Capítulo 5

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—¡Que tú hiciste! ¡¿Que?!—levanta la voz Alexander, haciendo que toda la cafetería miraré hacia nuestra mesa.

Les comente cuando nos besamos pero no lo qué pasó... el día que llegue por la noche, me sentiría más avergonzada que ahora.

—Shhhhh—dije apenada.

—¡¿Es Enserio?!—levantó la voz, Alisson.

—¡Pero Daniela!—ahora Amelia.

—Si no bajan la voz, voy a salir por esa puerta—apunté la salida de la cafetería.

—Daniela no han pasado 48 horas y mira lo qué pasó—Alisson abrió los ojos sorprendida.

—¿Por que lo besaste Daniela?—dijo Alex entre enojado y acusador, miré a las chicas y pude ver que todas se hacía la misma pregunta.

—¿Yo? Por qué asumen que fui yo—Cruzo los brazos sobre mi pecho, abochornada.

—Entonces ¿Quien fue?—me acusó él.

—Bueno... el primero pues...

—¡¿COMO QUE El PRIMERO?! ¡¿Y TÚ PROMETIDO DONDE SE METIÓ?!—grito él y todas las personas del local nos miraban con hastío.

—Shhhh. Cuando ustedes no llegaron a la hora me sentir mal y fui al baño, grave error por cierto. Discutimos, lo eche del baño y de mi vida pero cuando el se estaba yendo se dio la vuelta, se acercó mucho a mi, luego me ha pedido permiso para besarme... no le dije que si pero tampoco le dije que no... bueno la cosa es que me beso y se fue y... y... me debatí en seguirlo o no, así que abrí la puerta y él seguía allí, así que me acerqué y lo volví a besar para después darle una bofetada y seguir discutiendo otravez—dije recuperando el aire en mis pulmones, me puse las manos en mi rostro tapándolo por vergüenza.

»Pero... es que no lo entiendo, dijo tantas cosan y ninguna encaja, pero no puedo creer en él, no lo sé, solo no puedo creerle, nada de mi se fía en él. Así me ruegue no le voy a creer a ninguna de sus palabras. Y si cambió pues bien por él, pero mi corazón no me permite confiar en alguien como él, lo miro a los ojos y vienen a mi mente los recuerdos de él y yo, de su traición y sus mentiras« pase mi dedo por el bordo de la taza del capuchino, perdida en mis pensamientos mientras lo decía.

—Lo entendemos, Daniela. Nadie te está pidiendo que lo perdones, pero la cosa es que tienes prometido con el que te vas a casar en 4 meses—dijo Alex, dándome un apretón en el hombro.

—Yo no la culpo. Están todos conscientes de cuanto a cambiado Müller, si antes parecía un fuckboy de los libros y películas, ahora parece uno de esos padres que están súper buenorros. Yo que tú Daniela dejo a ese tal, Conrad porque no creo que esté, ni la mitad de bueno que Jackson, solo digo—ella se encoge de hombros, haciendo que Alex y Alisson pusieran los ojos en blanco.

—¡Conrad también está bueno! Solo que él no tiene rizos azabaches, ni ojos grises que cuando me mira se vuelven negros, tampoco unos abdominales donde fácilmente puedes lavar la ropa en ellos, tampoco tiene unos brazos venosos y tatuados ni unos tríceps que...—casi me echo a llorar, pero solo me aferre al abrazo de Alex escondiendo mi rostro en el.

—En pocas palabras, Conrad no es Jackson—escuché decir a Alex.

—No, no lo es y la verdad estoy agradecida por ello por que aprendí a ver la belleza en otros ojos y no solo en los de él—me despegué de Alex quien había empezado a acariciarme el cabello, resoplando.

Me limpié por debajo de los ojos, dramatizando el momento.

—Daniela, esto no es sano...

—¿Creen que no lo sé? Yo si se que es sano para mi y lo que no pero tenerlo cerca me destroza el alma por eso quiero saber ¿cuál de ustedes le dijo que yo volvería?

Perdida Sin TiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora