▪︎Hola de nuevo, pequeña▪︎

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¡Oh vamos! En serio?
 
-EDRIC!- Grité desde adentro de la casa.
 
  Corrí hasta la puerta y traté de abrirla... Pero nada...
 
Estaba cerrada.
 
-Busca tu celular Amity. Tranquila!- Me dijo... No entiendo cómo puede estar tan relajado.
 
Me dejaron encerrada, y él solo se preocupa por mi celular? ¡No jodass!
 
Seguía tratando de abrir la puerta, pero era imposible. Me desesperé y la empecé a golpear.
 
Desquité toda mi furia con esa puerta (lo siento puerta, sé que no tienes la culpa). Mi hermano trataba de tranquilizarme, pero yo estaba a punto de llorar.

Tengo muy mala suerte. O mejor dicho, un demonio que me está acosando.
 
-Cálmate. Hazme caso, busca tu celular mientras yo pienso cómo abrir, si? Y deja ya de golpear a la pobre puerta que no tiene culpa de nada!- Dijo mi hermano.
 
De cierta forma me tranquilicé un poco y comencé a respirar lentamente.
 
No tenía ni idea de donde podría estar mi celular.
 
Todo estaba oscuro.
 
Busqué y busqué pero el celular nunca encontré (y volvemos con las rimas XD).
 
Revisé toda la planta de abajo. Pero no encontré nada.
 
¡TRÁGAME TIERRA!

-Edric!!- Llamé.
 
-...
 
-EDRIC!- Volví a llamarlo.
 
-Lo encontraste?- Preguntó desde afuera con un tono fastidiado.
 
-Aquí no hay nada. No lo encuentro.- Dije tratando de conseguir ayuda por parte de Uriel.
 
-Busca bien!- Insistió... ¡¡Que gran ayuda!!- Revisa en la segunda planta.
 
NO, NO, NO.
 
ESO SI QUE NO!
 
ESTÁ LOCO.
 
-Ayy hermanito... Sabes perfectamente que no voy a subir- Es la verdad, no pienso subir ni porque este Harry Styles allá arriba.

- Quieres irte ya, verdad? Entonces sube y búscalo. Mientras más rápido lo encuentres, más rápido nos vamos.
 
Pero había un problema. Estoy cien por ciento segura que nunca subí mi celular. La última vez que lo utilicé fue para ver la hora y estabamos en el mesón.
 
-Nunca subí mi celular...- Respondí bajando la voz.
 
-Si no está abajo, está arriba. Sube- Lo odio... Claroo. Mi hermana muere y yo me quedo con sus cosas. Idiota.
 
Por muy estúpido que era, me dispuse a subir.
 
Tal vez mi hermano tenía razón.

....
 
Caminé a las escaleras y eché un vistazo. Un escalofrío recorrió mi cuerpo entero. No había nadie pero sentía una muy mala vibra, igual a la de la otra noche.
 
Subí lentamente con temor a lo que podría encontrarme arriba. Pero ya no estaba dispuesta a retroceder.
 
Subí y sentí una corriente de aire que chocó contra mi piel. Sentí frío. Mucho frío.
 
Cuando por fin estaba arriba, miré a todos lados tratando de encontrar mi celular. Miré el piso. Una mesita. Pero nada...
 
Había un detalle. La puerta que anteriormente estaba cerrada, ahora estaba semiabierta. ¿Quién la abrió? No lo sé. Pero ahora eso no me importaba. Solo me importaba encontrar esa carcacha que tenía de celular.

El silencio era horrible.  Me hacía sentir incómoda y más que todo, observada.
 
No encontré nada en donde estaba.
 
Me quedé viendo fijamente aquella puerta desde una distancia considerable, esperando quizas a que alguien saliera de ella. Pero nada.
 
Mi respiración era agitada. Estaba nerviosa.  Pero ahora pregunto, ¿quien no lo estaría? Esa situación era horrible.
 
Mi respiración se agitó mucho más, cuando ví que la puerta se abrió por completo, dejando a la vista una silueta que no podía visualizar bien gracias a la oscuridad.
 
Inconcientemente cubrí mi rostro con las manos y retrocedí dos pasos. No quería que me mirara. No quería que se acercara. SIMPLEMENTE NO QUERÍA NADA CON ESA COSA.

El ambiente se puso pesado. Con mucha tensión, o por lo menos así lo sentí yo.
 
Estuve varios minutos en silencio, hasta que me arriesgue a retirar mis manos del rostro...
 
Y la ví de nuevo... Vi aquellos ojos de nuevo, tenían un resplandor especial, brillaban más que nunca... Y aquella sonrisa perfecta... PERFECTA.
 
Me miró fijamente y yo no podía reaccionar, ni siquiera gritar... Me sentía rara y aunque no me crean, menos asustada...
 
Yo estaba petrificada cruzando miradas con esa sensual... DIGO, esa supuesta ser del inframundo.
 
Comencé a sudar frío cuando se comenzó a acercar...
 
Se acercó y se acercó... Yo no podía dejar de verla.

Paró cuando estaba a tres pasos lejos de mí y....
 
-Hola de nuevo, pequeña...
 
JODER...Esa voz...
 
Sonrió como sólo él sabía.
 
Yo no podía hablar. Solo la miraba inmóvil.
 
Se acercó un poco más y yo retrocedí un paso temblando.
 
-Creo que esto, es tuyo- Tenía mi celular entre sus blancas manos y nunca dejaba de sonreír.
 
Abrí la boca para decir algo pero las palabras no salían.
 
-Ah... Emm.. Mmm- Balbuseaba tontamente.
 
-Ah, emm, mmm?- Preguntó divertida.

Estiró su mano con el celular en ella...
 
-Si lo quieres, tómalo...- Me miró con una sonrisa torcida y mirándome a los ojos.
 
Si lo quería, pero no la quería tocar a élla, así de sencillo.
 
Estiré mi mano dudosa y cuando la acerqué a la suya...
 
-Que me darás a cambio?- Preguntó apartando su mano.
 
NO LO SÉ! MI ALMA SI QUIERES IMBÉCIL... Obvio que nada...
 
Lo miré a los ojos con el ceño fruncido, confundida.
 
-Yo te doy el celular, pero tienes que darme algo a cambio - Explicó.
 
Pensé unos segundos y dije...
 
- No tengo na-nada que darte.- Dije tartamudeando.

Su gesto se volvió burlón,  seguramente por mi tono de voz.
 
-Ah no? Entoncesss... Te lo daré, pero dejarás que yo haga lo que quiera contigo.- Dijo acercándose un poco a mí.- Y si no lo haces, no podrás salir de aquí. Te dejaré encerrada.- Continuó acercando su rostro al mío.
 
Abrí mis ojos fuertemente. Parecían platos.
 
Me sorprendí mucho. Y volví a sentirme asustada. Me estaba amenazando...
 
-Aceptas?- Preguntó.
 
-Y que harías conmigo?
 
-Jugar. Y también, Me iré a vivir contigo y estaré vigilándote, siemmpree.- Dijo mostrando sus dientes en una gran sonrisa.- Jugaremos juntas...

Vivir conmigo?! Me perseguiría?! SIEMPRE?!!!
 
NO, NO, NO...
 
- Si no aceptas, te dejaré encerrada, recuérdalo...- Dijo susurrando pícaramente. Y extendió de nuevo su mano...
 
NO QUIERO QUEDARME ENCERRADA AQUÍ!
 
Peo tampoco quiero que esta cosa  viva conmigo...
 
Pero... AGHH!
 
Tomé de sus manos frías mi celular y Élla me miró con su gran sonrisa perfecta.
 
-Vaya, vaya...
 
-Tu cerraste la puerta verdad?!- Pregunté trantando de sonar molesta... Y creo que soné patética.

-Es mi casa...- Y se acercó a mi rostro quedando muy cerca...
 
Me arrimé para atrás. Que hiciera eso era muy incómodo.
 
Admito que me asusté cuando hizo eso...
 
-Po-por qué lo hi-hiciste?- Dije nerviosa.
 
-Recuerdo habértelo dicho, pequeña... Ese estúpido humano no va a entrar en mi casa...- Dijo alzando una ceja... Que bella...DIGOO! Que MIEDO... *Risas nerviosas*.
 
- Ese "Estúpido humano" Es mi hermano...- Dije secamente.
 
-Lo sé. Me da asco...- Y cambio su gesto a uno de desprecio, junto con asco.
 
Sé que Edric es una basura, pero no hay que exagerar... Bueno sí... A veces da asquito el pobre.

- Acompáñame a mi cuarto...- Dijo señalando la puerta.
 
Tomó de mi muñeca y me guió hacia su cuarto. Su mano era fría. Caminaba ligeramente. Era un poco extraño todo esto.
 
¡Alguien despiérteme por favor!
 
......
 
Al estar dentro de la habitación no había nada de luz. Todo era oscuridad.
 
Soltó mi muñeca y pude escuchar como cerró la puerta.
 
PUT*!
 
Me asusté mucho. No podía ver nada y no sabía donde estaba. Me quedé quieta durante unos segundos y escuché como alguien chasqueaba los dedos.

Acto seguido, la habitación se iluminó gracias a muchas velas y velones negros y blancos que estaban esparcidos por toda la habitación.
 
Estaba en frente de una gran cama con sábanas sin arreglar. Al lado de esta estaba una pequeña mesa con un libro negro y una pluma para escribir y encima de la cama una ventana que estaba tapada por un trapo que parecía ser piel de animal.
 
- Bu!
 
Sentí una respiración en el cuello y brinqué del susto. Volteé rápido y me encontre con esa desconocida y su gran sonrisa burlona...
 
¡Si seguía con esos jueguitos me voy a morir de un infarto!
 
-Asustada, pequeña?- Preguntó mirándome a los ojos.

-N-n-no!- Traté de sonar segura. Pero ese "No" daba pena.
 
-Ja! Eres muy graciosa, humana!- Dijo riéndose y sentándose en la cama.
 
Sacó una cajetilla de cigarros y prendió uno con los dedos. MAGIA PERRAS!
 
Me miró de arriba hacia abajo como su fuera una obra de arte y cuando terminó se volvió a concentrar en mis ojos.
 
-Solo te daré una advertencia.- Dijo fumando su cigarro.- No trates de hacer nada contra mí. No te funcionará nada. Y en cuanto a tu familia, no te preocupes, ellos no podrán verme.
 
Tragué saliba forzosamente y asentí con la cabeza nerviosa viendo esos ojos rojos.
 
- Ah, y una cosa más... Evita hacerme molestar.

Mierda...

Mi amiga la demonio [Lumity Adaptación]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora