14

6 2 0
                                    

Estoy incompleto. No sé qué me falta, pero sé que algo no está bien.

Miró hacia atrás, viendo que las cosas siguen igual. Mi rostro, mis manos, mi cuerpo: no han cambiado nada. Entonces, ¿por qué se siente diferente?

Me encuentro con las mismas personas que he conocido. No se han ido, aún cuando un tiempo yo sí lo hice. Entonces, ahora que los vuelvo a ver, ¿no lo siento igual?

¿Qué me falta? ¿Qué es lo que he perdido?

Reviso mis pasos, mis errores, mis motivaciones. No noto algún problema o diferencia de antes a ahora. No encuentro la razón de mi desgano.

Miro mejor a las personas que me acompañan, notando que no son las mismas. Ellas han crecido, se han vuelto mejores y resplandecen como el firmamento estelar en el cielo.

Es en ellas que logro entender mi problema: sigo aferrándome a un pasado "yo". Un "yo" que seguía viendo de cierta forma a sus amigos, negándose a aceptar que la realidad era distinta.

Las cosas ya no eran como antes, y si no lo acepto, me estancaré. No puedo quedarme atras; no pienso hacerlo. 

Dudo en mi interior. Dejar de ser yo mismo es atemorizante. Pero si quiero seguir el ritmo a los demás, debo ser firme.

Tal vez pierda parte de lo que alguna vez fui, y quien sabe si es que el nuevo yo esté dispuesto a acompañarlos. Sin embargo, el mundo siempre va a cambiar. Y si no cambio también, no podré avanzar.

¿Estás dispuesto a cambiar también?

Relatos cortos (Elle Goshi)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora