Parte 10: Las bestias

56 4 2
                                    

Apenas y tuvo un momento para respirar, cuando Lincoln se vio envuelto en un golpe feroz. Para la defensa y vida que tenía, incluso Lincoln recibió mucho daño. Levantándose como pudo, y agradeciendo a los cielos que decidieran atacarlo a él primero antes que a Lana, Lincoln se preparó para enfrentarse a su oponente. Un Goliath gigantesco sostenía un mazazo con picos, que por fortuna había dado a parar en la armadura de Lincoln, en lugar de su cabeza.

- ¡Ahhhhhhh! -se oyó un grito.

Como un relámpago, Lincoln se volteó para ver si podía ayudar a su hermana en peligro. Entendiendo que esa era una sala de jefe más difícil de las que había visitado antes, Lincoln supo que estaba en serios problemas: No solo el Goliath, también habían minotauros menores que atacaban a hachazos. Lana los esquivaba como podía, pues eran demasiados enemigos para ella.

- ¡Lincoln!

El albino hizo lo posible para ayudar a su hermana. Lana entendía que no debía tocar a nada que atacara su hermano, por lo que agarró a tres minotauros en específico y los alejó como pudo de Lincoln. El peliblanco envenenó rápidamente a sus oponentes, y las bestias comenzaron a perder vida al instante. El Goliath no tenía pensado deshacerse de sus propios súbditos hasta que fuera el momento adecuado, por lo que esperó pacientemente.

Minotauro, tras minotauro, Lincoln los envenenaba, y Lana distraía a las bestias lo suficiente con el control que tenía sobre las bestias para atacar. No obstante, no era suficiente: las habilidades de Lana funcionaban mejor con seres caninos, y los minotauros no se relacionaban a ellos más que por ser mamíferos. Su daga no era la mejor arma contra seres tan fuertes y con tanta distancia con las hachas, por lo que ni siquiera Lincoln podía culparla por ir perdiendo el control lentamente. Los minotauros seguían llegando uno tras otro, por lo que no había ni un solo momento para descansar. Sin importar qué tantos enemigos vencieran, seguían llegando otros.

- Lincoln Loud ha subido de nivel.

- ¡Nivel ciento nueve, Lana! -rugió Lincoln, eufórico- ¡Un poco más y seré...!

- Lin... Lincoln -gimió Lana.

Por el rabillo del ojo, Lincoln vio que su hermana estaba en peligro. Los minotauros se dieron cuenta finalmente de que sus ataques no estaban dando mucho resultado contra Lincoln. Y aunque Lana no estaba representando una gran amenaza para ellos, era una blanco más fácil. Unos minotauros se empezaron a fijar en ella. Las miradas de las bestias iban de la cabellera peliblanca a la rubia.

- ¡Resiste, Lana, un poco más, y...!

- ¡Uggggghhhh! -gruñó Lana.

Una de las bestias por fin logró traspasar la defensa de Lana y asestó un fuerte golpe contra el pecho de Lana. La rubia resistió el golpe, pero fue empujada con fuerza contra la roca de la habitación. Lana levantó la vista, y sintió que una fuerza abrumadora se acercaba a ella. Uno de los minotauros cargó contra ella con sus cuernos, agarrando toda la velocidad que había logrado juntar. Esquivando el ataque a duras penas, Lana se movió justo a tiempo. El minotauro se ensartó contra la pared. Sin embargo...

- ¡AHHHHHHH!

Otro minotauro había seguido a su compañero por detrás, logrando asestar un golpe en el hombro de Lana. La hombrera detuvo en gran medida el ataque, pero la fuerza de un minotauro era aterradora. Traspasó ligeramente la armadura, y se clavó en el hombro de la rubia, dejando su brazo fuera de combate. Sin perder el tiempo, otro minotauro llegó corriendo y le dio un golpe a Lana, lanzándola por los aires.

Lana cayó contra el piso y rodó hasta pegar contra otra pared. Los minotauros llegaron corriendo.

- Son... Son demasiados... -gimió Lana- De modo que así moriré... Y volveré a empezar de cero...

Antes de recibir el golpe, Lana cerró los ojos, esperando el impacto. Su vida estaba casi en números negativos, y no podía seguir peleando. Todo estaba perdido.

- ¡GGGGRRRRRRAAAAARRRRGGGGGHHHH!

Sin entender el rugido de dolor, Lana abrió los ojos. Una mole se había plantado frente a ella y había ensartado a los minotauros. Debido a la poca vida que tenían, murieron poco después de ser envenenados.

- ¿Li-Lincoln...?

Su hermano había acabado con unos enemigos... que ella ya había atacado antes. Viendo que sus dos presas estaban en un mismo lugar, los minotauros se juntaron, preparándose para arremeter, pero teniendo extremo cuidado en evitar los toques de la bestia peliblanca.

- ¿Por qué hiciste eso...? Lincoln... ¿Que no eso serán puntos de experiencia compartidos? ¡Ya no podrás llegar a la cima solo, tonto! ¿Qué no es por lo que has estado luchando todo este tiempo? ¡Debiste dejarme morir! Yo puedo volver a grindear, y... y...

Lana se calló cuando vio que Lincoln sonreía. Su hermano, a pesar de que sus sueños se habían ido al drenaje... Estaba sonriendo.

- Es cierto -dijo Lincoln, atento ante cualquier indicio de que el ataque comenzara- Ya no puedo decir que todo lo hice solo. Sin embargo, he notado algo hasta ahora. Todo el mundo ahora sabe que puedo combatir solo. Llegar hasta arriba aún solo sería solo la cereza del pastel. Ya prácticamente he conseguido lo que quería. Además... No me importa que esto sea un juego. Antes de un juego, antes de ser un jugador, antes de que sean vidas, antes de la experiencia, antes de que seas mi compañera... Antes de todo eso, eres mi hermana, y estabas en peligro. ¿Qué clase de hermano sería si no te salvo cuando estás en peligro?

Lincoln le dio a Lana la sonrisa más bondadosa que había visto en su vida.

- Si tuviera que dejar mis sueños para verte feliz, Lana... Lo haría un millón de veces más.

Lana sintió que su mirada se quedaba fija en la figura frente a ella. Había pasado por innumerables problemas para conseguir su sueño, y ahora todo lo había tirado por la borda... ¿solo por ella? ¿Cuándo había sido la última vez que alguien había hecho algo así por ella? ¿Había siquiera una primera persona? Esa clase de atención solo la recibía Lola. Pero ahora... Ahora solo una persona la había salvado a ella, porque la quería. El corazón de Lana latió más rápido, y sintió que todo ocurría a cámara lenta cuando Lincoln colocaba su cuerpo en posición de combate, justo cuando todos los minotauros arremetían contra él.

El cuerpo de Lincoln recibió infinidad de hachazos. Los minotauros no pudieron atacar más de una vez, pues Lincoln usó la pegajosidad deque poseían los slimes para mantenerlos pegados a él. Varios de esos seres perdieron toda su vida al intentar detener a la amenaza peliblanca. Y a pesar de que varios de esos dieron puntos compartidos, eso no quitó que Lincoln ganara toneladas de experiencia.

- Lincoln Loud ha subido de nivel.

- Oh, ¿nivel ciento diez? -sonrió Lincoln- ¡Que bien! Ahora tal vez...

Sus siguientes palabras quedaron al aire. El Goliath, que se había quedado atrás esperando al momento oportuno, por fin se decidió a atacar. Sonriendo, ensartó su mazo en el inmovilizado enemigo albino que le estaba matando a casi todos sus súbditos. Y con gran alegría, vio que la vida de el albino, combinando los ataques de todos, le estaban quitando casi toda su vida. El sangrado le estaba dando los toques finales...

Lincoln Loud. HP: 4/815.

- ¡LINCOLN!

Llegando hasta la cimaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora