De mal en peor

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Mientras Cameron intentaba hacer a un lado la neblina que cubría su mente, unos ronquidos llamaron su atención hacia una esquina del cuarto, donde en un pequeño y viejo sillón, Amy, dormía profundamente. Rápidamente pudo deducir que ella se había quedado dormida vigilando sus sueños sacrificando su propio descanso.

En muy poco tiempo, ella se había convertido en una persona muy importante en su vida. De hecho podría afirmar sin temor a errar, que era su mejor amiga desde tiempos inmemorables.

Lentamente, ignorando el dolor general que cargaba su cuerpo, se deslizó de la cama y con un poco de esfuerzo logro ponerse en pie. Su vista tembló unos segundos mientras la sangre fluía rápidamente oxigenando cada centímetro de su cuerpo. Dió un par de pasos y ayudado de la pared logró alcanzar a Amy pero en el último segundo, dudó. No sabía si dejarla dormir en esa posición tan incómoda y graciosa, o despertarla y llevarla a su cuarto.

Mientras el beta dilucidaba, Amy, por su cuenta, comenzó a despertar y cuando abrió los ojos y lo vio tan cerca proyectando una sombra tan sombría sobre ella, por un segundo su mente dibujo aquella terrible noche y en vez de a Cameron, vio a la bestia aproximándose para el golpe de gracia. Fué en ese segundo que los lentos latidos de ella se dispararon y lanzó un grito a la vez que una furiosa e infortunada patada que cayó en la entrepierna del beta quien se dobló de dolor y cayó arrodillado frente a ella.

- ¿Qué diablos haces?- gritó dándose cuenta de que no había peligro alguno.

-Aquí... Lo típico. Sufriendo- respondió mientras ella lo ayudaba a ponerse de pie.

- Acaso tu... ¿Me estabas mirando dormir?-

- No... Bueno, sí. Solo pensaba en si debía dejarte dormir en ese sillón tan incómodo, o despertarte-

- Oh... Ya veo... Lo siento- susurró apenada.

-Está bien. Supongo que fue mi error no considerar que con todo lo que has vivido, tal vez te asustarías- exclamó el beta- Aunque debo señalar que tienes una desafortunada puntería.

Amy sonrió ante el comentario.

- Oye ¿Qué diablos te ocurrió anoche? ¿Estás bien? Te deje apenas veinte minutos y casi te mueres- exclamo alarmada. Cameron frunció el ceño.

- ¿Casi muero?-

-Estabas tirado en el suelo, en un charco de agua del fregadero que se inundó. Al verte, me di cuenta de que no estabas respirando. Me acerqué para ver qué diablos te pasaba y al tocarte me di cuenta de que estabas helado y transformándote. Además te salía espuma de la boca y tenías moretones en todo el cuello. Tus ojos estaban rojos como nunca antes los he visto y... Creí que te morirías. Te puse de lado, y luego te arroje un vaso de agua en la nuca y en la cara. Eso te trajo de vuelta-

Lentamente, por la descripción de su amiga, Cameron pudo ir armando el rompecabezas en su mente, y de un momento a otro su rostro se iluminó. Logró recordar todo... Con un detalle dantesco.

-Lamento que vieras eso- susurró apenado.

- ¿Qué te ocurrió? ¿Puedes decirme?-

El beta suspiró.

- La... Banshee, está contactando conmigo desde la cámara... Quiere que la libere-

- ¿Y cómo pretende que hagas eso si te mueres? ¿Acaso es idiota o tantos años de encierro le afectaron el cerebro?-

-No pretendo entender la mente de una criatura así... Pero si me quiere muerto, entonces es por algo, y no solo para que la libere-

-Y hasta que descubramos lo que quiere, seguirá atormentándote con esas visiones, que se hacen más y más reales conforme te va atacando-

Criaturas de la Noche. Primera Parte. ©®Donde viven las historias. Descúbrelo ahora