Pasado y presente

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-Usualmente los cazadores iniciamos con un calentamiento de varias horas... Pero como tú no eres un humano, solo lo aparentas, creo que podemos pasar al entrenamiento en si-

-Como digas-

-Bien chico. Muéstrame que puedes hacer-

-Puedo hacer muchas cosas. ¿Puedes ser más específico?-

- ¿Crees poder vencerme en un duelo mano a mano?-

-Pues claro-

-Entonces ¿Qué esperas?-

Como un reflejo, Cameron corrió hacia el Cazador que asombrado pero no sorprendido, logro esquivar el primer golpe y detener con ligera dificultad el segundo. Ambos se miraron a los ojos, y de un salto, Cameron puso unos metros de distancia.

-Muy bien- sonrió el hombre- Eres más rápido de lo que esperaba. Usualmente los Betas son más lentos.

-Tal vez sea por la segunda adolescencia- arrojó el Beta asumiendo una posición de defensa.

-Tal vez- susurro Marcos sacando su revolver. Cameron tuvo solo dos segundos para esquivar el primer disparo que le rozo el brazo derecho.

- ¡Qué diablos haces...!-

-Tú tienes poderes- se excusó el Cazador apuntándole nuevamente.

-Mierda-

Cuatro disparos después, Cameron lanzo una maldición al aire y miro a Marcos como si fuera a matarlo en los siguientes segundos.

-No eres tan rápido después de unos minutos- señalo el hombre mientras vendaba la herida de la pierna del Beta. Había sido algo superficial, pero suficientemente cerca como para volarle un pedazo de carne- Oye... ¿Cuál es tu historia con el Impala?

Cameron le clavó la vista.

- ¿Por qué lo preguntas?-

-Creo que después del ataque infundado de ayer, me debes aunque sea una explicación-

-Yo no te pedí que lo arregles, y no es tuyo para hacer con él lo que se te viene en gana- respondió el Beta bruscamente.

-Entonces no vas a decirme el porqué de la agresión ¿Verdad?-

-No-

Marcos apretó el nudo de las vendas, y Cameron clavo las garras en la tierra.

-Esto ya está listo. Ahora, la bala era de plata así que tardara varios minutos sino horas en sanar por completo lo que quiere decir que ya no podrás correr tan rápido ni esquivar tan efectivamente. Si sigo disparándote te llenare de balazos-

- ¿Terminamos por hoy entonces?-

-No lo creas niño- negó el cazador poniéndose de pie y ayudándolo a él a hacer lo mismo- Veamos... Quiero que de un golpe, derribes ese árbol de ahí- señalo un ejemplar de pino adulto.

-No soy una topadora. Si intento tirar abajo un árbol de un golpe, me partiré el brazo-

-Entonces no puedes hacer de todo como afirmaste hace un momento- dijo el Cazador con una media sonrisa.

-Está bien. Tú ganas- susurró el Beta. No le agradaba Marcos.

Cameron se acercó al ejemplar, que debía medir unos veinte metros, tomo aire, e intento relajarse. Aquello dolería, no tenía dudas, pero si lograba dar un buen golpe, no tendría que repetirlo luego.

Se enfocó en la madera, y midió la distancia correcta con el brazo. Tomo aire una vez más, y luego, cuando lo exhalo, golpeo con todas sus fuerzas.

Criaturas de la Noche. Primera Parte. ©®Donde viven las historias. Descúbrelo ahora