El libro prohibido de BNHA (+18)

❀ Shōto Todoroki ❀ [ESPECIAL]

i wasnt dead.

nuestro quemado preferido, aquí está.

friends to lovers trope¿

losientopornoescribirsobreshinso.

shōto y aizawa me están tentando mucho. MUCHO.

Palabras: 6969

69 LOLOLOL

Finalizado: 10/12/2021

°°°

Ese día, la primera mañana después de la nevada, la niña, que había recibido el permiso de sus padres, decidió salir a jugar. Paseándose por el barrio, saludado ocasionalmente a las señoras que hacían lo mismo, terminó encontrándose con la casa más grande que jamás había visto.

—¡Parece un castillo! —exclamó sorprendida, acercándose a ella por pura curiosidad. 

Protegida por una barrera de madera, puso el ojo en una brecha para poder vislumbrar el interior. En él, reparó en un chiquillo de su edad que lloraba sentado en una roca.

—¡El príncipe del castillo! —susurró asombrada—. ¿Por qué llorará?

Mirando a su alrededor, tratando de encontrar la manera de traspasar la muralla, se topó con unas cajas apiladas. Así que, sin dudarlo, se subió a ellas hasta que pudo ver al niño.

—¡Príncipe del castillo! —habló señalándolo, causando que el medio albino alzara la cabeza y la mirara. Las últimas lágrimas se deslizaron graciosamente por su mejilla hasta alcanzar el suelo congelado—. ¿Por qué lloras? ¡En un día como este tendrías que sonreír! ¿Dónde están tus amigos? 

—N-no tengo amigos —balbuceó. Sus labios amenazaron con hacer otro puchero.

—¡Yo seré tu amiga! —se apresuró a decir ella para no hacerle sollozar nuevamente—. Un príncipe no debería estar llorando cuando tiene una casa tan bonita como la tuya. ¿Cuál es tu nombre?

El niño, ya con una tenue sonrisa, se levantó de la piedra y se acercó a la barrera de madera. Sus ojos heterocromáticos brillaban debajo del sol y del reflejo de la nieve y eso, la chica, no lo olvidó nunca. 

—Soy Shōto, ¿y tú?

Quince años después

La chica dejó que él la empujara por el pelo para que el pene le tocara la campanilla. Gimiendo de placer, la prostituta pidió por más y gustosamente le acarició los testículos. Shōto suspiró de placer y alzó las caderas, invitándola a que siguiera chupándoselo. Alzó la cabeza y cerró los ojos, susurrando palabras ininteligibles.

Y en ese caos de fluidos, solo pudo pensar en ella. En ella dándole el placer que le haría correrse en un tiempo vergonzoso. Su boca sería más que suficiente, su lengua le haría suplicar por más de su tacto... Shōto no quería confirmarse con quien fuera que le estuviera masturbando.

Corriéndose en su boca, la prostituta abrió la boca y le enseñó cómo tragaba saliva. Shōto asintió brevemente y le pidió que se marchara. Esta, extrañada de que no llegara hasta el final, se encogió de hombros, recogió el dinero, se vistió y se fue, dejándolo solo con sus pensamientos. La chica que se acabaja de ir se parecía a la suya... Pero no era ella.

Cogió el móvil y observó una fotografía que ella recientemente había publicado. Shōto sintió su falo erecto otra vez. Tensando la mandíbula, cerró los ojos y se dejó llevar.