Capítulo 49

1.7K 171 87
                                    

Existen momentos en los que se nos olvida respirar. A veces parece imposible, porque se supone que es algo automático, pero, sorprendentemente, sí puede suceder. Pues eso le ocurre a Jimin en este preciso momento.

Al escuchar esas palabras entró en shock, uno pequeño, abrió más sus ojos y se quedó mirando al chico frente a él, con las manos hechas puños y las suelas de sus zapatos pegadas totalmente al piso.

Su cabeza repetía una y otra vez la misma frase: “Park Jimin, el chico que me gusta”.

Mientras él no sabía cómo reaccionar, Jungkook no sabía qué pensar. No tenía idea de si su confesión fue la mejor o si fue buena decisión hacer tal cosa. Sin embargo, no se arrepentía. Soltar esas palabras fue como deshacerse de un peso en su corazón, de manera positiva.

Él nunca fue una persona que pudiera guardar sus sentimientos, al menos no los que son tan fuertes como los que siente por ese lindo presidente del concejo estudiantil. Quizá parecerá muy arriesgado pero prefería ser sincero, a sufrir internamente -sin exagerar- por querer expresarse.

Luego de unos segundos, Jimin pareció recordar que debía decir algo, al menos una mínima cosa.

—Santo Dios—soltó en un suspiro, llevándose una mano al pecho y respirando pesado, como un atleta después de participar en un maratón de cinco mil kilómetros.

Jungkook no tardó en preguntar lo que llevaba rato cuestionándose mentalmente:

—¿Te incomodé?—preguntó cuidadoso, recibiendo respuesta inmediata.

—¡No!—casi gritó Jimin.—Es solo que…—no terminó su oración y otra vez suspiró pesado.—Vaya, sí que soltaste una bomba.

Un ligero chiste que pensó quizá alejaría la pequeña tensión existente en el lugar donde estaban.

—¿No era obvio?—Jungkook no se guardó sus dudas.

Lo que pudiera preguntar, por supuesto que no desaprovecharía la oportunidad.

—¿El qué?—una pequeña confusión de parte de Jimin ya que no había entendido la pregunta del pelinegro.

—Que me gustas—respondió Jeon, obvio.

—Ay, lo dijiste de nuevo—una risa nerviosa salió de los labios de Park.

¿No le pone nervioso decirlo como si nada?

Y fue ahí, que prestó atención y se dio cuenta de que las manos de Jungkook sobre sus muslos estaban inquietas, sus piernas se movían ansiosas, y aún así, lo estaba mirando a los ojos, no de manera intensa, sino con expectación y un toque de esperanza.

Una vez más, confirmó que los ojos de Jungkook eran de lo más bonito que podría existir. 

Suspiró por milésima vez y habló sincero:

—Supongo que sí, no lo sé. Pero que me lo digas directamente y en voz alta obviamente me va a descolocar.

Jungkook asintió despacio con la cabeza, riendo un poco.

—Sí, bueno… Tampoco estaba tratando de ocultarlo—dijo levantándose de la silla para estar de pie y frente a frente con Jimin.—A decir verdad, me moría por decírtelo de una vez—confesó.

—Oh, ¿de verdad?—preguntó el presidente, formando una “o” con sus labios, y sólo Dios sabía cuánto le encantaba a Jungkook esa expresión.

—Sí, ¿y tú?—levantó su mano derecha y con el dedo índice tocó rápidamente la boquita del contrario.

Lo hizo totalmente consciente, y estaba que se moría de ternura al ver a Jimin intentando mirar sus propios labios, sin poder creerse lo que acababa de pasar, otra vez.

¡Deja de robar! || JK/KM AU ✓ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora