Capítulo 14: Cuando el pasado toca a tu puerta

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Cuando estaba saliendo del set de televisión se dirigió al auto en donde algunas personas del equipo lo esperaban. Emma estaba parada apoyada en una de las puertas del auto y lucía preocupada.

— Jay —le llamó cuando vio que Jared estaba a tan solo unos pasos de ella.

— ¿Pasa algo? Me urge volver al hotel.

— Es que... —Emma de repente dirigió su mirada hacia una persona que estaba detrás de Jared y él instintivamente también lo hizo. Quedó petrificado en ese momento, su mente totalmente en blanco pensando sí realmente lo que estaba viendo era verdad o sólo producto de su imaginación.

— Cuanto tiempo Jared... —escuchó a la persona que estaba delante de él y comprendió que todo esto no se trataba de una alucinación.

— Emma... —consiguió murmurar mientras desviaba su mirada y la dirigía hasta la de su asistente que se mostraba tan asombrad como él. — ¿Qué significa esto? —preguntó a la vez que retrocedía unos pasos y miraba a Emma fijamente.

— Estaba esperando aquí cuando llegué...

— Jared por favor, ¿quieres dejar de ignorarme? —pidió la muchacha que estaba a tan solo unos pasos de Jared.

— ¿Qué quieres? —preguntó este con un tono de fastidio en su voz.

— Necesito hablar contigo.

— No hay nada de qué hablar y si me disculpas, tengo asuntos que resolver. —dijo mientras empezaba a abrir la puerta del auto y se disponía a entrar. Emma no sabía qué hacer, era una situación muy incómoda.

— Jared por favor... sólo te pido unos minutos —Jared no contestó.

— Creo que deberían hablar —opinó Emma pero no dijo más luego de ver la mirada que le había mandado Jared.

— Isabel vete, no tengo tiempo para esto —dijo tratando de dar por finalizada la plática pero de repente ella estaba parada frente a él e impidió que cerrara la puerta del auto.

— Jared tienes que escucharme, es tan sólo unos minutos y luego te puedes ir y olvidarte de mí para siempre... pero ahora es necesario que me escuches —Jared la miró sorprendido y ante la mirada suplicante de Isabel y la firmeza de su voz, no pudo decir que no. Terminó asintiendo lentamente y pudo ver con una sonrisa cruzó por los labios de ella, estaba tan cerca que sus sentidos fallaron por un segundo, era Isabel, su Isabel... Sacudió levemente la cabeza olvidando lo que se le había cruzado por la mente.

— Este no es el mejor lugar —mencionó Jared y haciéndole una señal para que subiera al auto, lo arrancó para dirigirse a una cafetería ubicada a tan solo unas cuadras de allí, parecía discreta.

Ambos bajaron del auto y se adentraron en el lugar sin decir nada, Jared caminaba por delante e Isabel simplemente le seguía.

— No tengo mucho tiempo —aclaró Jared una vez estuvieron sentados uno frente al otro en una de las mesas más alejadas, tanto de la gente como de las grandes ventas, lo último que quería era que lo reconocieran. Una muchacha se acercó y pidió su orden, solo un vaso con agua para Isabel y un café muy cargado para Jared, realmente lo necesitaba.

— ¿Podrías dejar de ser tan grosero? —murmuró molesta Isabel— Nunca me habías tratado así.

— Nunca te lo mereciste.

— ¿Y crees que ahora sí? —Jared se lo pensó por un momento, después de lo que Isabel le había hecho, esa pregunta estaba sobrando.

— Isabel dime que es lo que quieres de una buena vez —ella lo pensó en silencio por un instante.

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