Teorías del Crimen (SuperCorp)

Capítulo 13: Una primera vez para todo

Kara era reacia a dejar a Lena durante el fin de semana, ya que se dirigía a ver a su familia por Acción de Gracias. Había pasado la mayor parte de las vacaciones en la NCU con Nia y Jimmy, pero todos se separaron ese fin de semana para visitar a sus seres queridos. Aunque se lo pasó bien, no pudo dejar de pensar en Lena en todo momento y la echó mucho de menos. Se enviaron mensajes de texto todo el tiempo que Kara estuvo fuera, Lena manteniéndola al día sobre las travesuras de su propia madre durante el fin de semana y quejándose de cómo estaba siendo arrastrada a otra de sus estúpidas pelotas, o al menos así es como Lena las llamaba.

Durante todo el trayecto de vuelta al campus, Kara intentaba contener su emoción por volver a la normalidad y retomar las clases y, por supuesto, ver a su profesora favorita.
  
  
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Cuando volvieron las clases, también lo hicieron sus sesiones individuales y Kara estaba encantada. Entró en el despacho de Lena con dos cafés en la mano y se sintió como en casa.

"Hola, cariño", le sonrió Lena.

"Me alegro mucho de verte, este fin de semana ha sido un asco sin ti". Kara puso su mejor mala cara antes de dar un sorbo a su café.

"Me lo dices a mí; habría hecho casi cualquier cosa para evitar ese evento al que me arrastró mi madre". Lena puso los ojos en blanco.

"¿Cualquier cosa?"

La pregunta fue formulada con una sonrisa burlona, los ojos oceánicos teñidos de oscuridad y pecado.

"La mayoría de las cosas. Tengo un nuevo expediente de J'onn, por si te interesa leerlo. Empiezas el aprendizaje después de Navidad, así que será mejor que empieces con los casos actuales". Lena metió la mano en el cajón, sacó el expediente y se lo entregó a Kara. Su mano se agachó bajo el escritorio y pareció posarse sobre ella.

Lena había sido un poco impulsiva durante el fin de semana de Acción de Gracias, al no tener a Kara como compañía, fue a un centro de rescate de animales y acabó llevándose un dulce cachorrito a casa. La bolita de pelusa dorada era todavía un poco demasiado joven para tenerla sola en casa todo el día, así que Lena tomó la decisión ejecutiva de traerla al trabajo y esconderla en la oficina para poder venir a verla entre clase y clase. Estaba profundamente dormida hasta que Kara entró, visiblemente excitada por la presencia de otro humano.

Kara se sentó a leer en silencio, asimilando los detalles realmente escabrosos del caso antes de cerrar el expediente y empujarlo de nuevo hacia Lena, con una expresión de disgusto pintada en el rostro.

"Eso..." Kara hizo una mueca. "Eso es jodidamente horrendo".

"Lo sé, lo siento tal vez debería haber..." Lena hizo una pausa, el cachorro bajo el escritorio mordisqueaba sus dedos con demasiada fuerza y tuvo que contener su grito de dolor. "Debería habértelo dicho antes".

"¿Estás bien Lena?" Kara miró a Lena un poco desconcertada.

"Sí. ¿Por qué no me cuentas lo que ha pasado este fin de semana?". Lena cambió de tema, moviendo su silla más debajo del escritorio para evitar que su cachorro se escapara.

"Oh Dios, por dónde empiezo". Kara se frotó una ceja con dos dedos. "Mi prima Lucy, bueno, ella no es realmente mi prima, pero sí, ella compró a su nuevo novio que resultó ser un imbécil enorme por lo que causó algunas discusiones. Pero creo que lo mejor de todo fue que nos emborrachamos mucho y empezamos a reñirle, y al cabo de una hora se marchó furioso porque Lucy nos había dejado avergonzarle". Kara empezó a reírse al recordarlo.

"Eso suena mucho más entretenido que mi fin de semana". Lena rió entre dientes. Le encantaba un buen drama familiar, ya que ella misma procedía de una familia relativamente pequeña y echaba de menos ese tipo de cosas en su vida. "Sólo tuve que lidiar con imbéciles pretenciosos durante toda la noche del sábado. Creo que es seguro decir que mi madre podría evitar invitarme a la próxima después de que amenazara a un tipo cuya mano se acercó demasiado a mi trasero".