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—No lo hagas. – Intente escucharme lo más segura posible.

Berlín me miró de reojo por haber roto el silencio. Estábamos los dos, uno al lado del otro, frente al ventanal de la oficina donde ahora mismo veíamos al agente infiltrado. El hombre ya tenía puesto su cambio de ropa, amarrado y amordazado. De su mirada brotaba ira y derrota pura, mientras las marcas de sus venas provenientes de su cuello rojizo intensificaban al mirarnos.

—¿De qué hablas?

—Ya lo sabes. – sus cejas se alzaron con más interés. —Salir a cara descubierta frente a todos los medios.

Hubo varios segundos de silencio. Berlín frunció levemente el ceño y le dio media vuelta a su anatomía a mi dirección. Giré la cabeza y lo vi mirándome fijamente.

Inclinó su cabeza hacia mí en un movimiento efusivo y bufó una sonrisa torcida.

—¿Estás... preocupada por mí?– soltó con su egocentrismo.

Giré los ojos y decidí ignorar su pregunta.

—¿Por qué lo haces? Primero les sueltas toda tu biografía a los rehenes en bandeja de plata. ¿Y ahora te quieres volver una celebridad? ¿Qué hoy todo el mundo reconozca tu rostro?

—Tengo mis motivos.

—Dímelos.

Soltó un pesado suspiro, aún inclinado hacia mí. —Si queremos comenzar con el pie derecho, debemos demostrarles que somos personas honorables, al menos más que la policía. Probarles que pueden confiar en nosotros y no en ellos. Y no se logrará si ni siquiera saben quién les está hablando detrás de la máscara. ¿Entiendes?

—Vas a causar un gran revuelo.

Él solo asiente, con simpleza. —Así es.

Maldición. Como siempre, él tenía que tener un punto.

Pero...

—Pero te estás arriesgando mucho.

Él mira a nuestro infiltrado otra vez, a través del vidrio y resopla. Antes de volver hacia mí y tomarme de los hombros.

—Ven aquí. – me arrastra hacia un lado, hasta que siento mi espalda contra la pared de cemento, dejándonos en un punto ciego para el rehén que vigilábamos, cerca de la ventana.

Ignoro lo mucho que él aprovecha esto para acercarse de más hacia mí.

—¿Qué?

Él toma una respiración profunda, sus ojos de pronto me escanean de arriba a abajo y una risa traviesa sale de él.

—Deberíamos hablar sobre lo de ayer. – suelta con un tono ronco y travieso.

—Pasaron muchas cosas ayer-

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⏰ Última actualización: Nov 05 ⏰

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𝐌𝐨𝐧𝐞𝐲 𝐇𝐞𝐢𝐬𝐭: 𝐊𝐨𝐫𝐞𝐚 | 𝐁𝐞𝐫𝐥í𝐧Donde viven las historias. Descúbrelo ahora