12

7 5 1
                                    

¿Dónde estarás ahora? Quisiera saberlo.

¿Recuerdas aquella vez que nos conocimos? Posiblemente no. Fue hace tanto, y de forma unilateral. Siendo yo el espectador de tus fantásticas creaciones.

Podría estar cientos de veces admirando cada una de las inversiones que tuviste y no me aburriría. Tu visión de las cosas, embellecer lo que para cualquiera sería una situación sencilla.

Sentir en cada movimiento de tus manos una parte de ti, siendo plasmada y entregada a todo el mundo. Me encantaba verlo.

Yo solo me senté a contemplarlos. No esperaba más; sabía que no eras una persona muy conversadora. Esperaba un anuncio tuyo para leerlo, un nuevo lanzamiento para contemplarlo.

Entonces, sin saber el por qué, dirigirte tu atención a mí. No lo entendía, ya que no era nadie especial, pero tú me hiciste sentirme así.

Te abriste conmigo y viceversa, entendiendo y escuchando lo que te preocupaba y pensabas. No te considerabas buena persona, pero yo no lo sentí así. Eras una luz, la cual me alegraba sentir alumbrándome.

Era tan feliz... y de repente, ya no estabas más.

Mi tiempo cambió; no podía estar en cada presentación que dabas. Sabía que solía estar en tu propio mundo, así que no presioné y tomé un poco de distancia para que tuvieras tranquilidad. Dejé un trozo de mi corazón, confiándotelo.

Y siento que ese fue mi error. Porque cuando volví, tus puertas estaban cerradas. Ya no estaba invitado a pasar.

Y lo que más me duele, es que ese pedazo sigue ahí. Lo siento latir, ardiendo cada vez que lo recuerdo. Quise recuperarlo, buscarlo y encontrarte con él.

Pero no fue así. Y con eso debo vivir. Sabiendo que mi corazón no dejará de latir por ti, aunque quiera detenerla.

Relatos cortos (Elle Goshi)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora