Capítulo 20: "My Truth. My love. My desire"

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- ¿Cómo te sientes? -preguntó Jared mientras tomaba una de las manos de Bill entre la suyas y lo miraba atentamente.

- Ansioso -confesó Bill mientras dirigía su mirada hacia Jared y lo veía con curiosidad- ¿Aún no me dirás dónde me estás llevando?

- ¿Qué parte de sorpresa no te quedó clara? -contestó misterioso el mayor en medio de una sonrisa y recibió un bufido por parte de Bill.

- Tuve que traer de todo Jay... ropa para el frío, para el calor... Emma dijo que quizás me llevarías a esquiar.

- ¿Ella te dijo eso? -preguntó algo molesto Jay, no le gustaba que le arruinaran las sorpresas.

- Dijo que solías ir a esquiar en tu cumpleaños.

- Pues déjame decirte que pensé en ello pero cambié de idea, así que no... no vamos a esquiar -aseguró el ojiazul divirtiéndose internamente por hacer sufrir a Bill con la duda.

- Casi toda la ropa que traje es abrigadora... -se volvió a quejar el menor.

- ¿En eso te preocupas? Sabes que si te falta algo de ropa la podemos comprar allá, además... créeme según mis planes lo último que vamos a necesitar es ropa -Bill se sonrojó de inmediato y se inclinó hacia un costado, apoyando su cabeza en el hombro de su novio. Estaban en el avión privado de Jared, rumbo a quien sabe dónde y a pesar de la ansiedad, Bill no podía ocultar que se sentía muy feliz.

Era Navidad y habían partido al caer la tarde, luego de alistar todo en un caos tremendo. Mañana era el cumpleaños de Jay y Bill estaba ansioso también por mostrarle su regalo, sería un viaje estupendo.

Habían pasado la noche del veinticuatro en casa de la madre de Jared, Constance, junto con Shannon y el novio de ella. La madre de los Leto era una mujer muy agradable y cariñosa, los había recibido con una sonrisa encantadora y había tratado a Bill como si fuera un hijo más. Pasaron una velada especial, Bill viendo fotos de cuando Jared y Shannon eran pequeños y ellos cantando y tocando en el piano de Constance, algo que ella adoraba. Incluso Bill se había animado a cantar uno de esos clásicos villancicos navideños que a todos les gustaban.

La noche había sido perfecta aunque Bill extraño mucho a su familia. Había hablado con su madre y Gordon unos minutos antes de que dieran las doce de la noche y habían compartido sus buenos deseos. También había hablado con Tom, quien al final tampoco había viajado a Alemania para las fiestas porque Bill tampoco lo había hecho. Bill deseó de verdad invitarle a pasar la Navidad a casa de Constance junto con los Leto, pero desistió porque sabía que su hermano no aceptaría.

Además tampoco estaba seguro de la reacción de Jared ante ello, sabía que no se hubiera negado, pero sin duda el ambiente hubiera sido sumamente incómodo, sobre todo considerando los sucesos de la última vez que se vieron. Al final Tom le había dicho que pasaría las fiestas con David y Sarah, que tampoco habían podido viajar, y eso lo tuvo más tranquilo, aunque el hecho de que su hermano no estuviera con él lo entristecía.

Pero el pensar que iba a pasar un fin de semana de ensueño con la persona que amaba hacía que se olvidara de todo lo demás. Las cosas empezaban a tomar rumbo en su vida y por fin lograba esa estabilidad que tanto había buscado, las dudas se iban disipando dando lugar a las certezas. Certeza de que amaba a Jared con toda el alma, certeza de que era correspondido y por último, certeza de que su hermano empezaría a aceptar su relación, al menos así lo había sentido la última vez que hablaron.

- Quisiera que este viaje durara una vida entera -confesó Bill soltando un suspiro. Se acomodó recostándose sobre las piernas de Jared mientras este le observaba detenidamente. Llevó una de sus manos hasta su cabeza y la acarició lentamente, bajando por detrás de uno de sus oídos y llegando hasta su cuello.

This Is Who I Really AmDonde viven las historias. Descúbrelo ahora