Volviendo a casa
La respiración de la hermosa Akeno chocaba con el rostro avergonzado y nervioso de Haruka. El mismo se está insultando mentalmente debido a que siempre se quejo de que los Japoneses se avergüenzan de todo, sin embargo, ahora que esta viviendo una situación cliché con una hermosa mujer como lo es Akeno, apenas y está consciente de lo que está haciendo.
-Eh... Estás muy cerca...- Haruka fue acorralado, podía escaparse, pero no iba a desaprovechar esta oportunidad que le está dando Dios, aún así se está limitando ya que estaban en una casa de glicinas, no en su finca.
-¿Acaso no quieres, Haruka-kun? Y yo que me había arreglado para ti- Akeno suspiro mirando al suelo. Haruka vio esto y calmo su mirada, relajo casi por completo sus músculos y formó una leve sonrisa en su rostro, todo esto fue notado por una Akeno que no pudo ocultar su sonrisa emocionada.
-Realmente si...- Haruka tomó con delicadeza la barbilla de Akeno, la acercó un poco, lo suficiente para estar a nada de besarse -Pero aquí molestaríamos a los residentes-
-No te preocupes, no haré tanto ruido como crees...- Akeno beso la frente de Haruka cariñosamente. El Kamado no se veía muy seguro, pero ya no tenía nada más que perder, así que beso el cuello de Akeno -¡Ahh~! Voy a intentar no hacer mucho ruido...-
Ambos se miraron a los ojos con una sonrisa sincera, y finalmente los dos juntaron sus labios en un apasionado beso. La luna sería el único testigo de esa unión, pues que Akeno con el paso del tiempo desarrollo sentimientos hacia Haruka, por otro lado, el Kamado se iba enamorando de Akeno aunque no quisiera, pues aún sigue aferrado con Aiko. El amor que tenía con Aiko fue algo muy especial, pero ella ya no está y por eso debe dejarla descansar, él debe de vivir su vida lo más normal posible y recordar ese amor con una sonrisa.
-(Ya es momento de dejarte ir. Fuiste la primera persona en este mundo que me saco de mis casillas, la primera persona en no verme como un monstruo, mi primer amor dentro de este mundo, gracias por todo, pero ahora tengo que vivir mi vida y también debo dejarte vivir tu segunda vida, Aiko Nakamura)- dijo Haruka soltando una lágrima de su ojo izquierdo. Tomó las caderas de Akeno y las acercó más a él, tomo una nalga de la pelinegra y luego la apretó, esto la hizo gemir.
-Vas tomando confianza~. Parece que has estado con otras mujeres, ¿O me equivoco?- pregunto Akeno mientras se separaba de ese apasionado beso, Haruka solo negó con la cabeza.
-Mi maestro tiene tres esposas, era algo inevitable que aprendiera algo como esto- hablo Haruka antes de besar de nuevo el cuello de Akeno, está vez dejo una marca. Bajo lentamente a sus hombros hasta sus senos haciéndolo de una forma apasionada.
-¡Tanto te diviertes y yo no puedo ver nada~! ¡Déjame ver tu cuerpo!- Akeno le había quitado la parte superior de su uniforme, dejando a la vista el cuerpo marcado de Haruka. La pelinegra se sonrojo bastante ya que nunca había visto el cuerpo de un hombre tan definido -Ara, Ara~. Te vez mejor de lo que imaginaba-
Sin decir nada, Haruka le quitó el delgado Kimono a Akeno. El corazón de ambos latía rápidamente, uno al ver el cuerpo desnudo de una mujer, la otra literalmente babeaba por ver los músculos del Kamado. Haruka se inclinó y ahora él estaba arriba de la pelinegra, acaricio su mejilla con una sonrisa dulce, el corazón de Akeno se derritió al ver esa sonrisa tan pura.
-¿Lista, Akeno-san?- pregunto aún sonriendo, entrelazó sus dedos con los de Akeno, está última asintió sin dejar de ver el torso desnudo de Haruka -La veo muy ansiosa, no la haré esperar-
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Un nuevo comienzo - (Parte 1 y 2)
FanfictionEs curioso saber que lo imposible puede ser posible. Yo no creía en varias cosas como la reencarnación, era algo ilógico y estúpido, pero bueno, cada quien tiene sus creencias. Sinceramente nunca pensé renacer en un mundo como lo es Kimetsu no Yaiba...