▪︎Bicho raro tiene hambre▪︎

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Desperté en mi cama con una gran migraña. Me dolía demasiado la cabeza. No sentía ninguna parte de mi cuerpo.
 
Boscha estaba a mi lado mirándome con mucha atención preocupada. Mi mamá estaba al pie de la cama.
 
-Dónde está!?- Me levanté de golpe al no encontrar a la idiota que me hizo esto.
 
-Dónde está quién?- Preguntó mi madre confundida.
 
En ese momento entré en razón.
 
Mis nervios salieron de nuevo.
 
Me incorporé en la cama cómodamente y negué con la cabeza para despreocupar a mi madre.
 
-Creo que he tenido un mal sueño...- Dije frotándome los ojos con las manos.

Boscha me miraba con el ceño fruncido. No se creía mi cuento.
 
-Que te pasó? Cuando entré  al cuarto estabas tirada en el piso, pálida... Si te sentías mal, por qué no me dijiste, imbécil?!- Dijo Mi amiga regañándome.
 
-No lo sé, no sé que sucedió. Solo me desmayé. Tal vez por el sueño- Dije tratando de sonar convincente. Alcé los hombros.
 
Boscha solo frunció más el ceño.
 
Confirmado! No me cree.
 
Pero si le digo lo que realmente pasó, menos me va a creer. Decidí guardar la verdad.
 
-Quieres que te traiga algo de tomar, o algo dulce? Lo que quieras-Dijo mi mamá deteniéndose ante la puerta.

  Si está así de generosa solo porque me desmayé, creo que hablaré con mi amigo para que me haga esto más seguido.
 
-Algo dulce, chocolate estaría bien- Dije sonriendo- Gracias mami.
 
Mi madre salió del cuarto y nos dejó solas a Boscha y a mí.
 
Boscha estaba callada mirándome con los brazos cruzados, esperando explicaciones.
 
Aplané mis labios y sonreí tontamente.
 
-Estoy esperando...- Dijo alzando una ceja.
 
-Que esperas?
 
-No te hagas!!
 
-No me hago!
 
-Cuéntame...

-Uno, dos, tre...
 
-Te voy a matar yo, si no me dices la verdad- Amenazó.
 
-Bueno, y que quieres que te diga?- Pregunté haciéndome la desentendida.
 
-Qué te pasó?!
 
-Me desmayé, dah...
 
-A si? No me había dado cuenta... Yo creía que te gustaba dormir en el piso como los perros.
 
-También.
 
Rodó los ojos y se levantó de la cama. Me señaló con el dedo y bufó. Estaba estresada porque no le contaba.
 
Caminó un poco por la habitación y se sentó de nuevo en la cama.
 
-Algún día me contarás?...

-No lo sé.
 
-...- Bufó- Yyy, cuándo podré ver a tu amiga?
 
Mi piel se erizó. Miles de recuerdos aparecieron. Es increíble como alguien puede hacer que una persona se desmayé con tan solo tocarla.
 
-Emmm...Este.... Creo que si la quieres ver, deberías pedírselo tu misma.
 
-Y como piensas que voy a hacer eso?
 
-Puessss...- Señale el bolso donde se encontraba la Ouija y le sonreí.
 
-En serio? Vives con élla. Por qué no le puedes decir verbalmente?
 
-Es lo mejor.
 
Mi amiga suspiró y bajó la cabeza.

Yo hablé ya con la ridícula. Solo quiero asustarla un poco.
 
-Y si dice que no?- Preguntó mi amiga
 
-Te jodes... Y una cosa más, a élla le gusta jugar con las personas.
 
Estas simples palabras fueron suficientes para hacer que Boscha saliera de mi cuarto asustada, como niña pequeña.
 
Me recosté en una almohada con los brazos detrás de la cabeza y cerré los ojos.
 
Creo que si las cosas siguen así, lo mejor sería ir a donde una vieja bruja para que me de algo para alejar a los demonios o algo parecido. Si sigue así me va matar. Si sigue así, me va a volver loca. Si sigue así... Puede que me enamor...NOO!

Con cada día que pasa me siento más nerviosa, pero menos asustada. Que raro, verdad?
 
Tal vez solo soy una estúpida masoquista.
 
Abrí los ojos y mi cuarto estaba inundado por una gran oscuridad. Había una leve luz en mi escritorio y sentado pude ver a mi queridísima amiga. Estaba escribiendo de nuevo en su raro cuaderno. Me senté en la cama cuidadosamente y me quedé en silencio. Observando.
 
Solo movía su mano rápidamente escribiendo.
 
Me levanté de la cama y me acerqué un paso a ella.
 
-Si tienes agua bendita contigo, No te acerques, humana.- Dijo mirándome de reojo como solo élla sabía hacer. Algo en ella cambió. Ya no me miraba burlona. Ahora era con odio. Daba un poco de miedo.

-Oye, discúlpame... No debí...
 
-Cállate...
 
Abrí mis ojos con asombró. Realmente estaba molesta.
 
Miré el suelo un poco triste. Y me acerqué otro poco.
 
