𝓔𝓷 𝓸𝓽𝓻𝓸 𝓪𝓶𝓸𝓻, 𝓽𝓸𝓭𝓪𝓼 𝓶𝓲𝓼 𝓵á𝓰𝓻𝓲𝓶𝓪𝓼 𝓱𝓮 𝓾𝓼𝓪𝓭𝓸.
Harry es el Alfa destinado a solo estar con betas, en su memoria y corazón solo existe Theo, un omega que le hizo perder la cabeza y que por obra del destino ha muerto.
Loui...
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Hay cosas que a Louis no le gustaron de la carrera de pediatría y una de esas, era la fastidiosa anatomía del cuerpo humano. Claro, a alguien se le ocurrió nombrar a cada parte con nombres que, casi era imposibles de aprender.
Aun así, ya iba por su segundo ciclo, no era el mejor de la clase, eso lo sabía muy bien. Pero podía con todas las clases que hasta ahora había tenido.
Louis sentía que el tiempo corría rápido y a la vez lento, según le convenía al jodido destino, aun así, seguía sintiendo aquel remordimiento de haber dejado a Lita en Londres y él estaba en el aclamado Paris.
A pesar de eso, quiso esto. No hubiera soportado seguir en aquel lugar lleno de recuerdos y de cosas dolorosas.
La casa de Lita no fue vendida, en su lugar una pareja de extranjeros la arrendaron. Louis lo único que hizo fue guardar cosas importantes en la habitación de su abuela y cerrarla con llave. Era el único lugar prohibido del lugar.
Cuando entró al aula, C. J ya estaba en el asiento de adelante, era un alumno de ciclos superior que ayudaba a la maestra, según el chico decía que era una buena forma de tener créditos extras.
― ¡Hey William! ―dijo el chico con alegría, era rubio y tenía rizos alborotados por su cabeza. ― ¿Temprano hoy?
Louis rodó los ojos, era usual en Louis llegar siempre tarde a Anatomía avanzada II, pero se dijo a si mismo que si perdía esta materia se quedaría atascado en el ciclo pasado y perdería tiempo.
No quería decepcionar a Rachel y pueda que un poco al nuevo novio de su madre, Ben. Aquel señor era bueno. No dudo en inscribirlo en una de las mejores universidades de Medicina en Francia que quedaba justo en la mítica Paris.
―Claro, ya sabes. Tengo que convencer a la doctora que me estoy esforzando ―C. J rio un poco cerrando el libro y poniéndose de pie.
Era bueno conversar con el omega, también venia de Londres por lo que en el idioma no era gran problema. Y a pesar de no haberlo visto nunca, Louis podría jurar que conocía al rubio de alguna parte, aunque le era difícil saber de dónde.
―Me encanta que estés aquí, Will ―el rubio se acercó y le dio una barra de granola, Louis solo se dejó caer entre los asientos del medio― Amo Paris, pero el jodido francés está acabando con mi estabilidad emocional.
Había veces en que las clases se dictaban en el idioma nativo y otras en donde podías usar el español. Louis amaba las clases en español, esas las podía pasar con sobresaliente, en cambio con el francés pataleaba un poco.
―Bromeas ―dijo el ojiazul―. Sin ti estaría perdido. Me has ayudado bastante con tus apuntes.
C. J sonrió un poco, luego se pusieron a conversar de cosas banales que no tenían sentido hasta que la Doctora llegó a dar clases.
