Reprimido (E. Fernandez x J. Alvarez)

Sueño cumplido

- Estoy esperando cachorros

El rostro de Fernandez era poesía, de preocupación, a sorpresa, hasta felicidad al extremo, sus ojos se cristalizaron. Tomó al mayor entre sus brazos con delicadeza, y besó sus labios ligeramente, se sentó en la cama junto a él para acostarse juntos. Por suerte el cuerpo rojo de el menor solo era eso, Juli se aseguró de ponerle crema en todas las zonas perjudicadas por los rayos del sol.

- ¿Porqué tomaste? Le va hacer mal a mi cachorro

- Va a estar bien, no pasa nada - respondió mientras con su mano libre acariciaba su vientre aún plano -

- Debo castigarte por hacer boludeces - dijo el mediocampista y besó el cuello del mayor -

Enzo se levantó y se posicionó sobre el mayor, acarició el rostro ajeno con la yema de su dedo pulgar, hasta que se acercó dejando un camino de besos desde la boca hasta el borde del cuello de la camiseta que llevaba Álvarez.

- Vas a vivir conmigo a Portugal, igual ibas a dejar de jugar por mi cachorro - susurró cerca suyo comenzando a bajar la ropa de su contrario - Así que no te podés quejar

- ¿Pero que vas hacer con Oli y su mamá?

- Voy ayudarlas, no te hagas la cabeza con eso, ahora solo importa cogerte y después llevarte al médico

- ¿No es mejor al revés?

- No, porque yo te voy a tocar primero. Pero como es un castigo.. es muy lento - susurró lo último, mientras con sus dedos trazó un camino hasta el ombligo del mayor sobre la tela - tenía que garcharte antes y después del partido pero me pararon, ahora nadie está para protegerte.

Julián lo miraba con completo deseo, pero no se comparaba con la mirada fija y pesada del alfa, sus ojos marrones cambiaron a un color rojo oscuro, ese que daba entender que el menor estaba perdiendo la cordura por la lujuria.

El mediocampista llevó sus grandes manos hasta los muslos del contrario, se acercó a dar pequeños besos lentos con cierta dulzura hasta que se acercaban cada vez más a la entrepierna, su mano libre atacó el pezón derecho del mayor, jugando con él entre pellizcos.

— ¿Qué pasa putita? ¿Querés que te llene de mi verga otra vez?

Julián comenzó a gemir un poco más fuerte al sentir el repentino agarre a su erección sobre la ropa, siendo masturbado, sus manos por inercia se habían puesto sobre la mano del menor, quien gruñó y las quitó para seguir con su labor más tiempo.

— Vení acá — lo soltó y señaló su entrepierna que se notaba su dura erección sobre la ropa — Es una de tus partes favoritas, ¿o no putita?

El mayor no podía pronunciar una sola palabra, si bien siempre le contestaba ante comentarios sucios así, la presión de la voz del alfa lo orillaba a callarse y obedecer, se arrodilló en la cama, dejando su bello culo redondo al aire, para bajarle la ropa inferior a su alfa, lamiendo la glande tímidamente, hasta que se animó a meterlo hasta la garganta.

— Eso.. muy bien — le dió un golpe en el glúteo cómo premio provocando un gemido ahogado en el mayor — no te molesta si me cojo tu boquita, ¿no?

Nisiquiera esperó una respuesta, entrelazó los dedos en la cabellera del delantero, empujando ésta contra las embestidas que le propinaba rápidas, tan descuidadas, sin embargo la quitó cuando vió a su amante a punto de ahogarse con los ojos cristalinos.

— Porfavor... Me duele.. — habló entre jadeos Álvarez — ya no puedo.. — se sentó en la cama abriendo sus piernas mostrando sus partes totalmente mojadas, y roja pidiendo a gritos que Fernandez entre en acción —