Capítulo 4: La sonrisa de Jasmín.

590 61 3
                                    


La sonrisa de Jasmín.

—Mamá ¿a dónde iremos? — preguntó una inquieta Jasmín, mientras intentaba llamar la atención de Ontari, quien estaba demasiada concentrada en terminar de armar su bolso de viaje.

—¿Debo hacer mi bolso también? — preguntó la niña. —¿Mamá? ¿Mamá? — insistió Jasmín mientras saltaba por todo el lugar, poniéndose frente a Ontari que simplemente la esquivaba o la quitaba del camino.

— ¿Por qué no me contestas? — Dijo la pequeña haciendo un mohín.

— ¡Porque estoy ocupada niña! ¡Deja de estorbar! — Gritó su madre.

Clarke, había estado ajena a toda la situación, e ingresó a la habitación en el momento en que su esposa le gritaba a la pequeña. Rápidamente la joven arquitecta tomó a Jasmín entre sus brazos y sintió cómo su pecho se encogía al ver las lágrimas instaladas en los ojos de su hija quien hacía su mejor esfuerzo por no llorar.

— ¿Puedes sacarla de aquí? Ya tendría que haber salido y todavía estoy estancada aquí porque no puedo terminar de hacer una maldita cosa sin que me persiga por toda la casa preguntándome tonterías. — Se quejó furiosa Ontari.

— Jasmín no tiene la culpa de que tú no estés de humor. — Recriminó la rubia. — No te das cuenta de que sólo quiere saber a dónde irás. ¡Eres su madre, por Dios santo! Es obvio que se interesará por las cosas que hagas o dejes de hacer. — Ontari frenó sus pasos, la miró fijamente y luego posó sus ojos sobre Jasmín quien abrazaba a Clarke fuertemente escondiendo el rostro en el hueco de su cuello. Por un momento la arquitecta creyó que su esposa se disculparía, al menos con la pequeña, pero no fue así. Ontari simplemente negó con el rostro y haciendo una mueca de desagrado se giró para terminar de guardar su ropa en el bolso.

Por la cabeza de Clarke pasaron las mil y una cosas para decirle a su esposa, pero se contuvo y prefirió no hacerlo, mucho menos con Jasmín entre sus brazos, aferrándose con tanta fuerza a su cuello. Simplemente salió de allí y se dirigió hasta la cocina, dejó a su hija sentada sobre la mesada, tomó de la alacena un pequeño recipiente y caminó hacia el refrigerador, donde bajo la atenta mirada de su hija sacó un pote de helado haciendo que los ojos de la pequeña, brillaran rápidamente. Sirvió un poco en el recipiente y se lo entregó. Antes de comenzar a comerlo, Jasmín volvió a abrazar a Clarke con el cariño y la ternura que la caracterizaba.

— ¿Mamá se irá sola? — Preguntó mientras saboreaba el helado de fresa.

— Sí cariño, mamá tiene que trabajar. —Clarke sonrió y se acercó a ella con una servilleta para limpiar los restos de helado que tenía en la comisura de sus labios.

—¿Puedo dormir contigo entonces? — En sus ojos se podía observar ilusión ante la posible respuesta positiva.

—Claro que puedes. — Respondió Clarke con una sonrisa, sabiendo que le era imposible negarse a aquello.

— ¡¿Y miraremos Toy Story?! — Preguntó emocionada la niña.

— Me parece un plan más que perfecto cariño. — Clarke le sonrió y besó dulcemente su frente.

Ambas miraron hacia la puerta cuando escucharon cómo Ontari bajaba las escaleras y esperaron que se despidiera de ellas, pero el silencio que se formó luego de que la puerta principal se cerrara de golpe, indicó que Ontari no tenía intención alguna de despedirse de las que se suponía eran las personas más importantes para ella, y eso a Clarke, le dolió y mucho, no por ella, sino por su pequeña. La joven arquitecta podía aguantar mil cosas, pero Jasmín no tenía por qué hacerlo. Su esposa estaba siendo demasiado egoísta y fría hasta con su niña, y debían hablar sobre eso, porque las cosas no podían continuar de aquella manera. Cuando Ontari regresara de viaje, tendrían una charla obligada.

Take me back to the start [CLEXA AU]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora