𝐂𝐀𝐏𝐈𝐓𝐔𝐋𝐎 𝟏

1K 65 6
                                    

꧁༒☬𝕻𝖚𝖑𝖘𝖔☬༒꧂

  Dormir es algo que casi no puedo disfrutar, los sueños constantes donde destruyo una cuidad entera se han vuelto habituales y no quiero tenerlos...

Me despierto sudada y con las manos entumecidas, las paredes metálicas de la prisión en la que estoy tienen signos de haber sido azotadas por mi poder, mas no fueron destruidas debido al collar que llevo en el cuello. Molesta, me aprieta, duele y no permite que mantenga mis poderes por mucho tiempo, pero he llegado a pensar que es mejor tenerlo apresándolos que dejarme libre donde puedo lastimar a más personas.

La noche anterior había oído hablar a unos guardias acerca de un traslado a una cárcel de máxima seguridad, una de la que nunca saldré y he pasado la noche entera asimilándolo, no volveré a ver la luz del sol, ni a caminar descalza en el césped mojado, ni a comer chocolate, no conoceré a mi futuro esposo o esposa, no volveré a ver a mi hermano, nunca sabré si está vivo o muerto...

Supongo que nací condenada a esto, es mejor que la muerte dijeron algunos de los reclusos, pero... ¿lo es?

De pronto, el sonido de la puerta abriéndose frente a mi hace que me ponga alerta, parándome lista para defenderme de ser necesario. Sin embargo quien abre la puerta es un guardia que conocía bien, un chico amable que solía traerme bocadillos cuando nadie veía, me defendía de las demás reclusas y hasta se sentaba a hablar conmigo cuando no estaba de servicio, es parte de servicios centinela, pero al menos no me odiaba tanto como los demás.

—Tranquila, solo he venido a trasladarte al camión,  sabes el proceso así que por favor no me haga pedirlo otra vez, no quiero hacerte daño.—dice el, acercándose para ponerme las esposas en las muñecas, no me resisto, se que será peor si decido hacerlo, así que solo me queda aceptar mi destino.

—¿Puedes al menos decirme a donde me llevan?

—am... no puedo darte esa información, solo puedo decirte que lamento que tengas que ir allí, en verdad no creo que seas tan peligrosa. —el guardia me dedica una leve sonrisa y continuo mi camino hacia las afueras de la prisión.

 Al llegar al camión, noto que no estoy sola, dentro hay dos personas más, una mutante de cabello verde y un... ¿un fiscal?

 —¡Están todos!, ¡podemos avanzar!—exclama un policía y nos ponemos en marcha.

 Noto que ambos prisioneros parecen hablar entre ellos, pero le resto importancia, tal vez se conocen. 

Al cabo de unos minutos el camión se detiene por un fuerte estruendo y todos nos quedamos estáticos ante lo que acaba de pasar.

 Afuera parece haber una pelea, se oyen tiros y hombres corriendo de un lado a otro. ¿Qué sucede?

Uno de los guardias que nos vigila abre la puerta que nos separa del resto del camión, puedo sentir su miedo, teme que le vayamos a hacer algo, aunque creo que con los collares no podríamos hacer mucho.

—¿es seguro?—pregunta él mientras se acerca a la mutante.

—tranquilo, de todos modos no puede hacer nada, todos los mutantes de la zona fueron inutilizados, quítaselos—responde el otro y su compañero obedece quitando primero mi collar y luego, cuando quita el de la chica, esta ataca, golpeando al oficial. El tipo a su lado la ayuda y yo solo me quedo viéndolos, eso no acabará bien... y como si lo hubiera predicho, los tipos comienzan a golpear a los sujetos sin piedad, consiguiendo escapar de la caja en la que estamos. 

Por alguna razón que desconozco, no puedo sentir mis poderes, aun sin el collar, es como si hubiera sido drenada, no sabia que eso era posible.

Afuera la pelea continua pero algo ocurre, no puedo decir que fue, pero mis poderes volvieron a fluir por mi cuerpo, de un momento a otro me siento poderosa nuevamente. Sin embargo, no estoy segura de querer usarlos... podría asesinar a las personas dentro del vehículo y mostrarles a los demás mutantes que me buscan, el lugar exacto en donde estoy.

Antes de que pueda siquiera dudar un poco más, noto como la mutante frente a mi, extrae algo de la pierna del pobre hombre, este grita de dolor, pero al parecer es un plan entre ambos para escapar y les funciona. El pedazo de metal abre las ataduras del tipo y es entonces cuando ella me mira dudando si liberarme o no, finalmente lo hace y el alivio inunda mi sistema, soy libre... El arma atraviesa el cuello de uno de los guardias y rápidamente acaba con el segundo. 

—Bien, nos vamos—dice la chica y con ayuda de sus poderes, hace explotar la puerta del vehículo, todos salimos de él y los oficiales atacan nuevamente. Ella detiene las balas y lanza las armas lejos. 

Veo como un chico corre a sus brazos y ellos se abrazan con fuerza, por un momento siento envidia al verlos, pero supongo que el amor no es para todos o al menos no para mi...

 De pronto un auto llega al rescate y todos suben a el, pero yo solo puedo observarlos, no soy capaz de pedirles que me ayuden, no me conocen. 

—vamos, ¡sube!, ¡hay que irnos!—me grita una mujer rubia, la cual maneja el auto y por mucho que no quiera, la esperanza se implanta en mi, con una pequeña sonrisa subo al vehículo y este escapa por la carretera.

...PAIN...  (Andy Strucker)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora