05

18 6 14
                                    

Buaaah, ha sido un largo sueño. Lo necesitaba, pero al menos ya tengo más energía. Otro día para pasarla junto a mi dueño.

No puedo dejar de mover la cola de alegría. Debe estar durmiendo todavía; es un dormilón. Mejor voy a despertarlo.

Un par de pasos por la cocina y llego a su habitación. Cada vez el lugar está más vacío. ¿También se habrá ido a dormir sin cenar?

Últimamente no ha podido darme mi último plato del día, pero no importa. Debe estar tan ocupado que se le olvida, como cuando a veces no me saca a pasear. Pero bueno, eso es lo de menos.

La puerta está abierta. Vaya, otra vez el olor fuerte del alcohol está llenando el cuarto. Ni modo, aguantaré lo apestoso... ¡Hora de despertarse!

No se levanta. ¡Lo tengo! Ladraré para que me escuche... Jejeje, ya despertó. La cara que lleva es muy chistosa. ¿Cómo estás, dueño? Seguro tu cabeza estará reventando.

"Ya cállate". Uy, está gruñón. Qué bueno que es sábado y no debe salir. Una lamidita y seguro se pone feliz.

Oye, no me alejes. Me gusta darte cariño, aunque no siempre me lo devuelvas. Sé una forma que me puedes recompensar. Primero debes salir de la cama, dueño.

Jalaré tu sábana, que si no te quedas ahí todo el día... Bien, ya estás de pie. Ahora vamos a la cocina; vamos a desayunar.

Más bien, cuidado. Como no pudiste sacarme, tuve que usar el suelo de la casa como baño... Ay, lo pisaste. "¡Perro de mie-!". Perdón, perdón. Es que mi estómago no aguantaba.

No me gusta verte enojado. Sueles mirarme así, pero hasta ahora no me acostumbro. Expreso mi tristeza bajando la cabeza. Solo escucho su reproche.  Pero se entiende; trataré de no repetirlo.

Sé que estoy diciéndome eso hace meses, mas prometo mejorar. Mi dueña anterior te dejó, pero yo no seré igual. Me quedaré contigo para que puedas ser un poco más feliz.

Oh, esa cara es diferente. Hay cierta determinación en su rostro. Está volviendo a su habitación; ¿estará buscando algo?

¡Mi correa! Me la está poniendo, qué bien. ¿Me sacarás a pasear? Excelente idea. Despejar la mente y correr es beneficioso para tu salud. Estoy muy feliz.

Ya estamos saliendo de la casa; bueno, es un apartamento. Nos mudamos aquí desde que dejó de ver a mi anterior dueña. Un escalón tras otro, bajamos a nuestro ritmo.

Ya llegamos al primer piso. El parque está al frente; ya puedo olfatear el pasto fresco. Mira, hay más personas con sus mascotas.

Eh... Dueño, el parque no es por ahí... Ya veo, vamos al auto. ¿Iremos a visitar a alguien? ¿Será a sus padres? Ha pasado un año desde que los saludé. Me gusta su casa; es muy amplia.

¿Dónde vamos? ¡Qué emoción!

[. . .]

Pues este lugar no está tan bonito como imaginé. Solo veo arena y más arena. No quiero ofenderle, dueño; el parque estaba mejor. Al menos la autopista está cerca para regresar.

Abrió la puerta; es mi turno de bajar. Se acerca a mí y me quita la correa. ¿Qué quiere hacer?

Espera un momento, eso es... ¡mi juguete favorito! Aww, lo recordaste. Levanta su brazo y lo lanza con fuerza. ¡Es mi turno de actuar!

¡Allá voy! Corro unos metros y lo atrapo en el aire. Vuelvo igual de rápido y se lo devuelvo. Sigamos jugando, que está divertido. Extrañaba hacerlo.

Una vez, dos veces, hasta 5 veces. Él lanza y yo atrapo. Es tan simple pero entretenido a la vez.

"Muy bien, esta será aún más lejos. ¿Podrás con ello?". ¿Es un reto? ¡Estoy listo!

Lo lanza una vez más y yo salgo disparado. No mentía con lo de tirarlo más fuerte. Casi llego, casi llego... ¡Lo tengo!

Esa carrera me ha agotado. Tal vez debimos comer antes de venir, pero este ejercicio ha sido el mejor. Voy a demorar un rato, pero ahí vuelvo.

Unos pasos más y... ya estoy aquí.

. . . ¿Dueño? ¿Dónde estás?

No lo veo cerca, ni su auto. ¿Se fue?

No no, debe ser otra cosa. Capaz recordó que no había desayunado y volvió a casa para comer. Pero, como es un olvidadizo, no notó que aún estaba fuera. ¡No te preocupes dueño! Ya voy a tu encuentro.

Reconozco ese olor a alcohol aún el el aire. Es para la derecha, así que para esa dirección será. Comenzaré el regreso de una vez.

Autos van y vienen. Algunos grandes, otros más pequeños; hasta pasan camiones. Mientras, sigo la ruta por fuera del camino. Paso a paso se avanza.

Me gruñe un poco el estómago y hace algo de calor, mas eso no es importante. Seguro que cuando llegue, él me dará mucha comida. Sí sí, un cerro de comida.

No me voy a detener, ya que soy muy fuerte.

[. . .]

Mis patas me están doliendo. Jadeo con fuerza por la falta de sueño, como también por la sed. Creo que he estado así por... ¿3 días?

No lo sé, pero el tiempo no me importa tanto. Aún no he llegado a mi destino. Pero creo que... me estoy cansando mucho.

Tambaleó un poco, cayendo de mi lado derecho. ¿Y si... descanso un poco? Sí, eso suena muy bien.

Cuando despierte, volveré a la caminata. Perdón dueño por no ser tan fuerte como creía, ni ser lo suficientemente veloz para alcanzarte.

Ya nos volveremos a ver. Solo... déjame dormir. ¿Está bien?

Relatos cortos (Elle Goshi)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora