KATSUKI BAKUGOU [ANGST ESPECIAL]

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no sé si al final es TRISTE TRISTE pero la verdad es que el nombre de crueldades o injusticias que me han salido para escribir me han dolido hasta a mí. 

espero que saquéis al menos una lágrima, gracias.

hasta aquí mi comunicado.

pd, no he podido terminarlo antes porque estoy en un momento muy importante del curso dadjfklsfaesr pero anyway feliz año

palabras: 21 813 (no mi récord, pero casi)

finalizado: 14/01/2023 (primera historia del 2023, increíble)

°°°

Katsuki entró a ese lugar de pocamonta que siempre estaba abierto, sin importar si era de noche o de día. El dueño tenía constantemente moscas  revoloteando a su alrededor mientras este, desinteresado, fumaba fuera del local con sus compañeros y trataba de atrapar a hombres despistados y visiblemente cansados. El rubio, presionando sobre su costado izquierdo, le lanzó varias monedas y le indicó con la cabeza que quería entrar.

El dueño, bajo, moreno y con una barriga de cerveza, lideró el camino mientras contaba el dinero recibido. Katsuki apenas se dio cuenta de las distintas habitaciones, escondidas detrás de cortinas púrpuras, cuyos números marcaban la calidad de lo que iba a recibir.

Tampoco le importaba; no estaba ahí por eso.

Se detuvo cuando el hombre bajito lo hizo. Descansó la espalda en la puerta (esta habitación no tenía una cortina púrpura como las demás), y observó brevemente lo que pudo captar de la escena: una muchacha estaba siendo golpeada por el rechoncho dueño, que le gritaba algo que Katsuki no pudo entender, y ella asentía y temblaba.

Él entró en la estancia, ignorando a los guardias que intentaron retenerlo, y le agarró la muñeca al dueño.

Eso lo voy a usar yo —musitó Katsuki, mareado.

Ella se estiró sumisamente en la cama.

El dueño le puso la mano en el hombro al rubio y le sonrió macabramente.

—Por supuesto, puedes hacer lo que te plazca con..., eso.

Katsuki, con la energía restante que le quedaba, se zafó de ese agarre con disgusto y cerró bruscamente la puerta.

Al ver el débil cuerpo de la mujer hundido en el colchón, sucumbió a la tentación y se dejó caer a su lado, siendo amenazado casi al instante por un sueño que había estado arrastrando desde hacía horas.

Ella se sobresaltó, pero no se movió. Se quedó muy quieta, esperando a que Katsuki comenzara.

—No voy a tocarte —gruñó él, deseando poder estar en paz.

La muchacha jugó con sus manos y le cayó una gota de sudor por la sien. ¿Acababa un cliente de rechazarla? Eso no podía ser. No podía permitirlo.

—¿Por qué? —balbuceó. Katsuki la vio echar diversas miradas a la puerta, medio asustada—. Tienes que hacerlo. Has dicho que me usarías. Por favor, hazlo.

—¿Estás sorda o qué? No lo haré.

La joven inició un ritmo de respiraciones irregulares que irritó a Katsuki; le dio la esplada, atraído por la dulce caricia de Morfeo. Ella quiso tocarle el hombro, pero no se atrevió, temerosa de que él también le alzara la mano.

El libro prohibido de BNHA (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora