Hace mucho

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Hace tiempo que intentaba reprimirse de su gran amigo y compañero Enzo. Se conocían desde hace mucho tiempo, así como también permanecía el anhelo del mayor de los dos al saber que era su alfa predestinado. El infierno se asomaba en sus momentos de celo, el dolor era insoportable, sudaba más que en un partido, su corazón se aceleraba inevitablemente, no entendía como nadie sospechaba de sus ausencias, más su compañero de cuarto. La única persona que sabia de su situación, era el capitán omega de la selección Argentina, que luego de perder contra Arabia Saudita le dió supresores, y poder jugar mejor contra Mexico. 

- También me agarró ahora, y las que compré son re chotas, no venden otras acá, así que por ahora supongo que te pueden funcionar - le dijo Lionel - 

Tomó una pastilla  esa noche, y al día siguiente se aproximaba el partido, las pastillas no eran tan fuertes como las de su país natal, sus compañeros alfas solo lo miraban, algunos fijamente, pero estaba seguro que no se notaba tanto, hasta que dicha persona de apellido Fernandez apareció con una sonrisa en su rostro y le brindó palmaditas en la espalda al mayor.

- Vamos que podemos eh 

Julian asintió rápidamente y suspiró aliviado al ver que finalmente su amor platónico se había formado para ya salir, notó cierta tensión entre su capitán con algunos jugadores mexicanos, pensó que tal vez seria por el celo, lamentablemente nisiquiera podían saciar su deseo con personas de su mismo sexo en un país así, todo lo sexual era prohibido, y era algo tan agotador para los omegas. 

_______ 

- ¡Vamos los pibes carajo! 

El vestidor era un total desastre, ropa tirada por todo el suelo, todos sus compañeros a los gritos bailando y cantando, Julian estuvo un tiempo pero sintió cierto dolor familiar que lo hizo tomar sus cosas, y pedirle a uno de los entrenadores que lo llevara urgentemente donde se hospedaban, al verse casi al borde de la desesperación, fue llevado sin protestas inmediatamente.

El partido había estado tan tenso, desde el momento que entró a la cancha sintió la presión de las miradas sobre él. Cuando Enzo hizo el gol de una forma espectacular, unos celos inevitables lo tomaron al ver a Messi alzado en los fornidos brazos del mediocampista, dios, pero no lo detuvo para celebrar y reprimir sus sentimientos como pudiera.

Al llegar al edificio exclamó un rápido "gracias" para correr y adentrarse en los pasillos con el dolor comenzando a asomarse, pero al llegar a su habitación un sujeto lo tomó por sorpresa.

- ¡¿QUE HACÉS ACÁ?! 

Gritó al ver a su compañero de habitación sentado al borde de su cama, mierda, de todos sus compañeros justo ese alfa se encontraba compartiendo habitación con él. Cuando entró en celo no sabia donde meterse, Lionel le había salvado la vida con esos supresores baratos, o eso creía.

- Vine más temprano porque quería darme una ducha tranquilo - respondió quitandóse la camiseta - pero llegaron más temprano de lo que pensaba 

- Está bien..

Julian se había puesto nervioso, el efecto de la pastilla estaba desapareciendo, y el almizcle del licor de dulce de leche se hacia presente en todo el lugar, aunque no podía sentirlo, sabia que estaba desprendiendo muy fuerte de su cuerpo, asi que apresuradamente comenzó a dirigirse a la salida nuevamente, pensando en donde meterse. Las demás pastillas estaban en la mesa de luz, precisamente justo al lado de donde se encontraba Enzo. 

- ¿A dónde vas? 

- Iba a.. ver si ya llegaron los demás 

En menos de un instante la puerta se cerró delante de sus ojos, el alfa lo tomó del brazo para tirarlo a la cama en un rápido pero cuidadoso movimiento para no lastimarlo, aún asi soltó un sonido por el susto. 

- ¿Que hacés pelotudo?

- Ví las pastillas, no puedo creer que pensaste que funcionarían.. - se acercó al omega sentandóse al borde de la cama - en este país de mierda ni siquiera piensan en los omegas como para venderles algo que no les beneficia a los alfas. 

- Si funcionan, solo que poco tiempo

Enzo rió, algo que hizo derretir internamente al omega provocando un temblequeo en sus piernas, que muy probablemente el contrario lo haya notado porque su sonrisa desapareció lentamente mientras lo miraba.

- ¿Sabés, Juli? Deberías quedarte sentado cuando estás así, porque todos te miran, más los alfas - llevó su mano al cabello del mayor para acariciarlo - y es molesto.

Los ojos de Enzo comenzaron a tornarse rojizos, su mano en el cabello contrario fortaleció su agarre acercándose más, definitivamente Julián no sabía que mierda hacer, creyó que el menor solo estaba jodiendo pero de una manera diferente a siempre, si lo era pero no como él pensaba.

- Enzo... Debo tomar las pastillas

- No, ¿quién sabe que secuelas tiene ésta mierda? Mejor yo te ayudo con esto

- Bueno.. ¿de qué carajo me estás hablando? - rió Juli nervioso -

El mediocampista sin ningún aviso se hizo dueño de los labios del delantero, los atacó con mordidas y lamidas llenas de deseo, que porsupuesto el contrario no rechazó, pero le costaba seguirle el ritmo por lo increíble que lo hacía.

Dios, se sentía en el cielo, pero en su boca era el infierno, estaba tan caliente y húmedo, que por inercia se acomodaba en la cama para que el menor quedase encima suyo.

El beso finalizó y se miraron fijamente, Enzo no pudo evitar ver los labios rojizos del contrario por sus mordidas, su cabello alborotado, y agitado porque lo necesitaba desprendiendo ese almizcle de licor de dulce de leche en toda la habitación.

Sabía que estaba mal hacer esto, ¿pero quién los detendría en esa situación? Se desean hace mucho tiempo, Julián estaba en su celo, habían ganado el partido, Enzo no podía soportarlo más, aunque tenía ya una familia formada, siempre supo quién debía estar en el lugar de su esposa.

- Estás perdiendo el control, no está bien - exclamó Juli -

- ¿Querés ayudarme a calmarme o descontrolarme más?

Las manos del menor bajaron por su espalda hasta llegar a su redondo culo, masajeando éste de una forma descarada.

- A la mierda

Reprimido (E. Fernandez x J. Alvarez)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora