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Creí en las promesas que nos hicimos el uno al otro. Pensé que tus palabras eran especiales y únicas. Consideré que tus acciones eran motivadas por amor sincero.

Me proyecté junto a ti en el futuro, compartiéndolo. Imaginé que las cosas iban de maravilla. Sentí que todo era perfecto; que sabía todo respecto a las relaciones.

Creía saberlo... pero entendí que, al final, eran simples creencias mías.

Porque cuando desconoces la verdad, eres más feliz. Pero cuando el telón cae y descubres el engaño, es cuando realmente puedes ver el panorama completo.

Descubrí después que tus palabras no tenían peso. Entendí que tus acciones no tenían una verdadera motivación. Me costó procesar que aquellas promesas no serían cumplidas

Supe lo que duele ser engañado. Me di cuenta que nuestros sentimientos no estaban a la par. Me percaté tarde que era solo una actuación, y me había convertido en el protagonista de un drama trágico.

Descubrí que el "siempre juntos" era una simple frase sin propósito, al menos en tu boca. Me di cuenta que me apresuré a dar todo de mí a alguien que me dio solo una parte.

Sufrí por ello, pero no sólo por el dolor de terminar. Lo que más dolió fue entender que fui un crédulo.

Por creer que lo que hacías era suficiente. Por creer que yo estaba dando mi esfuerzo por una relación sin bases. Por creer que debí pensar más en las decisiones y acciones que tomé.

Por creer... que sabía cómo manejar una relación. Solo sé... que nada sé.

Pero, si algo bueno puedo rescatar, es que ahora lo sé. Y de ello aprenderé.

Relatos cortos (Elle Goshi)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora