Donde Jungkook solamente quería una cuenta de HBO para poder ver su serie favorita.
O donde Jimin descubre que alguien que no es él está usando su cuenta de HBO sin permiso.
•Jikook/Kookmin
•Parejas secundarias (Sope, Taejin)
•Social media + Narra...
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Dentro de algún bolsillo del pantalón de Jungkook se sentía la vibración de un teléfono indicando la llegada de mensajes, pero fue ignorado, pues estaba concentrado en algo -alguien- más.
Hace aproximadamente diez minutos que había comenzado una sesión de besos, chasquidos, suspiros y respiraciones entrecortadas, siendo protagonizada por Jimin y Jungkook, todavía dentro la cabina.
Ya no estaban de pie a un lado del escritorio donde se apoya el micrófono. Ahora Jimin se encontraba con la cadera y trasero apoyados en el escritorio mencionado anteriormente, con sus manos firmemente colocadas en la orilla, y con Jungkook inclinado frente a él, las manos en la pequeña cintura del presidente, y una pierna entre las contrarias. Ingeniándoselas para estar lo más cerca posible.
Probando hasta el último rincón de sus bocas, no pensando en nada más que no sea en ellos mismos.
No tenían planeado extender los pequeños besos del inicio, pero cuando sus labios se encontraron les fue inevitable parar.
Totalmente diferente al primer beso que tuvieron, ahora había rudeza, había hambre. Ya no había cuidado, era brusquedad. Cada vez que alguno separaba los labios para seguir el beso, el otro lo tomaba como una invitación para aumentar el ritmo, ganándose un suspiro del contrario. Besos profundos, también conocidos como besos de lengua, los estaban disfrutando como no sabían que se podía.
No fue hasta que las vibraciones del celular de Jeon fueron tan seguidas que un sonido se generó, Jimin tuvo que tomar la decisión de parar. Se separó toscamente y tomó aire.
—Contesta—le dijo a Jungkook, serio.
No estaba molesto, pero supuso que tanto mensaje era porque había sucedido algo importante.
El chico de la radio sin saber qué hacer actuó en automático, mientras llevaba su mano hacia su bolsillo, miró a Jimin. Su pecho subía y bajaba, estaba agitado, y por supuesto que él también.
Cuando por fin encendió la pantalla de su celular, se asustó al ver tantos mensajes de Taehyung. Al presionar la barra de mensajes y ver el chat, entendió de qué se trataba todo.
