Noches de pelea

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En algún momento sientes que el propósito que llevabas contigo se vuelve un despropósito luego de tantas veces de repetir una tarea sin sentido para lograrlo, y ahí radica la diferencia, nunca eres la misma persona, siempre estás en constante cambio y nace en ti las ansias de crecer y seguir mejorando, sigues y tiras tus antiguos paradigmas. Aunque no entiendes el rumbo que está tomando tu vida, aunque no seas capaz de otra cosa más que querer saber la verdad.

Es una realidad que siempre vas a querer superarte, intentar ir hacia un sueño imposible. En el caso de Ochako, esto mismo ya había pasado. 

Y allí estaba, parada de nuevo frente a la entrada de la UA, sentía este como si fuese el primer día, por alguna razón los nervios se apoderaban de ella. Sentía que ya no pertenecía a ese lugar, las campanas sonaron indicando que la puerta estaba por cerrar y ella ingresó a las instalaciones. 

Su andar era decidido y a pesar de que llegó algo tarde a la primera clase, menos pudo importarle interrumpir a Ectoplasm. El salón ya se estaba acostumbrando a quedar en completo silencio cada que la castaña decidía hacer cualquier cosa.

Unos segundos pasaron, no se escuchó ningún regaño del asesor ¿qué podían recriminarle?, su rendimiento no a hecho más que incrementar y su situación personal es tildada de delicada.

Las clases reanudaron, este día ocurrió el milagro de que Uraraka soportara el gentío y las lecciones hasta el final. Puede que no pareciera mucho, pero para el carácter del que se hizo fama, ella estaba extrañamente apacible.

Pequeño, pero fue un gran paso, hoy ella estaba de buen humor, algo casi sarcástico cuando lo pensó. Una sonrisa burlona se escapó de sus agrietados labios. ¿Hace cuándo no disfrutaba de su vida escolar?, quizá solo su primer día en la UA y antes de ingresar a esta. Lo que era más, es que se sentía cómoda en un lugar al cual no pertenecía.

Como si fuera un acto de reflejo, en las horas libres los estudiantes que estaban en el salón susurraban para no perturbar la paz de Ochaco, era irregular que no entablara siquiera contacto con Deku ese día. Nuestra protagonista no había sentido tanto alivio desde que sus padres murieron, su mente ya no estaba llena de sentimientos de culpa, no repetía oraciones pidiendo perdón como mantra una y otra vez.

Llegada la clase práctica al final del día las cosas fueron un tanto distintas, nuestra supuesta aspirante a héroe era más intensa de lo normal, tenía una cierta motivación, si antes ella buscaba pelear con sus compañeros como escape por creer que merecía ser castigada, ahora lo hacía con la motivación de proteger lo único que le quedaba, "Toga". 

Tenía que aprender a defender su única luz, prestó más atención de lo que acostumbraba a rescatar civiles y a aprender a escapar, sería algo tedioso pero a largo plazo le serviría.

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Era peculiar, la chica caminaba hacia su antiguo trabajo en la tienda por inercia, en el camino pensaba que realmente ya no sentía siquiera pesadez en el pecho, las heridas que siempre dejaba que supuraran no podrían importarle menos y la tristeza y agobio que sentía en un pasado simplemente se esfumaron cuando Chisaki la mató. 

No tenía un objetivo, el haber entrado a la familia yakuza le había provisto de un rumbo, pero no es como si realmente sintiera emoción. Entonces ¿porqué decidió seguir viviendo?, sentía que solo estaba apenas respirando por el bien de Himiko, se aferró a cualquier cosa al perderlo todo.

En este punto se podría decir que todo lo negativo era un motivo para persistir.

-Una vida sin significado eh...- soltó al aire mientras que al adentrarse al callejón se topaba con Rappa.

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⏰ Última actualización: Oct 18 ⏰

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Gravedad Cero(Villain Uraraka)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora