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—No lo entiendo muy bien. ¿Por qué el Profesor tiene a una experta en cuchillo en un lugar dónde no podemos herir ni matar a nadie?
Gire la cabeza hacia Denver y su pregunta, mientras nos adentramos con las cajas al Café medio vacío que había conseguido el Profesor, el lugar donde él estaría operando y negociando con la policía, mientras nosotros estaríamos dentro de la Casa de Moneda.
—Por la misma razón que el Profesor reclutó a un peleador experto en un lugar donde no podemos herir ni matar a nadie. – respondí, siguiendo sus mismas palabras.
Le gustó cuando mencioné la palabra "experto", pues infló el pecho orgulloso, asintió repetidas veces con la cabeza y una sonrisa extasiada empaña su rostro.
—Touché. – siseó antes de reír.
Pasamos por el corredor hacia la segunda planta con cuidado, y entramos al cuarto de estudio. Lo primero que vi fue a Río instalando el equipo, y al Profesor a un lado de su escritorio.
—Profesor, con permiso. – vociferó Denver una vez nos abrimos paso y dejamos las cajas encima de la mesa, mientras nuestro reclutador hacía a un lado los papeles de ahí.
—Es todo, Profesor. – indiqué, dejando la caja antes de palmearla dos veces.
El hombre de lentes, giró a verme y me asintió con una media sonrisa. Dejando lo que tenía en las manos en uno de los estantes.
—Estaba pensando. – comenzó a decir Denver. —En las películas rastrean llamadas y cosas como esas. ¿Estaremos bien?
—A ver. – exclamó Río hastiado por su intromisión, pues parecía muy centrado en lo que estaba, de espaldas mientras enchufaba los distintos cables. —¿Para qué crees que necesitamos todo este equipo? ¿No tienes idea de por qué estamos conectando todos los cables a través de la alcantarilla?
Yo me mantenía en silencio escuchándolos, ayudándole al Profesor a sacar todo de las cajas. Estaba por sacar el teléfono de cable, con el que él se iba a estar comunicando con nosotros y con la policía, hasta que sus manos se adelantaron, levanté la mirada y negó con la cabeza, indicando que él lo hacía.
Denver giró la cabeza efusivamente hacia nosotros dos, buscando nuestro apoyo ante la respuesta de Río, no sé el Profesor, pero yo solo me le encogí de hombros y con una ligera mueca negué con la cabeza, dándole a entender que sí era algo obvia la respuesta.
—No se te ocurrió, ¿verdad? – lo incitó Río, mirándolo por encima de su hombro, justo después de hacer que las luces del equipo se encendieran.
—Eres un maldito arrogante. – refunfuño el peleador, recostado en una de los estantes detrás de él. Se incorporó y antes de caminar hacia nosotros, empujó en seco la cabeza de Río. —Sabelotodo.
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𝐌𝐨𝐧𝐞𝐲 𝐇𝐞𝐢𝐬𝐭: 𝐊𝐨𝐫𝐞𝐚 | 𝐁𝐞𝐫𝐥í𝐧
FanfictionAún recuerdo cuando se dio el anuncio por las noticias. "𝘓𝘢𝘴 𝘥𝘰𝘴 𝘊𝘰𝘳𝘦𝘢𝘴 𝘢𝘤𝘰𝘳𝘥𝘢𝘳𝘰𝘯 𝘣𝘶𝘴𝘤𝘢𝘳 𝘶𝘯 𝘥𝘦𝘴𝘢𝘳𝘳𝘰𝘭𝘭𝘰 𝘦𝘤𝘰𝘯ó𝘮𝘪𝘤𝘰 𝘢𝘮𝘱𝘭𝘪𝘰 𝘦 𝘪𝘯𝘵𝘦𝘨𝘳𝘢𝘭, 𝘥𝘰𝘯𝘥𝘦 𝘦𝘴𝘵𝘢𝘣𝘭𝘦𝘤𝘦𝘳á𝘯 𝘺 𝘤𝘳𝘦𝘢𝘳á𝘯 𝘶...