seungmin... Lo sabes. —intentó calmarlo.

—Y aunque fuera así, ¿Qué hay de malo en eso?

—Minho...

—¿Crees que pones orden en el mundo? ... No, mejor dicho, —aclaró su garganta— ¿Crees que haces el mundo justo? No es así, podrás verlo desde tu perspectiva de Dios, podrás ver al resto del mundo, ¡Pero no estás viendo a tu alrededor! —se puso de pie y apoyó sus manos en el escritorio— Le quitas la memoria a todos, sin excepción, asignas ángeles a personas que los necesitan, pero ¿Qué hay de los ángeles?, ¿A ellos quién los hará felices?, ¿A ellos quién les llenará el vacío que les dejaste al quitarles los recuerdos?

Se calló. En la habitación hubo silencio por largos minutos que cada uno interpretó a su manera, sin embargo, ninguno deshizo el contacto visual. Tras segundos más, Minho se alejó de Dios y volvió a suspirar suavemente antes de hacer una reverencia y dar la vuelta, saliendo de aquella oficina.

—¿Jeongin?

—Uhum, por fin tuvo una cita con el chico que le gusta, ¿No es genial? —se sentó en el sofá y sacó el espejo para mirar a Seungmin, pero al ver su expresión cambió la suya— ¿Pasa algo?

—¿Eh? No... Es que, —hizo una mueca, luego miró al castaño— lo confundí con alguien, el amigo del que te conté tiene un dueño con un nombre similar. —soltó una risa nerviosa.

—¿Enserio? —ladeó su cabeza— Sería increíble si Jeongin tuviera un ángel. —se sentó en el sofá, dejando su mochila a un lado— Aunque... —el pelirosa lo miró atento— Tendría sentido, siempre se escabulle, además no conozco a sus padres, ni su casa... Y hoy, llevaba un espejo en su bolso. —miró a Seungmin— ¿Es posible?

Sonrió levemente— Puede ser... —suspiró y bajó un poco su mirada— Pero no creo que sea así... —guardó silencio unos segundos— Sabes Jisung, últimamente he estado recordando un poco mi origen.

El castaño frunció un poco su ceño ya que no sabía que recordarlo por sí mismo era posible. Se acomodó un poco mejor en el sofá y puso el espejo frente a él, haciendo que éste se sostuviera con la ayuda de un cojín. Seungmin volvió a alzar su vista y ambos hicieron contacto visual.

—¿Jeongin qué tendría que ver con tu origen? O, mejor dicho, ¿Crees que el forma parte de tu origen? —apoyó su cabeza en la palma de su propia mano.

—Bueno... —se calló de repente para pensar en lo que diría— Cuando mi amigo me dejó ver a su dueño, vino a mí un recuerdo... Un chico me preguntaba si no comería otra vez, y yo sólo le pedí que me llevara a casa, en ese momento se sintió como si esa persona quisiera protegerme. —comenzó a jugar con sus propios dedos— Hoy, hace unas horas me desmayé cuando —volvió a callarse unos segundos—... Cuando el guardián de mi amigo tocó mi hombro. En mi sueño, o quizás recuerdo, el mismo chico me compraba un muffin, dijo que era de su pastelería favorita. —cerró sus ojos un momento— Todo a nuestro alrededor parecía ser de un color gris... Como si fuera neblina, ¡Como cuando caminas a la preparatoria! —volvió a abrir sus ojos y miró al castaño.

—Jmh... ¿Neblina? —rascó su cabello intentando juntar los dos recuerdos— Pudo ser por la mañana... Sin embargo, ambos recuerdos tienen algo en común, en ambos. Ese chico quería cuidarte, es decir, estaba preocupado por ti, por tu alimentación. —Seungmin asintió varias veces y habló antes de que Jisung lo hiciera.

—Hyun... —murmuró— Fue lo último que pude decir, no pude terminar de decirlo ya que me desperté... De alguna manera es como si mi mente quisiera bloquearlo.

—¿"Hyun"? —dejó caer su cabeza en el respaldo del sofá— ¿Hyung?, no creo que Jeongin sea mayor que tu... ¿O sí? —miró al pelirosa.

Entró al baño y se acercó al lavabo, apoyándose en éste antes de lavar su rostro varias veces intentando calmarse al igual que refrescarse ya que se encontraba preocupado. Agitó suavemente su cabeza para apartar su cabello de su rostro y después con una pequeña toalla de papel comenzó a secar su rostro. Cuando finalizó, tiró a la basura la toalla y continuó apoyado en el lavabo mientras miraba hacia abajo.

—Jeongin. —llamó el rubio.

—No te preocupes. —respondió sin siquiera esperar la pregunta— Todo está bien. —suspiró profundamente, al cabo de unos segundos frunció su ceño—. Espera, ¿Desde cuándo me tratas de "tú"?

—Ah, perdón hyung. —rió e hizo una reverencia.

—Últimamente estás algo rebelde, —alzó su mirada, haciendo contacto visual con el chico en el espejo— Felix.