Capítulo 19: "Ellas no nos conocen como nosotros"

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*Días después*

Tom sabía que Bill estaba feliz y una parte de él se mantenía tranquila mientras su hermano estuviera bien; sin embargo, la parte que amaba y "deseaba" a Bill estaba sufriendo.

Y es que le había costado trabajo, pero finalmente aceptaba que una parte de él realmente deseaba a Bill. Y con esa palabra no sólo se refería al deseo de protección o al de tenerlo cerca, sino más bien al deseo sexual. Deseaba besar a Bill, tocarlo y por qué no, hacerle el amor.

Después de haberle besado las reacciones de su cuerpo al verlo se habían incrementado notablemente. Cada vez que lo tenía cerca sólo deseaba tocarlo, besarlo... es que joder, esos labios, nunca pensó que pudiera volverse adicto a esos labios de esa forma.

Ahora no podía evitar pensar en ello siempre, y aunque se muriera de vergüenza también se había tocado pensando en él. Cada noche pensaba en Bill, pensaba en lo bien que se sentiría besarle nuevamente, en los labios, en el cuello, en el torso y más abajo...

Al final su mano siempre terminaba debajo de sus pantalones justo como en ese preciso momento.

- Uhmm -jadeó entre el silencio de su habitación- Oh sí... -en su mente sólo podía ver a alguien, en su mente sólo podía sentir unos labios sobre los suyos, sobre su...- ¡Bill! -gritó finalmente cuando se sintió llegar y agradeció con todas sus fuerzas que Bill no estuviera en casa para escucharle.

Sus mejillas se tiñeron de rosa cuando se dio cuenta de lo que acababa de hacer. Nuevamente. Por quién sabe qué vez.

Patético.

Se levantó perezosamente acomodando su pantalón de chándal, sobraba decir que no llevaba ropa interior, y fue hacia el baño de su habitación para limpiar su vergüenza.

La casa estaba desierta, lo único que se escuchaba a lo lejos eran los ladridos de sus perros. A Tom no le incomodaba que durmieran en la sala o en su habitación o en la de Bill, a pesar de la enorme casa que Bill y él habían construido para sus engreídos, pero esa noche no estaba de ánimos para tenerlos cerca. Necesitaba estar sólo y cuando decía sólo, era sólo realmente. Sin perros. Sin empleados. Sin amigos. Sólo.

Salió de la ducha y se vistió casual, dándose cuenta que los moretones en su rostro debido a la pelea con Jared, casi habían desaparecido. Aún quedaba algún rastro amarillo en su nariz, que fue la más afectada, pero nada más.

Era casi medianoche y después de sus intentos patéticos por darse placer a sí mismo, decidió que ya era suficiente, necesitaba sexo, o mejor aún, necesitaba probar algo nuevo.

* * *

Cuando llegó al bar no causó el interés que pensó.

No había separado lugar en la zona vip del club de moda ni nada por el estilo, simplemente estaba en un lugar lo suficientemente bullicioso y concurrido como para pasar desapercibido.

Había cubierto sus trenzas en un gorro y si alguien lo había reconocido no hizo amago de acercarse. Mejor, todo parecía marchar bien. Cierto que le gustaba ser el centro de atención, pero pasar desapercibido tampoco estaba tan mal.

Se acercó a la barra y pidió uno de esos tragos caros que siempre le ofrecían en la VIP pero el chico de la barra pareció reírse de él.

- Sólo cervezas, ron, vodka o ese tipo de cosas -le dijo en medio de una sonrisa y algo dentro de Tom se encendió.

- Entonces una cerveza bien helada -dijo mirándole fijo y el chico asintió. Era más bajo que Tom, pero a pesar de ello llamó su atención. No sabía bien el porqué, quizás por sus ojos, que eran de un tono que no pudo identificar, pero creyó que eran verdes. Sus facciones eran finas, nariz erguida y labios perfectos, era realmente atractivo y Tom se cuestionó mentalmente porque nunca antes había pensado de esa manera sobre algún chico, excepto por su hermano, claro. Se sintió raro.

This Is Who I Really AmDonde viven las historias. Descúbrelo ahora