Extra

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Había pasado un poco más de un año desde que ganaron el mundial qatar 2022, este año habia transcurrido tan rápido que nisiquiera se habían dado cuenta, lo único más notable era como el vientre plano de Álvarez cada vez comenzaba a hincharse más, y su alfa más emocionado que nunca acariciaba su pansita cada vez que se lo permitía el propietario.

El mediocampista siempre intentaba estar para ayudar a su omega, no quería nisiquiera que se levantara solo al baño, cuando tenía que ir a los partidos y viajar, le pagaba a personas para que cuidaran del mayor hasta que volviera que cuando lo hacía traia regalos tanto para el omega cómo para el cachorro que llevaba.

Hasta que finalmente un maravilloso día, las contracciones se habían vuelto más constantes y fuertes que las normales, por lo que fue llevado urgente al hospital, por suerte Enzo estaba entrenando, apenas recibió la noticia corrió a su vehículo para dirigirse a toda velocidad hacia su amante.

— ¡¿Cómo que son dos?! — el grito de Fernandez se escuchó tan fuerte que la enfermera cerró sus ojos —

El corazón latía a mil por hora, preocupado por su familia se pasaba sus manos por la frente, hasta que salió la misma enfermera que le sonreía, le hizo señas de que podía pasar. Le habían puesto un traje, y gorro, no importaba la incomodidad de esto, él solo quería ver al amor de su vida.

Cuando entró a la habitación hizo que su corazón se derritiera, como si fuera un chocolate dentro de una mochila en pleno verano, se acercó con una sonrisa en sus labios, dándole un beso dulce a Julián, quien sostenía a ambos bebés con lágrimas saliendo de sus ojos, se notaba claramente su cansancio, y el dolor por el cual había pasado.

— ¿Papi ya les eligió un nombre? — susurró con la voz quebrada el mayor —

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— Oli, Lio y Jere — se acercó Enzo a los tres infantiles que jugaban alegremente con los juguetes de cada uno — ¿Que están haciendo?

Los niños le mostraban los juguetes a su padre mientras que lo lejos los veía Julián, que tomaba mate junto a sus compañeros de la selección, el mundial 2026 estaba a la vuelta de la esquina, y separarse de sus hijos no era algo que les gustase mucho, por lo que convencieron a la ex esposa de Enzo ayudarlos para cuidar a los infantiles.

Su hijo mayor por diez minutos era Lionel César Fernández, que llevaba el nombre en homenaje al identificable Messi, y al director técnico Scaloni, mientras que su segundo nombre era también el segundo de Aimar, tres personas quienes los ayudaron tanto en la carrera como en la vida personal.

Jeremías Hernán Fernández era el menor, su primer nombre era el segundo de su padre, llevaba también el segundo nombre de un amigo cercano a la familia quien los ayudó en todo momento desde que llegaron al país, Otamendi les dió todo lo que pudiese para apoyarlos, aún cuando los medios criticaban la situación en la que se encontraban.

Lío era un pequeño omega, había sacado las expresiones de Julián, su forma de hablar, hasta en ocasiones se le escapa el acento cordobés, sin embargo era posesivo y celoso con su hermano menor, tal cual como Enzo. Por otro lado Jere era un beta, que aún en su corta edad se notaba su infantil arrogancia, intentando proteger a su hermano, y evadir peleas. Aunque Oli era alfa, Enzo necesitaba una excusa para tener más cachorros con su dulce esposo, intentando convencerlo de tener un cachorro más que se alfa. No menosprecia a los que ya tiene, su corazón fue robado por completo por esos tres niños, pero ver a su omega embarazado lo ponía más duro que el chabón de la esquina.

— Lio dejá de molestar a tu hermana  — le retó Julián y le devolvió el mate a Paredes —

— Jere, ¿a quién preferís? — le habló Otamendi arrodillándose delante del infantil — ¿Al tío Emi o al tío Lean?

El niño señaló a Paredes quien se rió burlándose de Martínez con un "te salió mal hijo de puta". La selección no era la misma que hace cuatro años, Messi, Di María, Otamendi, los más grandes se habían ido, la nueva generación estaba a cargo del mundial ahora, Julián y Enzo eran los más destacados de la selección.

Enzo tomó entre sus brazos a los tres niños abrazándolos entre pequeños besos, para luego levantarse y sentarse al lado de su pareja, que lo miraba con ternura.

— Se viene el alfa — dijo Fernandez jodiendo —

— No — respondió Julián y le golpeó ligeramente el hombro —

Compartieron un par de mates más hasta que llegara la hora de entrenar, y dejar a los niños con la mamá de Oli, no se llevaba muy bien con Julián, pero sabía lo que era la responsabilidad de tener hijos, hasta era más difícil para la pareja de futbolistas ya que debía transportarse en familia a todos lados. Además que al pasar el tiempo su actitud estaba cambiando a un trato mejor.

— Papá — llamó Jeremías caminado torpemente hacia sus progenitores —

Julián lo tomó entre sus brazos y lo sentó encima suyo, mientras el alfa lo miraba con ternura.

— Podemos ir a pasear a la noche, ¿no? — propuso Álvarez —

— Después de entrenar, si quieren vamos a comer algo — respondió el alfa, acomodó su brazo en el respaldo del asiento del mayor quedando más cerca —

Y así fué, en el entrenamiento la ex esposa de Enzo dejó a la niña jugar con sus hermanastros con la pelota a un lado de la cancha, para luego llevársela, al terminar, la familia fue a su hogar a cambiarse para salir juntos a la noche, Enzo y Julián se ducharon uno detrás del otro, cómo también sus hijos, bien arreglados salieron los cuatro al centro de la ciudad.

El portugués de Julián no era perfecto, pero vivir tanto tiempo allí como en Inglaterra estaba bien, intentaban enseñarle a sus hijos los tres idiomas de a poco, aunque sabían que era difícil, podía lograrse.

Ambos niños fueron alzados por Enzo para llevarlos a la zona de juegos, Julián lo esperó en un banco delante de ellos, y besó la mejilla de su amante al éste sentarse a su lado, relajando su cuerpo que se encontraba tenso desde hace un rato.

— El mundial empieza en unos días.. — susurró Fernandez tensanso sus músculo nuevamente —

Si era difícil, sus ídolos ya no estarían entre ellos, aunque la selección estaba repleta de jóvenes, y estaban en su mejor momento futbolístico, sus guías que los cuidaron desde sus debuts ya no estaban.

— Dejá de pensar en eso — le tomó de la barbilla al menor y lo acercó para darle un beso casto en los labios — Ahora estamos y siempre vamos a estar nosotros

Julián después de un rato de observar a sus bebés, se levantó para acercarse a jugar con ellos, quienes le pedían columpiarse entre señas y gimoteos. Fernandez los miró formándose una sonrisa en sus labios, las personas más importantes en su vida eran ellos, y su hija que no pudo estar en ese momento, Álvarez era una persona tan bella tanto fuera como por dentro, adoraba tener hijos con una persona tan perfecta ante sus ojos. A veces que sea su pareja complicaba su vida futbolística, ya que ambos estaban en un mismo club, y un mínimo choque contra el mayor provocaba gruñidos, o pecheos por parte del mediocampista.

Amaba a su esposo, recordaba con dulzura su casamiento, la pansita del delantero ya era un poco más notable, con un traje blanco, y su sonrisa brillante de oreja a oreja, era una noticia mediática. Ahora tenía una bella familia con la persona que más deseaba durante años, cuando tenían 17 y 18 años, sabía que se pertenecían, sus hijos son la confirmación de su deseo hacía el omega.

— Papá — llamaron Lío y Jeremías —

Se levantó nuevamente para ir con su familia, acariciando los cabellos de los infantiles, finalizando el día en familia. Su futuro era prometedor, sus hijos intentarían seguir el legado de sus padres al entrar a corta edad en clubes, y Julián esperaría un tercer bebé nuevamente al término del mundial 2026, que definitivamente, era un niño alfa, nombrado Daniel Enzo Fernandez.

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Espero que les haya gustado.

— Azuki

Reprimido (E. Fernandez x J. Alvarez)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora