Capítulo 16: Su sabor

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Alicia

Estaba alistándome para salir al trabajo, ayer mi día terminó con una migraña monumental, soy consciente que no he comido muy bien pero este par de días que pasó han sido un martirio.

Termino de arreglarme y voy para la parada del transporte público, voy caminando y me pongo los audífonos, escucharé esta vez un poco de música instrumental para tranquilizar mis nervios.

Llego a la cafetería y está en la caja Gus, me ve y me sonríe me acerco a él.

—Hola Gus, que tal va el Domingo— Le digo sonriendo

—Ali, me encanta verte siempre, va bien va tranquilo tanto que mamá fue al supermercado y me dejó encargado — Me dijo subiendo y bajando las cejas

—Jajaja Me alegro mucho ya era hora ¿No? jajaj — Le dije en tono burlón

— Si, si la verdad si jajajaja Creí que me llamarías para ir por ti—

— No Gus, ayer dormí mucho por la tarde me dio migraña, pero si puedes nos podemos ir juntos hoy — Le dije

—Me encanta Ali claro que sí, pero antes me gustaría hablar contigo mientras tomamos un cafe aqui o en otro lugar como tu decidas—

—Claro que si Gus— Le sonreí y comencé a hacer mis deberes en la cafetería

Había pasado el día, no tan rápido como desearía, ya estaba limpiando las mesas para cerrar ya no había clientes en la cafetería, estábamos alistando todo ya para cerrar, escucho la campana de la entrada que suena cuando anuncia que llega alguien, se me hizo extraño por que afuera dice que ya cerramos, volteo a la puerta y no puedo creer que lo que ven mis ojos

susurro en voz vaja —Carlos—

El no me ha visto pero va directo a la caja donde está Gus, mientras camina pienso que hace aquí, será casualidad? o si sabe que trabajo aquí cómo se enteró, ni Jesús lo sabe..

Gus lo saluda con una sonrisa él le dice algo, asumo que le pregunta por mi porque de inmediato cambia la cara Gus y se pone muy serio, veo que se levanta Gus supongo que a buscarme y me acerco a ellos.

—Hola Carlos— Le digo, se ve tan lindo hoy

—Hola Ali,¿Cómo estás?— Me dijo acercándose a mi con una sonrisa muy tierna

—Ali, te busca el señor — Me dijo Gus haciendo referencia a Carlos

—Gracias Gus— Le dije sin despegar la mirada de Carlos

—Carlos el es Gus hijo de Yenny propietaria de la cafetería y mi amigo— Cuando digo amigo, Gus voltea los ojos pero ignoro el gesto

— Gus el es Carlos, uno de mis profesores de prácticas de natación y ahora mi amigo — Carlos cierra los ojos cómo agradecimiento pero desde que me vio no ha dejado de mirarme, me hace sentir una calidez especial

—Mucho gusto, pero ya estamos cerrando y Ali y yo nos tenemos que ir — Dijo Gus un poco serio, Carlos hizo un gesto extrañado de lo que dijo Gus y entrecerró los ojos

—Si, yo llevo hoy a Ali a Casa— Dijo Gus

—Vale, entiendo, Ali me regalas 10 minutos por favor no te molesto más — Dijo Carlos

Entre el comportamiento de Gus y la mirada de Carlos solo quería salir de ahí. Fuimos a una mesa un poco alejados de Gus para hablar, nos sentamos le ofrecí algo de tomar a Carlos pero no quiso nada

—Ali, ayer Jesús se presentó al trabajo para hablar conmigo bastante molesto por que te encontró en casa con un amigo, como tu sabes el desea tener algo más que una amistad contigo, no pude ocultarme que pues tu y yo pasamos la noche juntos— Dijo Carlos un poco nervioso

—¿Qué? ¿Ali te estás acostando con este señor? — Dijo Gus, no me había percatado que él estaba cerca y veo que Carlos tampoco porque también volteo a verlo sorprendido ¡Me quería morir!

—Gus, Carlos y yo somos amigos solo estaba preocupado por mi y no pasamos la noche como tú me estás mencionando y por otra parte estoy hablando con él solamente por favor me das un poco de espacio te lo agradezco— Le dije bastante seria, volteo a ver a Carlos y se alejó con los puños cerrados

—Ali, vámonos por favor o le parto la cara a este idiota, yo te llevo a casa— Dijo Carlos viendo a la nada con la cara roja y las venas del cuello tensas, estaba molesto, lo tome del brazo y salimos.

Escuche que Gus me grito pero no hice caso, caminamos sin rumbo de la mano, no me soltaba y yo tampoco hacía el esfuerzo de hacerlo, nos detuvimos varias cuadras después de la cafetería, cuando Carlos rompió el hielo.

—Ali, perdón por lo que estoy apunto de hacer pero no aguanto más— Me dijo acercándose a mi tomando con una mano mi cintura y con la otra mi rostro, sentí un escalofrío en todo el cuerpo cuando sentí su aliento cerca y si, me beso me beso con una desesperación que no puedo explicar, le correspondí, abrí mi boca, también quería sentir, su lengua sus dientes sus labios, su sabor, no quería que terminara, esto va muy rápido hace nada que nos conocemos pero fue algo tan de repente que no puedo identificar que fue, es como cuando dicen que dos almas gemelas se pertenecen, puedo identificarlo así con temor a equivocarme, terminó el beso con una mordida en mi labio, abrí los ojos y al verlo él tenía los ojos achispados las mejillas coloradas y ambos teníamos la respiración agitada.

—¿Qué fue, qué fue, eso? Le dije bastante apenada—

—Bueno, yo lo conozco como un beso muy muuuuy apasionado— Me dijo con un tono de burla

—Muy gracioso, me refiero a por que— Le dije un poco confundida

—Por el mismo motivo que me correspondiste el beso— Me dijo viendo mis labios

—Te llevo a casa ¿Si? de verdad Ali tenemos que hablar— Me dijo ya un poco más calmado

Yo solo asentí, con muchos pensamientos, con un calor en el centro de mi pecho que no sabía cómo describirlo.

Tu, mi terapia favoritaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora