¿Dónde estarás ahora? Quisiera saberlo.
¿Recuerdas aquella vez que nos conocimos? Posiblemente no. Fue hace tanto, y de forma unilateral. Siendo yo el espectador de tus fantásticas creaciones.
Podría estar cientos de veces admirando cada una de las inversiones que tuviste y no me aburriría. Tu visión de las cosas, embellecer lo que para cualquiera sería una situación sencilla.
Sentir en cada movimiento de tus manos una parte de ti, siendo plasmada y entregada a todo el mundo. Me encantaba verlo.
Yo solo me senté a contemplarlos. No esperaba más; sabía que no eras una persona muy conversadora. Esperaba un anuncio tuyo para leerlo, un nuevo lanzamiento para contemplarlo.
Entonces, sin saber el por qué, dirigirte tu atención a mí. No lo entendía, ya que no era nadie especial, pero tú me hiciste sentirme así.
Te abriste conmigo y viceversa, entendiendo y escuchando lo que te preocupaba y pensabas. No te considerabas buena persona, pero yo no lo sentí así. Eras una luz, la cual me alegraba sentir alumbrándome.
Era tan feliz... y de repente, ya no estabas más.
Mi tiempo cambió; no podía estar en cada presentación que dabas. Sabía que solía estar en tu propio mundo, así que no presioné y tomé un poco de distancia para que tuvieras tranquilidad. Dejé un trozo de mi corazón, confiándotelo.
Y siento que ese fue mi error. Porque cuando volví, tus puertas estaban cerradas. Ya no estaba invitado a pasar.
Y lo que más me duele, es que ese pedazo sigue ahí. Lo siento latir, ardiendo cada vez que lo recuerdo. Quise recuperarlo, buscarlo y encontrarte con él.
Pero no fue así. Y con eso debo vivir. Sabiendo que mi corazón no dejará de latir por ti, aunque quiera detenerla.
ESTÁS LEYENDO
Relatos cortos (Elle Goshi)
RandomPequeños escritos que hago cuando estoy aburrido. Algunos son extraídos de mi anterior cuenta de Twitter. (No te los robes)