Parte 17: El ranking

41 2 0
                                    

Lana ya llevaba un buen tiempo siendo una aventurera de clase B+, rayando en la A-. Y aunque ya se veía venir desde hacía tiempo, era casi inevitable que se sorprendiera ligeramente al enterarse de que Lincoln se había vuelto en un aventurero clase B, tan cerca de B+ que con matar a unos cinco o seis enemigos más, obtendría la experiencia necesaria para subir de rango. El mundo veía con ojos abiertos como los dos hermanos se hacían cargo poco a poco de pisos de calabozos enteros sin nada más que sus propias habilidades, pisos que en general eran completados por grupos de al menos cuarenta miembros, y ninguno debía de ser demasiado débil, a menos que lo llevaran ahí para que farmeara experiencia fácil.

El piso cuarenta contenía varios balrogs, en una clara referencia a alguna otra serie. Entre Lincoln y Lana limpiaron el piso entero en menos de una semana, algo inaudito para cualquier grupo. Y es que cuando tu habilidad te permitía sobrevivir a tantos ataques además de hacer daño a todo lo que tocabas por poco que fuera, y te curabas gradualmente, todo era perfecto para Lincoln. En cuanto a Lana, poco a poco dominaba con mayor facilidad a todas las bestias para que se atacaran entre ellos, reduciendo enormemente los numerosos enemigos.

Lincoln y Lana regresaron con varias muestras de cuernos y fuego oscuro de Balrog, además de información sobre el segundo punto débil de las criaturas, hasta el momento conocidos como un ser de un único punto débil. La recompensa por cumplir accidentalmente como quince misiones de rango medio distintas fue exorbitante. No solo reunieron dinero suficiente para cubrir los gastos de toda su familia por al menos diez años, sino que también sus estadísticas estaban subiendo demasiado. Lana se sorprendió de que hubiera una forma tan rápida de subir de nivel, pues estaba acostumbrada a la idea de que uno tenía que farmear por meses solo para subir un nivel. La fama era lo de menos. No les importaba mucho que la gente los viera con la noca abierta al pasar, ni que todos los reconocieran allá adónde fueran. Lo único que querían era ver que sus vidas mejoraban para bien gracias a los frutos de sus propios esfuerzos.

- Y pensar que dudé de quien me dio mi subclase -suspiró Lincoln un día, soñador.

Él y Lana estaban recolectando lo que se habían ganado en esa nueva aventura, satisfechos con el desempeño que habían hecho ese día.

-  Tenemos que ir un día a verlo, Lana -comentó Lincoln- El Señor Neil es un ancianito muy amable, su esposa es estricta pero buena gente, y su nieto es adorable. No solo será bueno en el fútbol, sino que también seguirá el camino del Señor Neil como aventurero, con las mismas habilidades que... Lana, ¿qué pasa?

Lincoln veía que su hermana menor lo veía con ojos extraños. Sorprendida, Lana se quedó quieta unos instantes.

- ¿Qué ocurre? ¿Fue algo que dije?

-¿Me puedes repetir el nombre del hombre que te dio tu habilidad?

- Se presentó como Señor Neil.

- Neil... Neil... Ese nombre se me hace familiar... ¡Oh, espera, creo que ya sé donde lo he escuchado!

- ¿En serio?

- ¿No lo has escuchado? Es uno de los nombres de los aventureros más conocidos de todos los tiempos. Me sorprende que no los sepas siendo como eres, Lincoln.

- Me concentro más en los jugadores famosos de ahora. Y si he oído sobre él, no me acuerdo.

- Bueno, deja te enseño. De seguro he de encontrar algo en mi celular...

Mientras ambos se sentaban en su ya habitual asiento en la taberna, y les servían sus usuales platillos (ninguno de los dos se cansaba en lo absoluto de lo mismo), Lana fue buscando en su celular.

- Mira -dijo Lana después de un rato, con la boca llena de sus alitas- Es él. Se trata de la misma persona, Link?

Lincoln no respondió de inmediato. Se quedó un rato viendo a su mentor y amigo a una edad mucho más joven. Con un espectacular bigote que o bien había dejado de crecer, o cuando Lincoln lo había visto se lo había rasurado, el Señor Neil posaba para la cámara con un dragón gigante muerto a sus pies. A diferencia de casi todas las fotografías de los logros de jugadores o NPC's, el Señor Neil estaba solo, en lugar del grupo que lo había apoyado a vencer. Evidentemente, Lincoln entendía la razón, pues estaba en su propio camino de llegar a la cima en solitario. Bueno, él y la persona que estaba sentada frente a él.

- Sí, Lana, es él. No sabía que se supiera de él, aunque fuera desde hace tiempo. Es un NPC, aunque en realidad no importa mucho. Cumplí los requisitos y me dio su subclase, la del slime.

- Entiendo. Ya entiendo porqué parecías tan decidido a mejorar de pronto, incluso tratándose de ti. Querías hacer que se sintiera orgulloso.

- Exacto. De hecho, hace tiempo que no lo veo. Tengo que ir a visitarlo, para que sepa lo que he estado haciendo. ¿Quieres venir conmigo, Lana?

- Me encantaría -sonrió Lana- Pero quiero ver algo antes.

- ¿De qué se trata?

- Bueno, no quiero arruinar lo que quiero saber. Solo tenemos que ir al Gremio.

- ¿Al Gremio? ¿Qué encontraremos ahí?

- Tú solo sígueme, tontito.

Después de acabar su cena, ambos recorrieron el camino que llevaba a la sede principal de los aventureros. Lincoln trataba de averiguar lo que Lana quería saber, pero no fue sino hasta que llegaron a un tablero de anuncios que por fin lo entendió. Claro, verlo en cualquier dispositivo que tuviera internet era más rápido, pero nada como verlo en las pantallas gigantes que anunciaban todos los días el ranking mundial. Claro, nadie que Lincoln conociera estaba ni remotamente cerca de entrar al ranking mundial, ni siquiera nacional, pero si ponías tu identificación en las pequeñas pantallas por debajo de las grandes, sabrías si tu posición tenía hasta al menos ocho números.  Ser mejor que unos millones de jugadores no se oye tan impresionante como otros logros, pero al menos uno ya se hacía notar y por le general era suficiente para que alguno de los mejores clanes quisiera reclutarte.

Lana le pidió a su hermano su identificación. Al recibirla, la puso en la ranura de las pantallas de abajo, las pequeñas. Si no recibías una respuesta en los primeros tres segundos, la identificación se te devolvía sin ningún comentario. Cual fue la sorpresa de Lincoln cuando una robótica voz femenina se hizo oír.

- Lincoln Loud. Ranking: 98544532

Noventa millones. Estaba dentro de los mejores noventa millones de aventureros en el mundo entero.

- Felicidades Lincoln. Ya se te puede considerar una leyenda... Una pequeña, cierto, pero una leyenda a fin de cuentas.

Lincoln no dijo nada. Lana se asustó un poco al ver una lágrimas caer de uno de los ojos del peliblanco, pero entendió cuando Lincoln la abrazó y sollozó con una sonrisa en sus labios.

- Lo logré, Lana... ¡Estoy logrando ser uno de los grandes!

Y con eso, Lana también sonrió, dándole un beso en la mejilla y devolviendo con creces el abrazo.

Llegando hasta la cimaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora