Teorías del Crimen (SuperCorp)

Capítulo 18: El hogar está donde tú estés

El verano se les acercaba tan rápido que Kara se sentía como si tuviera un latigazo cervical. Había aprobado el primer curso de la carrera con las mejores notas, lo que llenó a Lena de un inmenso orgullo. Kara había salido a celebrarlo a cenar con sus amigos mientras Lena estaba sentada en el salón de su casa con un libro, esperando a que volviera su novia o, al menos, a que la llamara para ir a recogerla al restaurante. Tenía una sorpresa para Kara, una especie de felicitación por el último día de curso de Kara y el comienzo de su verano en National City.  

Cuando oyó que la llave entraba en la cerradura y se abría, Lena sintió que las mariposas de su estómago se agitaban con más fuerza. Entró Kara, resbalando ligeramente sobre sus altísimos tacones, con el vestido azul que Nia le había regalado por su cumpleaños meses atrás. Cuando llegó al lado del sofá en el que estaba sentada Lena, se detuvo en seco, asombrada por lo que veía.  

"Hola cariño, ¿qué tal tu noche?". Lena metió el marcapáginas en la página en la que estaba y cerró el libro, dándose cuenta de que los ojos de Kara aún no se habían apartado de debajo de su cintura. Pasaron segundos antes de que Lena intentara romper la mirada de Kara. "¿Kara?" 

"E-estás usando boxers..."  

"Sí, son cómodos". Lena sonrió, moviendo su libro fuera de su regazo y recolocándose mientras observaba a Kara asentir distraídamente.  

"Cómodos, claro..."

"¿Qué, no te gustan?"  

Oyó la respiración de Kara en su garganta. Bingo

"No, no, creo que son geniales cariño. Sólo estoy sorprendida". Kara finalmente apartó la mirada de la nueva elección de ropa de Lena, los ojos mirando de la manera exacta que Lena sabía que lo hacían cuando Kara estaba excitada.  

Lena dejó caer las piernas abiertas esta vez, moviendo el libro de forma segura a la mesa de café para que Kara realmente pudiera echar un buen vistazo a lo que tenía que ofrecer. Observó a Kara tropezar mientras daba unos pasos más, alrededor del sofá con la boca abierta y un breve jadeo escapando cuando alcanzó a ver el bulto inesperado presionando contra el material de los bóxer.  

Joder. ¿Por qué me excita tanto? Ni siquiera tiene que tocarme y ya estoy empapando mi ropa interior... pensó Kara, pegada al sitio mientras seguía contemplando el cuerpo de Lena, vestida con un top negro recortado y esos putos bóxers. Los pensamientos que volaban por su cabeza en ese momento fueron suficientes para que ella misma se moviera, dando el último paso para ponerse delante de Lena y se dejó caer de rodillas. Dejó que su mano recorriera el muslo desnudo de Lena, rozando donde el dobladillo de los bóxers se encontraba con su piel.  

"¿Cómo fue la búsqueda de apartamento con Nia esta tarde?" preguntó Lena, tratando de controlarse bajo el calor de la mano de Kara.  

"Uh, no encontramos nada". dijo Kara, pero su atención estaba claramente en otra parte, distraída por las imágenes explícitas que bombardeaban su mente, deslizando los dedos bajo la tela y apretando con fuerza el muslo de Lena.  

"Es una verdadera lástima, bebé, lo siento". Lena tuvo que concentrarse en decir las palabras con coherencia, pero cuando Kara tenía las manos sobre ella, era difícil. Vio cómo unos dedos ágiles abandonaban el dobladillo de sus bóxers y se dirigían lentamente al bulto. La visión le hizo sentir algo inesperado, algo que nunca había experimentado en todo el tiempo que llevaba conociendo a Kara, o a cualquier otra persona. Creyó que iba a estallar cuando Kara finalmente enredó los dedos en la cintura elástica y tiró de ellos con una mirada seductora.  

"Quítatelos". ordenó Kara, bajándoselos sin que Lena tuviera siquiera que levantar las caderas. Desesperada por ver lo que escondía.  

El juguete rosa pálido quedó al descubierto, y a Kara se le hizo la boca agua de repente. Tomó el pesado peso en la palma de la mano y empezó a moverse, observando cómo Lena reaccionaba ante la escena que tenía delante, con las fosas nasales dilatadas y la boca abierta con una aguda exhalación. Kara estaba excitada por la expresión de su novia, deseando nada más que tener los dedos de Lena enredados en su pelo y follándole la garganta tan rápido como fuera humanamente posible.