𝓔𝓷 𝓸𝓽𝓻𝓸 𝓪𝓶𝓸𝓻, 𝓽𝓸𝓭𝓪𝓼 𝓶𝓲𝓼 𝓵á𝓰𝓻𝓲𝓶𝓪𝓼 𝓱𝓮 𝓾𝓼𝓪𝓭𝓸.
Harry es el Alfa destinado a solo estar con betas, en su memoria y corazón solo existe Theo, un omega que le hizo perder la cabeza y que por obra del destino ha muerto.
Loui...
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No era como si el Alfa lo dejara en paz después de aquello, pues Louis sentía que moría a cada instante que veía a Harry sonreír, y ¡Dios! Una amistad se había formado, pero eso no garantizaba que sean algo más en el futuro.
Ni en sus más gloriosos sueños.
Louis quería preguntar, hacer muchas indagaciones con respecto a porque Harry se sentía de esa manera y no podía ver más allá de sus narices. Pero cada vez que el omega quería preguntar algo relacionado con su pasado, Harry se tornaba serio, dejaba de hablar por minutos y luego cambiaba la conversación.
Justo como ahora.
― ¡Este es el mejor! ―Louis sonrió, mientras veía al ojiverde acabarse el postre― ¿Qué es?
El omega estalló en una carcajada, podría hasta tener algún veneno, sin embargo, Harry se lo terminó todo en unos segundos.
―Chessecake estilo New York ―dijo Louis. El Alfa se lamió los labios, Louis tuvo que bajar la vista para evitar mojarse en ese instante, incluso la sola presencia del fuerte olor a Alfa lo hacía viajar entre nubes en el cielo.
Y tal vez ya se estaba ilusionado, tal vez Liam tenía razón.
―Delicioso, realmente rico ¿Qué le pusiste encima?
― Jalea de frambuesa ―respondió sereno― ¿Quieres mi rebanada? ―Louis extendió su plato y Harry lo observó por unos segundos.
―No, como crees. Es tu parte ―Harry lucía apenado.
―Tengo más en casa ―el omega se encogió de hombros. Harry lo tomó aun un poco dudoso―Traeré más mañana si quieres.
―Gracias ―a pesar de eso, esta vez lo comió más despacio. Tanto que se perdió en sus pensamientos por un segundo― Yo, no sé cómo sonara eso, pero creí que mañana sería algo nuevo.
Algo se removió en el interior de Louis, Harry esperaba a que le trajera algo nuevo, como lo estaba haciendo esta última semana desde que hablaron.
―Sí, por supuesto. Hago postres todos los días ―Louis se arrepintió apenas dijo esas palabras, no era el ojiazul el que, hacia eso, el crédito era de Lita, aunque su abuela le repetía que Harry no tenía por qué enterarse de eso.
―Eso es genial ―luego el silencio reinó, Louis observaba terminarse al Alfa la segunda rebanada de Chessecake. Tanto que no pudo evitar volver a pensar en el rizado, hasta podría jurar que tenía una forma peculiar de comer.
―Oye Hazz, tengo que ir clases. Nos vemos mañana ―Harry no pudo despedirse adecuadamente, aún tenía un trozo de postre en la boca, Louis solo hizo un gesto desinteresado y salió de la cafetería con rapidez.
Cuando ya estaba en uno de los pasillos, tomó camino hacia el baño, se mojó la cara y luego entró al cubículo, bajó la tapa y se sentó dejando caer su cuerpo con rapidez.
