Lena fue la primera en despertarse a la mañana siguiente, el sonido de la lluvia al golpear ligeramente la gran ventana de su dormitorio la hizo sonreír. A Lena le encantaba la lluvia, había algo increíblemente tranquilo y relajante en el ruido que hacía cuando llovía a cántaros. Permaneció tumbada durante unos minutos, escuchando la lluvia y los suaves ronquidos de la mujer que la envolvía. Fue entonces cuando se dio cuenta de que Kara tenía una mano por debajo de la camisa, cálida y cubriéndole uno de los pechos. Sintió que los dedos se movían, que el pezón se le endurecía ante el sutil movimiento y tuvo que reprimir el gemido que amenazaba con salir de sus labios.
Lena se emocionó cuando Kara le dijo que quería pasar el día con ella. De todos modos, había planeado pedirle a Kara una cita de verdad en algún momento, pero no quería que fuera la típica aventura de "adultos". Las odiaba, la ponían ansiosa y le daba la sensación de estar montando un espectáculo irreal. Quería poder llevar a Kara a todos sus lugares favoritos, tal vez ir a ver una película y llevar a Kara a comer postre después, o incluso convertir a Kara en su postre, no era demasiado exigente con esa última idea.
Sintió que Kara se movía contra su espalda y que la mano que tenía sobre su pecho le apretaba ligeramente. Un gemido salió de su boca antes de que pudiera detenerlo. Lo siguiente que supo fue que tenía unos labios suaves en la nuca, besos fantasma en la carne sensible y los dedos rozándole el pezón apretado, tirando lo justo para que reaccionara.
"Kara", gimió Lena, inclinándose hacia la sensación de los dientes rozando el lugar donde los labios acababan de besarla y mordisqueando ligeramente la piel irritada.
"Buenos días, Lena". Murmuró Kara, con la voz aún llena de sueño.
"Eso se siente tan bien cariño..." Lena gimió, la mano todavía jugaba contra su piel caliente.
"Hmm, me lo imagino." Kara besó su hombro cubierto de tela, realmente deseando que ambas estuvieran desnudas. "Me pregunto qué más se sentiría realmente bien". La mano de Kara abandonó el pecho de Lena, dejando un rastro burlón hasta su estómago y descansando justo por encima de la mancha de vello oscuro pulcramente recortada en su pubis.
"Por favor", Lena empujó su culo hacia Kara. La respiración de Kara se entrecortó, el culo de Lena volvió a chocar contra su calor disparado directamente entre sus piernas. Kara dejó que sus dedos se burlaran más abajo, cubriendo el coño de Lena con su gran mano y presionó ligeramente. Las caderas de Lena se balancearon aún más en su contacto; el gemido que salió de sus labios casi hizo que Kara empujara sus dedos dentro para tomar lo que quería.
"¿Siempre te despiertas así de cachonda, Lena?". Kara sonrió con satisfacción contra su hombro, con sus dedos ligeros sumergiéndose en el líquido de su entrada y arrastrándolo hacia arriba para rodear el clítoris de Lena.
Un grito ahogado salió de la boca de Lena: "Sólo cuando estás a mi lado".
Kara tarareó contra ella. "Es bueno saberlo."
"Joder..." Lena gimió en voz alta, las caderas saltando hacia adelante cuando la presión aumentó contra su clítoris hinchado. Se deleitó en la sensación de tener finalmente a Kara tocándola así, había esperado lo suficiente. Le estaba gustando de verdad, y una espiral se le tensó en el bajo vientre cuando su teléfono empezó a vibrar en la mesilla de noche.
"Déjalo". Kara ordenó, bajando los dedos para empujar en el primer nudillo.
"No puedo, es J'onn". Lena se esforzó por pronunciar las palabras, la forma lenta y tortuosa en que Kara introducía y sacaba los dedos la dejó sin aliento. Se acercó, cogió el aparato y pulsó el botón de respuesta de la pantalla.
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Teorías del Crimen (SuperCorp)
FanfictionKara Danvers está a punto de comenzar su nuevo viaje en la vida en la Universidad de National City, estudiando psicología. Después de suspender su educación, está emocionada por empezar a aprender de nuevo y, con suerte, formar parte de un ilustre e...