-De verdad, lo siento...
 
Dije mientras frotaba mis manos.
 
Volteó y me miró serio con sus bellos ojos rojos.
 
-Me harías un gran favor si cierras el pico... De verdad quieres que te perdone? Entonces déjame decirte que últimamente he tenido demasiado hambre y aquí no me puedo alimentar bien...- Se levantó de la silla y seguía mirándome molesta.
 
-Q-quieres que te traiga algo de comer?

-No me refiero a ese tipo de comida- Dijo haciendo una mueca- Yo me alimento muy diferente a ti... Me alimento de sufrimiento humano- Y por fin sonrió, pero malévolamente.
 
La miré confundida.
 
-Y cómo se supone que te ayudaré?
 
Se acercó más y me sonrió.
 
-Tráeme a alguien y yo me encargo del resto...
 
¡¿QUÉ?! ESTÁ LOCA...
NO LA AYUDARÉ A MATAR A NADIE.
 
-N-no puedo ayudarte con eso... Lo siento- Dije nerviosa.
 
-Entoncees...-Hizo una pequeña pausa y caminaba lentamente hacia mí- Te haré sufrir a ti.
 
Al decir esto desapareció de mi campo de visión.

-A mi me parece bien, a ti no?- Escuché su voz.
 
Sentí una respiración en mi nuca. Me volteé rápidamente y la alejé de mi.
 
Reprocedí un poco asustada por sus gestos y casi caigo al suelo.
 
-Asustada, humana?- Dijo mostrando sus dientes.
 
Seguí retrocediendo, respirando agitada.
 
Rió al ver mis tontos movimientos.
 
-Hoy me mostraré ante tu amiga.- Dijo clavando sus ojos en los mios- Deberías comprar una urna. Pronto tendrás un cadaver en tu cuarto.
 
-No le hagas nada a Boscha!
 
-Tu fuiste la que me pidió que me mostrará para que ella me viera... Te arrepientes ahora?

Caminó hacia mí.
 
Traté de retroceder pero el escritorio no me dejó.
 
Estaba muy cerca.
 
Sentí su respiración.
 
La miré a los ojos deteniendo su cuerpo con mis manos para que no se acercara más.
 
Apartó mis manos y miró fijamente mis labios.
 
Aparte la vista y ella rió.
 
- No sé por qué me encanta ponerte nerviosa. Te ves muy inocente, eso me gusta. Creo que con solo verte así te perdono.
 
Y ahí está de nuevo la joven demonio que conocí.
 
-Sería divertido hacer sufrir a tu amiga... Pero lo sería más hacerte sufrir a tí.

La miré horrorizada y élla rió más fuerte.
 
-Estoy harto de estar solo...-Se quedó callado por unos segundos y subió la mirada a mis ojos- Sientes mi corazón?
 
Tomó mi mano y la puso en su pecho
 
Yo estaba confundida. Estaba molesta conmigo hace un momento y ahora pregunta que si siento su corazón? Jaa.
 
Fruncí el ceño.
 
Realmente no entendía nada.
 
Su corazón latía rápido. El mío más.
 
-Desde hace mucho no latía tan rápido... Y no sé la razón...
 
Me quedé un poco sorprendida.

En ese momento estaba sufriendo mucho. Tenía muchas dudas en mi cabeza y sentía que mi cerebro iba a explotar.
 
Una parte de mí quería alejarla y salir corriendo, pero otra quería quedarse ahí viendo esos ojos y esa sonrisa...
 
-Ya estoy un poco más llena...- Sonrió y se alejó un poco.- Hoy tu amiga podrá verme...
 
Me quedé inmovil. No sabía que decir ni que hacer.
 
Idiota!..
 
Solo juega conmigo. No puedo caer en sus crueles jueguitos.
 
-P-primero jugar-rá la Ouija y t-te preguntará si te puede v-ver- Dije tartamudeando.
 
-Jugará la Ouija primero? - Dijo riéndo.- Pues muy bien.

-Puedes asustarla un poco...- Dije viendo el piso.
 
Ladeó su cabeza y me miró incrédula.
 
-En serio?- Dijo sorprendida.
 
Alcé la mirada y asentí con la cabeza.
 
-Vaya, vaya, ja...- Sus ojos brillaron.- Quieres que asuste a tu amiga. Y por qué ese cambio tan repentino de opinión?
 
Me quedé pensando unos segundos.
 
-Quiero que me perdones en serio.- Volví a mirar el suelo como una niña regañada.- Yyy, creo que verla sufrir no sería tan malo. Me debe unas cuantas y quiero cobrárcelas.- Sonreí tímidamente.
 
Rompió en carcajadas. Lo miré y no pude evitar que mi sonrisa creciera. Que hermos... No, no, no, nada de eso..

-Entonces, es una venganza?- Dijo alzando una ceja.
 
- Supongo.
 
Me miró con una sonrisa tierna.
 
-Cumpliré todas tus venganzas, pequeña.

Mi amiga la demonio [Lumity Adaptación]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora