Take me back to the start [CLEXA AU]

Capítulo 32: Una carta sin remitente

Una carta sin remitente

—He hecho algo que sé que no aprobarás. —Luna la observó expectante temiendo a lo siguiente que Lexa dijera.

—He visto a Clarke

—Lexa...—Y ahí estaba a lo que temía...

—Me has dicho que confíe en ti, lo estoy haciendo. Necesito contarlo y no guardarme esto. ¿Vas a escucharme? —Luna soltó un suspiro con gran pesar y asintió.

—Soy consciente del peligro, soy consciente de lo que está en juego, sé que no debe volver a suceder y sé muy bien que es lo correcto y lo que no.

—¿Estás segura de que sabes todo eso? —se mostró escéptica ante lo que claramente para ella era todo lo contario.

—Sí.

—Lexa...

—Déjame terminar. —suspiró —En realidad no sé si tengo algo más que decir. — Se sentó en una de las sillas del restaurante y apoyó la cabeza sobre la mesa.

—¿Te hizo bien verla? — Luna intentó ser un poco menos dura con su ex esposa.

—Sí, sinceramente sí. Al menos pude comprobar que estaba bien. Entre lo que puede estarlo...

—¿En dónde se han visto?

—Fuera de la ciudad. No somos tan ilusas e irresponsables. — Luna le dedicó una mirada con la que refutó su afirmación.

—Ya no actuamos así. Supongo...—la chef quiso defenderse. 

—Y... ¿Qué piensan hacer?

—Nada. Seguir como estamos. No volveremos a vernos si eso es lo que te inquieta.

—Eso dijiste la última vez Lex.

—Quédate tranquila que por ahora seguiremos al margen. Créeme que somos conscientes de todo. — Luna dejó escapar un largo suspiro, y asintió intentando ponerse en el lugar de Lexa y en todo lo que aquello significaba para ella.

—Puedo notar que te hizo bien, porque tu mirada tiene otro brillo. Gracias por confiármelo. — La mirada de Luna pasó de preocupación a una más compasiva.

—A ti debo agradecerte. —Luna tomó la mano de Lexa y la apretó con cariño.

—¡Ay Lex! — Más allá de entenderla, escucharla y apoyarla, Luna estaba muy preocupada como todo aquello podría repercutir en su familia. Pensaba en Jane, en la seguridad de Lexa, así como también en el estado anímico de la joven chef. Era una situación por de más de complicada, y hasta la consideraba peligrosa si se permitía irse en pensamientos y especulaciones.

***

Los días posteriores fueron diferentes, anímicamente hablando, tanto para Clarke como para Lexa. El aire parecía serles más ligero, y el respirar les generaba alivio. La esperanza alumbraba cada vez más el interior de ambas mujeres. Tal vez, las cosas podrían ser mejores en un futuro para ellas. Al menos en aquel pensamiento se mantenían las dos. Aunque no lo compartieran con nadie y permaneciera en el secreto de sus almas.

En contraposición, la rutina no cambió mucho en la vida de Lexa luego de aquel encuentro. Hasta que, todo dio un giro de un día para otro, cuando a mediados de semana, al llegar como cada mañana a abrir su local, algo llamó su atención. Un sobre blanco se encontraba pegado en la puerta y con letras rojas llevaba escrito el nombre y apellido de Lexa. La joven chef, lo tomó, y comprobó que no poseía remitente. El misterio y curiosidad la azotó y un temor inquietante provocó que se pusiera un tanto nerviosa.